miércoles, 28 de diciembre de 2022

EL ELEFANTE ATADO A LA ESTACA

¡ Cuántas veces te has visto en una situación en la que piensas que no se puede hacer nada. Que hagas lo que hagas esa es tu triste y lamentable destino.


Probablemente eso se debe a que es parte de tu educación.


Estás convencido de que no conseguirás  un resultado distinto. Estás dentro de  una prisión psicológica  que te desconecta por completo de la realidad y bloquea cualquier posibilidad de cambiar. 


Sé lo que es. Cuando me planteé cambiar de vida , después de veintisiete años, y muchas conversaciones con gente " preocupada" por mi, estaba convencido que nada iría bien. Y que terminaría mi vida en un puticlub , contándole mi historia a una fulana.


Así me lo profetizó un buen amigo.


Cuando a alguien no paras de formarle con  estímulos negativos terminas con no querer cambiar, no querer escapar. ¿Para qué?


Lo peor de todo es que cuando a alguien así  le das la oportunidad de escapar no la aprovechan, porque en el pasado habían aprendido que no tenían escapatoria.


Yo me fui...pero, ¡ay, cuántos se han quedado en su miedo!


El cuento del elefante encadenado de Jorge Bucay , que leí tiempo después, lo explica mejor.


“De pequeño me encantaba el circo. Me encantaban los espectáculos con animales, y el animal que más me fascinaba era el elefante. Me impresionaban sus dimensiones y su enorme fuerza. Sin embargo, después de la función, cuando salía de la carpa, me asombraba ver el animal atado a una pequeña estaca  clavada en el suelo con una cadena que le aprisionaba una de las patas. La cadena era gruesa, pero la estaca era un pequeño trozo de madera clavado a pocos centímetros de profundidad. Era evidente que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo, podía tirar de aquel tronco y escapar.


—¿Por qué no la arranca y huye? — pregunté a mis padres.


Alguien  me dio una respuesta convincente: “El elefante del circo no se escapa porque está atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”.


Entonces me imaginé el elefante recién nacido atado a una estaca. Seguro que el animal tiró y tiró intentando liberarse. Debía terminar el día agotado porque aquella estaca era mucho más fuerte que él. Al día siguiente debía volver a probar sin obtener resultados y al tercer día igual. Y así hasta que un día terrible el elefante aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Desde entonces, el elefante tenía grabado el recuerdo de su impotencia. Y lo que es peor, nunca más volvió a cuestionarse ese recuerdo y no volvió a poner a prueba su fuerza”.


Esto no es asunto sólo de animales, a menudo a las personas nos ocurre lo mismo. De hecho, es una situación bastante común.


Y , ya que estamos, con todo este rollo de tiranías  y recortes de libertades -el tema es alucinante- uno tiene la impresión de que la estaca de madera ya está puesta y atada en el elefante de la sociedad.



1 comentario:

  1. Muy buena explicación. Algunos la entedemos especialmente y lamentablemente bien por haber estado viviendo encadenados durante años por cuatro palabritas del visionario de turno. Una vez liberados, nos dimos cuenta del cuento. La vida es un circo, sí, con domadores muy cabrones.

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