Siempre sentí una atracción por esas familias que parecen estar hechizadas por un maleficio. Como una maldición de dolor y rarezas, que les persigue. Como esas excomuniones que decretaba la Iglesia a aquellos que desobedecían sus leyes , a veces se extendían a varias generaciones.
He conocido unas cuantas.
En realidad, como escribió Tolstói las familias desdichadas lo son todas de un modo particular. Sólo que a algunas el modo de ser desgraciados les concede una patina de fatalidad, conmovedora. Pienso en esas que la sangre ha creado criaturas muy inestables, enfermizas, trágicas.
Algo que parece determinado en un triste destino que les ata de por vida a la tragedia. A veces pienso que son resultado de un azar misterioso que , con los años, les deja estragos en su rostro , como una caricatura de un sueño que no fue.
Son infancias donde la genética se cebó en inocentes.
Y lo que más me dolía era escuchar a una madre que hablaba de sus hijos como si estuviese confesando el fracaso de una providencia que parecía una fatwa maldita contra ellos.
Y lo que más me conmovía era la fe de esas personas incapaces de entender y que estaban convencidas que " un día sabremos el por qué".
Tienen algún psicópata dentro y no lo saben ver?
ResponderEliminarSí que lo ven pero, como tú bién dices, ya está dentro... y es tarde.
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