Tengo para mi que estamos en medio de algo muy grande que nos va a cambiar para siempre. Y, como sucede tantas veces, en medio del temporal nadie es capaz de predecir nada. Es la impresión de ver llegar una ola gigantesca, luego otra, y otra , y otra, y sólo queda pensar en la actual y después ya se verá.
¿Y la gente qué hace? Algo que hacemos cuando intuimos que el barco se hunde: pasarlo bien. ¡ A vivir que son tres días!. Navegamos hacia una catarata...y parece que a nadie le importa.
No es sólo una situación política de dirigentes amorales, arribistas, incapaces, mediocres, demagogos, de un egoísmo atroz. Es que no parece que haya luz en otros campos. Estoy pensando en la religión...¡ dios...qué sindiós!
No sé si aún hay tiempo para remar hasta la orilla. A veces uno se siente preso de una angustia que conocí cuando llegaba lo inevitable. Por ejemplo, cuando me dijeron a mitad de curso que hiciera lo que hiciera , repetía curso.
Entonces, uno aún tenía tiempo como tripulante de mi barco para ir y venir por cubierta, mientras la clase seguía aquel año...pero mi vida llegaba a un puerto final en junio...y esa libertad aparente me hacía creer por momentos que aún podía evitar la hecatombe...pero no: nadie vino a salvarme. No hubo milagro. El barco de los de mi curso siguió su rumbo y yo me quedé en tierra un año más...en otro barco.
Sí, me suena haber visto ya esta película. No sé, pero se masca la tragedia. A nuestro alrededor se multiplican los síntomas. Nos rodea una atmósfera especial , poderosamente electrizada, que produce chispas en cualquier lugar y en todos los momentos.
Hombres y mujeres animados de ideologías sectarias y sombrías llevan a todos los sitios el germen de ideas fofas, simplistas y nocivas , encendiendo en muchas almas la luz del odio, y poniendo en muchos corazones un barril de pólvora.
El espíritu de muchos intelectuales , y de una nueva burguesía que sólo atiende al dinero, también parece que han sucumbido a esta nada.
Y , sobre todo, tratar a la gente como una masa informe, llevada por consignas...en fin, vamos a divertirnos mientras podamos. Vamos rumbo a la catarata, repetimos curso...y después, ya se verá.
Lo que cuentas (y la foto que acompaña el texto) da miedo y provoca en uno mucho yuyu. Precisamente hoy, en un artículo de opinión de La Vanguardia, el pensador Daniel Innerarity dice, con otras palabras, lo mismo: "La coincidencia entre quien origina la crisis y quien debería resolverla es el verdadero problema".
ResponderEliminarLo de " pensador "... en fin... un tío que le han concedido el Sabino Arana no piensa.
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