martes, 29 de marzo de 2022

EL CUBO DE RUBIK

Hay un momento en la vida que descubres que el amor es como el Braille, que se no se ve, pero lo tocas. Si tuviera una hija le aconsejaría " cando te enamores no entregues primero tu cuerpo como primera manifestación del amor". Ni siquiera si no estás enamorada. Todo eso de que si amas a alguien , entrégate, es una trampa. 


He visto este mes dos series donde ancianos hacen el amor. En el cine, en las series, en muchas películas, todo es desvelo, realidad sin cortinajes. Cuerpos que se besan. Carne ondeando como las banderas. Las estrías son ríos que bañan la vejez. Las cicatrices son los garabatos pueriles que nos trazó la vida. La gravedad. Las panzas con pliegues cuaternarios. Las calvas rosadas. Varices. 


¿ De verdad alguien puede creerse esas historias? Tratan de que los veamos caducos, hermosos y humanos, asimétricos, desvergonzados. Musculaturas viejas. Muslos de naranja, pezones apuntando al suelo.  Allí el deseo tiene más amor que el amor mismo. «Siempre hay un roto para un descosido», dice mi madre. Descripción perfecta de los afectos.


Duran lo mismo los amores que los chuches. Veo en el parque, al salir del gimnasio, dos personas mayores , se hacen compañía sin mirarse, como estatuas . Su nieta juega. Cava un hoyo. Después va una fuente cercana e intenta llevar en sus palmas agua para llenar el agujero.  Siempre pasa igual, siempre trata la vida de llenar lo que está vacío. Imagino que esas dos personas atienden la nieta de la hija separada, o del hijo separado. ¿ Por qué se me ocurren esas cosas? El pecho de esas gente, esa cuna donde latía el corazón de su hij@.  De estas familias rotas nacerán familias nuevas. 


Esa niña olvidará este hoyo. Olvidará el afán por hacerlo aún más profundo. Olvidará esas horas con sus yayos. Pero siempre quedará en ella esta preciosa inocencia, esta vida de primavera, esta pluma de tarde sola , cuando no tenía que entregar su cuerpecito para demostrar su amor. 


¡Qué pena me da esta vida que veo, tan distinta a la mía! Cuando uno de niño miraba a sus padres y decía " ¡mira, papá, mira!"  . Y sonreían, y esa sonrisa ordenaba el mundo, como un Cubo de Rubik que llevaras en al alma.




2 comentarios:

  1. Eres un poeta Suso...a veces tienes unos escritos llenos de nostalgia que dan un vuelco al corazón. Me encanta leerte...te mando un abrazo y mis oraciones.
    JM

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  2. Pues yo también rezaré por tí!

    Gracias🙏💕

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