Parece que no podemos vivir sin algún placer. Otra cosa es qué significa placer para unos y para otros. No entiendo al que no lee, porque para mi es uno de los mayores y más intensos placeres. Sin embargo, hay gente que leer es un disgusto y un fastidio. Tendrán otros placeres. El fúmbol, por ejemplo, o los deportes en general.
O la gastronomía.
Lo que está claro es que hay placeres que son más espirituales, y otros más carnales. Cuando leo no hay nada en mi cuerpo que se excite. Cuando como sí. Y ya no digamos cuando...bueno, vamos a dejarlo así.
En los dos casos, espirituales y corporales, cuando se alcanza el deseo, o el gusto, uno está satisfecho...si te pasas, entonces estás abotargado (a mi me sucedió con Simenón, que me di un chute de todas sus obras y acabé harto de él una buena temporada.
Un cura me dijo una vez que yo era un “destemplado”. Hablaba de la virtud de la templanza que, efectivamente, a mi me falta. Y ya la doy por perdida. He aprendido que soy como soy, y sólo puedo luchar por moderar mis ansias. Eso se aprende a base de usties. No hay otra.
Todo este rollo viene a cuento de una canción que recordé de hace años. Decía “toy contento, yo no sé qué es lo que siento”. También habla de lo mismo la de “tengo el corazón contento, el corazón contento...”.
“Contento”. Me parece una palabra a darle más brillo y esplendor. Es más humilde que “alegría”, que de tanto usarla , y en tantos sentidos, ha perdido fuelle. “Contento” es un estado bien majo y sencillo, que habla de estar bien. Mi estado más que de alegría es de estar contento.
Hay gente que nunca está contenta con nada. Ya es una frase hecha.
Reivindico esta maravillosa palabra, que habla de estar bien y, además, tranquilo, tan feliz y tan campante.
Esto se parece cada vez más al estriper de luis enrique, también seleccionador de los internets.
ResponderEliminarSí, la verdad. Siento que me estoy echando a perder.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Esas no son manos de pianista, tramposo!
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