Veo en la estación del AVE en Zaragoza una señora operada, de esas que de tan estirada lleva la marca del ombligo en el cuello. Una pena. Debió de ser muy guapa, incluso bella. Pero el que le hizo el zipostio , algún alumno de Corporación Dermoestética, suspendió ese examen, y a septiembre, a recuperar.
Pero lo de ella no tiene recuperación.
El tema de este siglo es el tiempo. El paso del tiempo. O mejor: el miedo al paso del tiempo y sus consecuencias. No hay más que ver a Putin, y todo lo que ese hombre se ha hecho. Ya tenía cara de hijo de puta, pero ahora se le acentuado.
Tal vez todo comenzó cuando el primer hombre cayó en la cuenta de que la primavera ya la había visto antes , y dio un paso de gigante en la concepción del tiempo.
Después sucedieron muchas cosas que ya se habían visto antes. Y llegó el segundo enamoramiento, el segundo hijo, el segundo muerto....y el miedo.
La gente se gasta una morterada en cirugías, cremas anti age, lociones, pociones de membranas de tiburón, o de piel de escroto hindú, con la esperanza de ser confundida con su hija, en lugar de resignarse a vivir en su propia confusión.
Siempre hay algo en nosotros que no madura con la edad. En muchos es haberse estancado en la adolescencia, como Peter Pan, y en otros el conservar la máscara de la esperanza en el maquillaje del esperpento.
La vejez es una tragedia irreversible, pero solo algunos seres privilegiados son capaces de convertirla en una obra de arte. Yo quiero ser uno de ellos. Te diré cual es el secreto:
En la comida lo más dulce se guarda para el final, también puede suceder lo mismo en el postre de la vida. El deterioro físico siempre se produce por partes. Primero un órgano, otro, y otro. Hoy te alejas el periódico para leer mejor, mañana tienes una piorrea espantosa, pasado te duelen las articulaciones , cada órgano por separado. Pocas veces sucede un fracaso conjunto y total. Eso pasa si te das boleto a ti mismo, o te metes un meco a la salida de una curva contra un chopo.
Hay dos formas de envejecer: de dentro afuera y de fuera adentro. Esta última modalidad es la más evidente: la carne pelleja , la juntura de la ojera acuosa en la mirada, el color macilento de la piel, las articulaciones anquilosadas cuando sales del coche, las estríadas patas de gallo. En fin, todas esas miserias que nos pasan en el interior del cuerpo a partir de una edad: el bulto sospechoso que germina por aquí o por allá, la sombra en el pulmón, el veredicto infame del TAC.
Pero también puedes ser un viejo por dentro aunque tengas 30 años. El alzhéimer no consiste en perder la memoria, sino en no recordar que la has perdido.
Olvidar los sueños que en un momento de la vida te hicieron alguien acojonante, que volvió loca a esa persona, será la prueba más evidente de tu demencia senil.
¡Fuera máscaras!: ser lo que soy, y nada más.
Cito:
ResponderEliminar"Olvidar los sueños que en un momento de la vida te hicieron alguien acojonante"
¿Qué pasa en la vida para que esto ocurra? Cuando lo he reflexionado, mi respuesta es: la acumulación de fracasos, va minando hasta al más pintado.
Al menos creo que es mi caso. Ahora la pregunta podría ser: ¿Fracasos?
Día gris. Será eso. .
Abrazos
Será eso
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