Hace una semana me escribió alguien que vivió conmigo hace muchos años en el club Herzegovino. Recordaba anécdotas de aquellos días. Y en una de ellas - el día que desaparecí y regresé dos meses más tarde- me preguntó, " ¿ qué sucedió allí?
Cursaba tercero de Historia en la UAB . Aquel año estaba fatal por muchas razones, una el que después de dos años de becario a tiempo completo en Viaró debía volver a la universidad. En Zaragoza cursé dos años , que me convalidaron en la UAB, tenía un plan de estudios distinto. Habían transcurrido los dos cursos . Regresar a los libros fue traumático para un tío acostumbrado a no pegar ni golpe ni abrir un libro en ese tiempo.
En esa temporada, por un rocambolesco azar de la vida , tuve una relación extraña, que derivó en una experiencia sexual que me hundió definitivamente. Pensé que había caído demasiado bajo. Me sentí muy sucio, y pensaba que la perversidad de mi pecado no tenía más solución que escapar. Y decidí marcharme a la francesa, sin despedirme. Estábamos a finales de mayo. Recibía la nómina en negro, y en metálico. La cobré . Y al día siguiente, mientras los de mi centro asistían a un medio de formación, hice una maleta, escribí un algo a modo de despedida, y me fui a la estación de Francia.
Me fui en tren de noche a Madrid. Muchas veces he vivido en el desvarío, pero aquel viaje fue un delirio. No sabía dónde iba, ni qué propósito llevaba en la vida. Probablemente huía de lo peor de mi mismo, sin destino alguno.
Era consciente que, aunque llevaba dinero de un mes de sueldo, debía ahorrar hasta conseguir mantenerme. Me hospedé en una fonda. Una habitación sin ventilación, sin ventanas, sólo un lavabo, una cama, una mesilla, un taburete, un pequeño armario. La soledad era espantosa.
Al día siguiente fui al Corte Inglés y compré algo de vestir: una zapatillas, un pantalón vaquero, un polo de rayas. Y salí a buscar trabajo. Fui a Hispavox , una productora y distribuidora de discos, y tuve una entrevista con el que había sido cantante de Fórmula V, Paco Pastor, trabajaba allí. Me dijo lo que quería saber para poder presentar canciones compuestas por mi.
Leyendo el periódico vi una oferta de trabajo en un algo nuevo que se llamaba " Jugolandia". Fui y me entrevistó el propietario. Necesitaba personal. Se trataba de un concepto entonces innovador: una especie de bar de diseño que ofertaba , como especialidad, todo tipo de zumos y combinados. El hombre me preguntó por mi currículum. Le conté mi vida, a saco: que había dejado la obra, un trabajo en Viaró, la nueva vida. El tío, ya talludito, alucinaba. Me preguntó:
- ¿ Qué piensas de mi?
- Parece usted un cabrón, probablemente lo sea.
- Contratado. Serás el encargado del negocio. El viernes a las ocho de a mañana aquí.
Era miércoles. Estuve los dos días golfeando feliz por las calles de Madrid, con la perspectiva de un buen trabajo, y con dinero en el bolsillo. Me recorrí las discotecas de la zona , sobre todo una que creo recordar se llamaba " El Continental". Un desfase.
El viernes se me cruzaron los cables y no fui a la cita. Fui a Cádiz en tren. En el viaje me gané la curiosidad y el favor de un tío que resultó ser propietario de una red de concesionarios de coches de segunda mano. Al llegar a destino quedamos que al día siguiente me enseñaría los concesionarios. Si me gustaba lo que veía podríamos hablar de una oferta de trabajo. A la mañana siguiente recorrimos la ciudad, los concesionarios, y el hombre fardó, sacó pecho, estrella de sherif, contactos , y me preguntó que qué tal.
- Mañana hablamos de condiciones, le mentí.
Y me fui a la estación de autobuses. Antes pasé por el puerto con idea de embarcar a algún lugar de las américas. No había viaje. Y el destino fue Torremolinos.
En Torremolinos me hospedé en un tugurio que, en principio, tenía buena pinta, y era económico. Sólo que la habitación estaba en un patio exterior lleno de gatos , tampoco tenía baño. Pasada la primera noche, al despertar, vi que había una especie de basurero, un albañal donde tiraban escombros. La olora cuando le daba el sol apestaba. Pero era lo que había. En la maleta llevaba todavía el traje de faena de Viaró.
Salí a buscar trabajo. Me recorrí todos los pubs de aquella ciudad, que comenzaba su temporada fuerte de verano. En uno de ellos , mientras hablaba con el dueño del local, vi una guitarra en la pared.
- Yo tocó la guitarra. Si quiere puedo tocar para dar ambiente.
- A ver qué sabes, toca.
Canté "La distancia". Al hombre le gustó.
- Vale. Las propinas para ti.
- Y las consumiciones gratis.
- Pero no te pases.
( Continuará )
Espero las siguientes entregas... tu vida da para una buena novela biográfica. Cuídate. Un abrazo
ResponderEliminarUn tebeo...
ResponderEliminarSuso, lo sepas o no, eres único (en el mejor sentido del término). Tienes algo especial. Prueba de ello es lo que narras. Sé muy bien como funcionaba el Betis en 1980 (y años colindantes). Desaparecer dos meses del radar y que te dejaran regresar es extraordinario. En la sección f. si hacías esto una sola noche sin causa justificada era motivo de expulsión ipso facto; y, en la sección m., no se estaban con chiquitas. No recuerdo ningún caso similar al que cuentas. Lo dicho, tienes (y tenías) algo especial que te hace único.
ResponderEliminarno te lo crees ni tú...
ResponderEliminarYo también me despedí a la francesa. Aproveché que no había nadie en el centro en ese momento hice la maleta y me fui. A las dos semanas me localizaron, vino el director del centro muy seguro de sí mismo, me dijo que no hiciera chiquilladas y que hiciera la maleta y volviera con él. Ni de coña, le dije, (1979), y hasta hoy.
ResponderEliminarFalta la segunda parte....
EliminarLo que tienes es una memoria pro-di-jio-sa (así, con J)... Vas y te acuerdas del Continental y de la canción que cantaste hace casi 50 años... yo no recuerdo qué cené ayer... 🤷🏻♂️
ResponderEliminarTodos esos días fueron muy intensos, la verdad.
ResponderEliminarLo de Paco Pastor me lo recordó el Pasapalabra de hace unos días, salió él de invitado y dije..."¡¡¡coño!!!, ¡¡¡ es él!!!
La segunda parte promete. Difícil superar la 1ª.
ResponderEliminar¿ Y la finalidad de este blog cuàl era?
ResponderEliminarEs que no lo recuerdo.
Disfrutar. Incluso soñar.
EliminarPor otro lado, ha probado:
Tele5.es ?
Saludos cOrdiales
¿ Finalidad?...¿Quién dijo finalidad?...has llegado tarde...de todas formas, ¡bienvenid@!
ResponderEliminarA veces pienso, ¿quién me lee?...¡¡¡ Tele 5!!!
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