viernes, 2 de diciembre de 2022

TARZANCITO.

Curiosa la leyenda de Tarzán...¿por qué nos atrae tanto.?


Tarzán no sabía que era un hombre , y chillaba y comía como los monos. En realidad, todo lo hacía como los simios. Entonces, un día un hombre se lanzó a la caza del chimpancé y la manada huyó dispersándose


Pero el mono aquel era un hombre, no un primate, así que se quedó quieto, esperando. El grandullón lo miró y le dijo: «¿Qué haces tú aquí, entre los monos , dando alaridos, tocándote la pirindola, comiendo tus vómitos y riéndote aplaudiendo con las manos y dando volteretas?».


Y Tarzacito respondió: «¡¡¡hu hu hu!!!», y empezó a chuparse el ciruelo, un poco avergon­zado.


El hombre lo cogió por el cuello, lo llevó hasta un estanque y le dijo:


«Ahora, mírate en ese estanque.» Y el cachorro se miró y, por primera vez en su vida, vio cuál era en realidad su cara.


Contempla su rostro e intuye que no se parece a los demás cuadrupedos...está empezando a entender el mensaje.


La lección siguiente del cazador es  llevárselo a su casa, donde hay comida fresca, y libros. Nuestro hombre le dice a Tarzancito que se sirva. Éste retrocede gritando con miedo.


-Vamos, nada de tonterías -es la respuesta- , y le empuja el bocado por la garganta.


El cachorro hace arcadas, como le pasa a todo el mundo cuando le alimentas por primera vez de alimentos que no ha probado en su vida.


Así, entre arcadas, la libertad se le va infiltrando en el organismo, ya que es la comida que le corresponde, y le activa el sistema nervioso. Espontáneamente sacudido por el alimento adecuado, Tarzancito da un pequeño balbuceo humano, y el grandullón le dice:


- Ahora sí. ¡Lo conseguimos! Ahora comerás como un hombre, y te enseñaré a leer, a escribir, a no olisquear el culo de las orangutanas,  y  subirte a los árboles.. .


Tarzancito comenzó a pelarse el nabo, pues llevaba años dale que te pego.Le disculpaba que no sabía que es una fea costumbre.


- ¡Tarzancito!, ¡no te la casques de esa manera tan bestia!!, ¡control! 


En esta historia hay una moraleja, naturalmente, y es que, en realidad, son muchos los humanos que viven - ¿vivimos? - aquí como putos monos. La función de la sociología, de muchas ideologías, de bastantes religiones, de la política, y de casi toda nuestra educación es enseñarnos a ser monos. 


Observad con detenimiento  los políticos de nuestros días, da igual el partido. Fijaos  en las masas de afiliados que los siguen. Incluso se huelen el culo unos a otros, y aplauden enloquecidos , como mandriles. 


Pero la función de los grandes humanistas es ponernos ante nuestro auténtico rostro de hombres . Entonces aparece el problema. Tú has encontrado tu cara de hombre, pero aún sigues viviendo aquí con los orangutanes...trabajar, trabajar, trabajar, comer, dormir, trabajar, subir al árbol, bajar del árbol, follar, trabajar, fútbol, trabajar, comer, reír aplaudiendo y gritando ¡visca Cataluña!...¡viva España!... y vuelta a  cascártela,   ¡gora Esuskadi!...¡nosotras parimos, nosotras decidimos!... trabajar, follar, furbol, olerle el ano en canal a Mariano...Arturo chupándose el pepino...subir al árbol  


¿Qué vas a hacer?




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