viernes, 5 de noviembre de 2021

EL GRAN RESETEO ( II)

Otra idea de fuerza que trata de educarnos es el feminismo radical.


El problema fundamental del feminismo es su deformación. Es una ideología invertebrada, sin esqueleto ideológico. No hay músculo y sin músculo, no hay fuerza. 


Es imposible que haya tantos feminismos como lecturas hagan sus feministas. Imposible. Ni ellas mismas saben lo que quieren. Todo es una farfollada que sólo se sostiene gracias a muchísimo dinero, y una mala leche muy principal.


¿Qué es feminista y qué no lo es? Ni ellas mismas lo saben. Los hombres no saben a qué voz debe atender o reclamar. 


Con un reloj sabemos que hora es pero con dos no estaremos seguros. El feminismo, como cualquier tentáculo de la izquierda, es un club bipolar que hace una cosa y la contraria. Prohibieron las faldas a las golfistas para ponérselas a los semáforos. Pidieron cuotas femeninas pero solo en empresas, gobiernos y premios pero jamás para las minas, el campo o el mar. Se indignan con unas violaciones e ignoran otras. Quieren ser deseadas pero prohíben los piropos. Odian la masculinidad pero la erotizan por su fuerza. Condenan el amor romántico en público pero desean ser únicas, especiales y amadas en privado. 


No tienen convicciones sino conveniencias.


Para mi , y perdón, es una de las formas más ridículas de toda esta catequesis que nos están obligando a escuchar,



1 comentario:

  1. Sí, está claro que nos la meten…ellas!
    (Lo de las golfistas no es así exactamente, pero los semáforos no sé)

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