sábado, 5 de marzo de 2022

AÑORAR LO QUE NUNCA SUCEDIÓ.

“No hay nostalgia mayor que añorar lo que nunca jamás sucedió”, canta Sabina en “Con la frente marchita”. Estás palabras explican a la perfección lo que nos ocurre tantas veces a lo largo de la vida, lo que nos hace sentir vacíos, tristes o engañados.


Nos engañamos a nosotros mismos para no sufrir, interpretamos como un sí lo que ni siquiera es un quizás y dibujamos un trampantojo sobre una realidad que en muchas ocasiones se cae a trozos. 


Es una manera como otra cualquiera de sufrir en diferido, posponer la decepción y usar anteojeras para no ver lo que ocurre alrededor, tratando de mantener cerca lo que se aleja o ya no está. Incluso cuando estamos en el paraíso anda por allí la serpiente.


Quien no tiene nada que perder está preparado para lo peor. En la práctica nos cuesta asumir que tenemos menos de lo que creemos, entender que tratamos de salvar la piedra en el tobillo que nos está arrastrando hacia el fondo, que nos empeñamos en protagonizar una película en la que, como mucho, somos secundarios.


Qué miedo perder a quien no tenemos, que terminen historias que no empezaron. Tenemos una imaginación a prueba de bombas alentada por el miedo y el no saber estar con uno mismo. Esa imaginación que inventa mil excusas para seguir creyendo cuando ya no hay fe, la que disfraza de dios a un ídolo, que  nos hace creer que el eco es una respuesta.


No podemos perder eso que no tenemos pero sí deberíamos perder el miedo y  dejar en pasado lo que no es presente y mandar a la fantasía eso que no es real. 


Añoremos lo que ocurrió y deseemos lo que ocurrirá pero no poblemos nuestra nostalgia de mentiras. 


«Porque a pesar de heridas y de afrentas, la piel del alma la tenemos suave para seguir amando». . Lo leo en ‘El cielo de abajo’, una antología de poetas. Hay que aferrarse a la sencillez,  parece una forma interesante de acercarse a la eternidad. Ser liviano nos eleva sobre las cosas, como el polvo en suspensión de las clases de párvulos al atardecer, cuando pasa la señora de la limpieza.



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