Hoy cumplo sesenta y cinco ñpapos.
Ya pasé el meridiano , seis décadas y cinco años— y lo celebraré a mi manera. Estaré con mi madre.
Siempre en mis cumpleaños se ha colado una sombra que no es tanto tristeza como conciencia repentina de una vida que ha sido un desastre. Alrededor de la fecha de mi cumpleaños me da por recordar y rumiar. Afectivamente tengo el estómago de vaca.
Pienso en mis padres, que son gente de quilates, en las personas que pasaron por mi vida dejando su huella buena. Y en las distintos cruces de caminos que aquí y allá fui eligiendo. Nunca supe por qué ése , o aquel, o el de más allá. Y en los amores. Y en la cantidad de cosas que he hecho mal.
Pienso en mi vida, y qué mierda, pero qué mierda. He querido a mis amigos, los he defraudado, me han perdonado y, contumaz, los he vuelto a defraudar. He acumulado pecados, he hecho unas pocas obras buenas, pero puro churro. Quizá no sea suficiente para dramatizar, lo sé, pero no consigo zafarme de la perturbadora sensación de haber dilapidado mi tiempo, de haber profanado con mis manos, indignas, todas y cada una de las oportunidades que Dios, indulgente con mi profanación, me ha concedido.
Escudriño mi pasado y pienso que la muerte, si llegara ahora a hurtadillas, sin avisar, me pillaría a contrapié, en paños menores, con los deberes apenas empezados y una vida a mis espaldas que debería haber sido cántico pero que, ay, a duras penas ha llegado a balbuceo.
Sólo le pido a Dios la gracia de una vida como la de san Luis Gonzaga, una vida que me permita mirar a los ojos a la muerte
¡Ay, la muerte!. ¡ Cuánto aprendí de mi padre y de Manuela de la suya. Y de Joaquín , y Joan, y Satur...
¿Habría vivido como he vivido si la hubiera tenido en cuenta, si hubiera considerado la posibilidad de su inminencia? ¿Me habría saltado esa tentación, habría asistido a aquella otra? ¿Habría publicado aquel libro …? ¿Habría sido áspero, huraño, falso, engreído, intransigente, desabrido? ¿Habría hablado así a mi madre, herido así a mi hermana? ¿Habría sido infiel a Manuela? ¿Habría robado para conseguir un placer efímero? ¿Habría dedicado tanto tiempo a Instagram, Facebook, Twitter, LinkedIn, WhatsApp y a tantas gilipolleces?...y tan poco a mis hermanos, a ese amigo, a aquel alumno, a esa familia que me necesitó? ¿Le habría negado aquel abrazo a mi padre? ¿Habría envidiado a ese conocido que triunfaba cuando yo no? ¿Habría sido tan severo con el mal ajeno y tan condescendiente con el propio? ¿Acaso habría desconfiado de ...? Son preguntas retóricas, porque la repuesta la sé, sí, la sé…
Le pido a Dios esa gracia de una vida que me permita mirar a los ojos a la muerte, cuando llegue, y espetarle algo así como que estoy listo. Porque ahora mismo, con este historial que os he resumido, sólo podría agachar la cabeza y suplicarle, humillado, que me dejara un poco más de tiempo para seguir malgastándolo.
Si se te acerca la muerte, corre todo lo que puedas, viejo
ResponderEliminarEn eso estoy, chaval... jajaja jajaja jajaja jajaja jajajajaja jajajajaja jajaja jajaja jajaja jajajaja jajajajaja jajaja jajajaja jajajajaja jajaja jajajajaja jajajajaja jajaja jajaja.
ResponderEliminarNo dejes de leerme.
Si eres capaz de escribir un post como este es que vas por muy buen camino para poder afrontar la transición de forma muy digna
ResponderEliminarYa veremos.... gracias amig@
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