Una de las formas más altas de amar consiste en permanecer fieles a las personas y cosas que no han sabido traernos la felicidad. En jamás renegar de aquella parte de nosotros mismos comprometida un día en causas hoy desaparecidas, o en empresas que fueron abandonadas
Más : permanecer, al menos en el secreto, agradecidos a todo lo que un día amamos y luego nos ha destrozado.
Sufriremos más, pero será un sufrimiento sin poso de amargura.
No estoy seguro , pero quizás también de esa fidelidad a las ruinas de nuestra ternura abatida, de nuestras ingenuidades, de las insensateces que obramos, o de nuestra mala cabeza, renacerá un nuevo amor, una nueva alegría : nada podrá ser reconstruido, pero florecerán las ruinas.
Para mi es el último recurso que se me ocurre: ¡tengo tantas cuentas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar!. Soy efímero, de fidelidades que cambio por nada, y que me han arrebatado tantas cosas.
Y sólo se me ocurre sembrar flores en las ruinas.
Uf. Arduo asunto el de la fidelidad, que exigimos siempre pero no siempre ofrecemos; al menos yo, ser débil y contumaz en el error.
ResponderEliminarQué cosas..otra vez una entrada que va directa a mi realidad actual :-(
ResponderEliminarO es casualidad, o la variedad de temas, o que esto es como las canciones de 'Héroes del Silencio', que valen para todo ;-)
Abrazossss
Será eso!!!
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