miércoles, 2 de noviembre de 2022

EL ÚLTIMO ALIENTO

Seguí una serie en  titulada " Inside Nº 9". Entretenida y de un  humos inglés, negro y desconcertante.


En uno de los capítulos , una estrella del pop muere mientras estaba en la habitación de una niña enferma inflando un globo. Le da un infartazo justo cuando ha hecho el nudito en el globo recién insuflado.  Se ve el cadáver postrado en el suelo, y sobre su pecho, el globo.


La familia de la pequeña y el manager del músico se dan cuenta que en el interior de ese globo recién hinchado está el último aliento de ese hombre famoso, y  pelearán por sus derechos. "¿ Ustedes saben cuánta gente en una subasta pujarían por este globo?...¡se han llegado a ofrecer millones por un calzoncillo usado, qué no se dará por el último aliento de este hombre".


Cuarto episodio de la primera temporada de serie británica de historias independientes "Inside Nº9".


El capítulo es buenísimo, de un humor oscuro retorcido, pone contra la pared el patetismo y mezquindad de las personas, su egoísmo, su sordidez al querer sacar partido de la situación más triste. 


Tiene momentos radiantes de ingenio, como cuando amenazan con apuñalar un globo, o el final, maravilloso, donde la inocencia de la niña triunfa sobre lo peor del puto género humano.


Lo recomendaría a los fanáticos de muchas cosas sin sentido. También que gusten de críticas a la fama, a la codicia, al egoísmo, al narcisismo. 


No pude menos, viendo este capítulo, que recordar la fiebre que viví cuando falleció san Josemaría Escrivá. Se empezó a recoger reliquias de aquí y allá, algunas muy peregrinas, como trozos de cabellos que le habían cortado cuando se cortaba el pelo " ¿supongo que no guardaréis cabellos míos como si fueran de un santo? ", contaban que decía en alguna ocasión... y , claro, los guardaban,  porque cualquiera le decía que no.


No sé que hubiese sucedido si san Josemaría llega a fallecer mientras hacía un nudito a un globo recién hinchado por sus pulmones. Probablemente estuviese expuesto en el interior de una ornacina en el oratorio del Prelado , o Protonotario, o como se llame, con un rótulo que rece  " el último aliento de san Josemaría". 


Una vez escribí que uno a todas las estatuas que hay en el mundo las transformaría en inodoros. Papas incluidas. El final de "Last gasp" es maravilloso:


No es  un "oh, que buena es la niña que quiere que el aliento vuele al cielo con un corazón", No lo interpreté así , es , además, un "idos a tomar polculo , que el aliento de este señor se va volando y así os quedéis sin nada, avariciosos de mierda.




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