Un día recibí un correo electrónico que me dejó perplejo, por decirlo suavemente. Escribía desde un cíberg en Monterrey. Me decía que era sacerdote en crisis. Había abandonado la labor pastoral que atendía en México DF y se había ido muy lejos. Allí buscó trabajo en un Starbucks . La razón de que me escribiera era que me leía en una página , Opuslibros, y me seguía a diario. Me pedía que rezara por él. Y me enviaba una foto de él , con el uniforme de la multinacional de cafés, junto a dos chicas, también uniformadas. Se llamaba Agustín.
A la vuelta de su correo le contesté que tenía una duda: " ¿ con cuál de las dos te follas, o lo haces con las dos?".
Me dijo que, por favor...
Tiempo después, saliendo de una residencia de personas mayores en La Granja, me crucé con una anciana que estaba desorientada. La acompañé a la residencia . Y en la puerta le dije:
- Esto no es gratis. Le voy a pedir que rece por un cura amigo que necesita que recen por él.
- ¿ Cómo se llama?- preguntó.
- Agustín.
Y allí mismo se puso a rezar el avemaría en voz alta. Y al llegar al "santa María" recitó " madre de Dios y madre de Agustín, ruega por nosotros pecadores...".
Me gustó y me conmovió el detalle. Nunca había escuchado a nadie unir y meter en cuña una persona al avemaría. Y lo escribí en una entrada.
Poco después recibí un correo de Agustín. "Estoy en un cíberg leyendo lo que has escrito. Llorando como un niño. Muchas gracias, Suso".
Meses después , me escribió desde una ciudad de Estados Unidos, en Texas. Me enviaba una foto vestido de sacerdote. Había regresado a su condición sacerdotal incardinándose en otra diócesis. Y allí sigue. De vez en cuando me envía fotos de bodas, de bautismos, de movidas que tiene.
Podría contar muchas cosas.
Cuando Manuela enfermó de ELA le escribí. Me envió esta foto. Es el Sagrario de su parroquia donde puso una cartela con los nombres de ella y mío. Y me escribía : La tarjeta tiene dice Suso y Manuela, y está dentro del sagrario, debajo del copón; nadie la ve, sólo nuestro señor. tu nombre y el de Manuela están ahí , con Él.
Me conmovió. Me conmueve. Porque desveló el misterio, abrió esa puerta maravillosa, nos puso en la frontera de la Fe, donde ya no se puede ir más allá. En ese lugar que hasta bien poco estaba prohibido a gente como nosotros.
Está muy loco. Muy loco.
Hablando de curas, de todo tipo y pelaje, ¿conoces a un tal padre Adam Kotas, el cura polaco que es viral en Youtube?
ResponderEliminarNi idea...
ResponderEliminarMe enviaron chistes contados por él...me parece que es un producto , un artificio, menos ingenuo de lo que parece.
ResponderEliminarLa entrada de hoy tiene mucha fuerza... me deja sin palabras. Impresionante. Si el protagonista lee estos comentarios: mis mejores deseos para él. Para acabar de entender la entrada, cuando te envió la foto uniformado de la multinacional de los cafés y junto a dos compañeras, le respondiste con un comentario tan bruto porque, en aquel momento, pensabas que quien te escribía era alguien que te estaba troleando, que no podía ser real, no? Es que en una entrada tan bella y tan poderosa resulta chocante la salida que tuviste... e imagino que tiene una explicación. Gracias.
ResponderEliminarÉl me leía, por tanto, no le extrañaría mi comentario. Soy muy guasón. También el que él estuvo unos años estudiando en la Universidad de Navarra y entiende este tipo de lenguaje.
ResponderEliminarY, por último, tiene mucho sentido del humor... nos escribimos con frecuencia y siempre se despide pidiéndome mi bendición.
Siempre supe que era verdad lo que escribía... también que o se follaba a una del Starbucks...o a las dos .
ResponderEliminarEstar en medio del mundo y ser uno más implica eso. Por decirlo de alguna forma, los empleados de Starbucks o del McDonald, no tienen por qué mantener el celibato.
ResponderEliminarEstoy seguro que sus experiencias prévias son la base más sólida para comprencer y ayudar ahora a los demás.