En el pub partí la pana entre cacatúas teutonas - teutonas he escrito- inglesas Titanlux, sus pinturas cubren el mundo, y restos de serie en busca de un trozo de carne que llevarse a la boca. Y eso era yo. Un pobre hombre que se soñaba una mierda de vida. Un triste que mantenías affaires ridículos con señoras mayores que le pedían " dime que me quieres". Y lo más triste, lo decía.
Abandoné la habitación dejando mi maravilloso traje sobre la cama. Todo me daba asco. Yo mismo me hubiese tirado a ese estercolero.
Y marché a Granada. Allí estaba mi hermano.
Llevaba ya más de un mes desaparecido. Podéis imaginar cómo estaba en la obra, sin noticias mías, mis padres - les habían tenido que transmitir mi desaparición. La razón de ver a mi hermano no fue de orden afectivo, ni monetario , aunque estaba ya canino, ni siquiera algo que tuviese que ver con la conciencia. Nunca supe por qué quedé con él.
Hablamos en un bar. Le dije que dejaba la obra, que estaba buscando, que andaba muy perdido. Tonterías, porque ni yo sabía lo que quería. Me acompañó a la estación de tren. Me despidió allí. Y vio que el tren se alejaba destino Madrid. Llamó a mi centro de la obra, a Herzegovino , y dio noticia de mi.
Al amanecer llegaba a Madrid. Y allí me estaba esperando Luis, el director de mi centro.
- Deja de huir. Haz las cosas bien. Si quieres te acompaño a Zaragoza. Vete a casa con tus padres, serénate.
En el viaje en coche a Zaragoza le conté todo. Todo es todo. Ya nada me importaba. Recuerdo que antes de llegar leímos el evangelio a la ruleta rusa. Salió la escena de la pecadora arrepentida...¡ Dios cómo lloré!
Me dejó en la puerta de casa de mis padres:
- Mañana vuelvo a Barcelona. A las ocho estaré en el Pilar. Si quieres puedes regresar. Nada está perdido.
Me costó creer que, después de todo lo que había contado a calzón quitado, en lugar de recomendarme un buen psiquiatra, me ofreciese continuar como si nada hubiese pasado.
Al llegar a casa mi padre me arrastró, literalmente, al salón para estar solos y allí me abrazó, me llenó de besos, y me repetía sin cesar las palabras de la parábola del hijo pródigo: ¡ estabas muerto, y has resucitado!
Podéis imaginar la llorera de los dos.
Esa noche fue una de las más largas de mi vida. Y decidí regresar a Barcelona.
Al día siguiente fui al Pilar.
- Antes de ir a Barcelona me gustaría que fuésemos a ver a don Vicente García Chus.
Don Vicente entonces era el sacerdote más mayor de la obra ordenado por san Josemaría. Y fuimos a Marina, un centro de Zaragoza. Aquel hombre me oyó en confesión de un modo, como era él, muy emocionado, cariñosísimo y, simultáneamente, sin saber qué hacer: me daba palmaditas, " no te preocupes, no te preocupes". No me dejó terminar. Me dio la absolución.
- Oiga, no he terminado.
- No te preocupes, Dios te quiere mucho.
Y al despedirme me dijo algo que me extrañó muchísimo , por absurdo: " un día te besaré el anillo de la fidelidad".
Años después, en Torreciudad, lo hizo.
Regresamos a Herzegovino. Nadie hizo ningún comentario de mi ausencia. Ni una pregunta. Nada. En Viaró lo mismo. Como si no hubiese sucedido . Nunca. Ni entonces, ni después.
Hasta hoy.
¡Vaya juerga! Después de todo eso... ¿Cómo te lo hiciste para volver en 'buen plan'? Yo hice algo parecido y jamás volvió la cosa a ser igual...
ResponderEliminarEsos son los misterios de la vida, amigo.
ResponderEliminarEntrevistan a Nacho Taló en infovaticana, uno de tus tigres del eixample.
ResponderEliminarPerdón, infocatolica
ResponderEliminarNacho, un tigre , un hombre cabal, un corazón de quilates.
ResponderEliminarAl anónimo que avisa de la entrevista en infocatolica: ¡Mil gracias! Me ha gustado poder leerla. En cuanto a los elogios que prodiga Suso: "un hombre cabal, un corazón de quilates", los suscribo, corroboro y confirmo al ciento por ciento. No sólo eso, los amplio y extiendo a los hermanos del entrevistado. Son una saga de quitarse el sombrero.
ResponderEliminarHabía que conocer a sus padres...la madre, para besar donde pisara.
EliminarSuso... yo te conocí... Bueno... Te "vi"... en el UNIV. 80..."Reina de reinas... y tal..."... Momentos memorables... Primer "patio de San damaso"... Por cierto... que el director de mi autobús me hizo una cf por comprarme un helado... Muy educativo el julai... Pero tie cojones k en mi recuerdo quede de esos días esa corrección... Después de tanto escuchar de los helados italianos resulta k me compro uno y Toma!... Mucho tacto el colega... Hoy gran personaje... Pero mediocre... En realidad... K con su pan se lo coma!!!
ResponderEliminarA mi en ese UNIV me la hicieron por comprar una caricatura que me hizo un notas en la plaza Nabona... era Luis, el que vino a buscarme a la estación de Madrid
ResponderEliminarBoza?
ResponderEliminarEl mismo
Eliminarhola. san josemaria nunca ordeno a ningun cura , no fue obispo
Eliminara pesar de que lo deseo fervientemente.
El de la foto es Usted?
ResponderEliminarEn una instanea de aquellos años
ResponderEliminar¿Siempre has llevado gafas?
ResponderEliminarNo... tengo un ojo vago, más que vago, y llevé parche un tiempo de pequeño , pero no tenía disciplina.
ResponderEliminarDespués intenté llevar gafas una temporada, pero nada.
La foto es de esa temporada
Estamos igual, entonces. :)
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