martes, 15 de marzo de 2022

UNA CODA A LA ENTRADA DE AYER.

Me escribe uno diciendo que " cómo puedo estar tan seguro de las razones del perdón de la señora a la que me referí en la entrada de ayer" 


Pienso que esa mujer se dejó atiborrar de dinero y de regalos por el hombre que ella amaba : “ bueno – debió de pensar - lo acepto porque le amo y, además…¡¡¡ él me quiere tanto !!!, ¡¡¡ qué generoso es!!!”.

Pero, si esa  buena fortuna se tuerce, el tipo se arruina , entonces la cosa cambia. Mil defectos hasta entonces en sordina por la comodidad , el placer y la vanidad de tiempos pasados en la abundancia, se hacen ahora insoportables en medio de la pobreza y la escasez.

Entonces viene la decepción, la impaciencia, la ruptura, los malos modos, la crueldad y el despecho. Los malos rollos.... que de eso también había antes. 

Se puede pensar que esa señora en realidad sólo amaba el dinero y una posición social (  la verdad es que sí, no es barata la señora). Pero no es tan sencillo. Con toda seguridad esa misma madre no hubiera aceptado los agasajos y la pasta de cualquier hombre, y él tampoco se hubiese casado con una experta en el arte del Kamasutra.

Probablemente, durante su vida juntos, hubo momentos maravillosos de auténtica ternura, de intimidades compartidas: admiraron paisajes, contemplaron juntos obras de arte, lloraron las mismas defunciones familiares, y pasearon cogidos de la mano... y nada nos autoriza a decir que todo eso fue mentira, puro engaño.

Lo cierto es que en el principio algo había en ella de Ratita presumida, y algo hubo en él de un espléndido don Gato Y ese tipo de vidas son de una fragilidad extrema.







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