martes, 18 de julio de 2023

UN PADRE DE LOS DE ANTES.

Cada vez que pienso en mi padre, más gigante me parece. ¡ Qué tío! 


Nosotros íbamos de vacaciones un mes, del 15 de julio al 15 de agosto. No éramos ricos, mi padre era  viajante - era la palabra que usaba y gustaba para definir su profesión . Un representante , lo que ahora se llamaría un puto autónomo. Durante bastantes años le fue muy bien. Eran tiempos donde nadie cotizaba, los impuestos eran una pachanga. 


A mi padre le pilló el cambio de la España de Franco a...a...¿esto? Bueno, le pilló bien pillado. Y se lo llevó por delante. con la crisis. Pero esa es otra historia.


Íbamos a Bielsa, un pueblín  en el Pirineo. Estaba a unos doscientos cincuenta kilómetros de Zaragoza. Había que cruzar tres puertos de aúpa, y dedicábamos el día a realizar  el viaje. El coche era un Morris 1100, verde, recién estrenado ( había sustituído al 600). Allí nos metíamos siete: mis padres y  los cinco hijos. ¡ Con equipaje para un mes! 


Un padre de antes empezaba a meter trastos en el coche a las cinco de la mañana. Y organizaba el maletero como un Tetris .  Era una proeza de ingeniería . Y tiraba de baca, y de tensores de fuerzas que tiraban en direcciones imposibles.  Colocaba en los agujeros y huecos más ocultos e impensables de encontrar zapatos, flotadores, botas.  Un padre de antes era un puto estratega porque hizo una mili gorda. Y eso se notaba.


Mi padre, si hacía calor, bajaba el cristal con la manivela, apoyaba el codo en la ventanilla, se liaba un Ideales Caldo,  sacaba el codo  , se desabrochaba un botón de la camisa y a tomar polculo. Y hasta Bielsa. Y , encima, cantando, para que los niños no tocaran los cojones. Tampoco había radio casete . Yo he ido con un zurullo de cosas, de toallas, de cajas, de mogollón de trastos en la nuca. Y mis hermanos.  


Y ahora la peña no sabemos conducir sin climatizador. Y el coche tiene que tener un sintonizador high level  MP3 y su puta madre.  Unos mierdasecas es lo que somos.


Los  padres de antes no llevaban tatuajes, ni pendientes, ni se dejaba coleta. Un padre de antes o iba peinado a raya o era calvo, como el mío, no se hacía trasplante de pelo,  e iba tan chulo . Porque los padres de antes tenían dignidad. Mi padre era un señor, sí señor. 


A mi padre se le rompía la ventanilla y ponía un cartón. Y si se le bajaba el cristal le ponía un destornillador. Y venga,  ¡palante!


También he visto muchas veces a mi padre sacar gasolina del deposito del coche usando una goma, tirando de chupetón y de escupitajo fuerte. Y sabía como estaban los amortiguadores sentándose fuerte en las esquinas del coche. 


Mi padre era  Norauto.


Mi padre no usaba el intermitente, sacaba el brazo hasta la axila por la ventanilla y señalizaba la maniobra. Y cuando daba marcha atrás giraba el cuello como un búho real para mirar a través de la luna trasera. No se andaba con gilipolleces. 


Un padre de antes aprovechaba el semáforo rojo, al que él llamaba "el disco", para abrir la ventanilla y vaciar el cenicero. Y lavaba el coche en el río con un cubo de agua con un chorreón de Mistol y una esponja gorda.


Y cuando alguien lo adelantaba, decía en alto "¡¡¡A dónde vas, Fitipaldi!!!" porque para mi padre en un viaje lo importante era llevar una buena media.


Mi padre le daba luces a los coches que venían en sentido contrario para avisarles que estaba la Guardia Civil. Y tiraba de claxon a tope  en las curvas cerradas.


Mi padre era así, un gigante. Además sabía un güevo de Historia. Era un lector voraz. Dibujaba sus sueños. Cantaba y hacía dúos maravillosos. Había canciones que le hacían llorar. Era un señor con las señoras, un caballero con mi madre. Vestía con elegancia. Llevaba txapela vasca con estilo, nada de boinicas de rabo corto. Conocía todo de setas. Se hizo una ebanistería en el trastero y elaboraba sus propios muebles. También aprovechaba la plaza del garaje -  esos días aparcaba el coche fuera- y  la usaba de frontón para jugar con sus hijos. De huerta lo sabía todo. Se hizo una inmensa, la valló con somieres y restos que encontró abandonados en los  contenedores y puntos limpios de Zaragoza.  Comíamos de los productos de su huerta. Era un cocinillas de primera. Mi padre rezaba con la fe de los cruzados. 


Mi padre subió todos los tres miles del Valle de Pineta. Cazaba perdices y codornices que mi madre le preparaba con primor. Pescaba a mano , era furtivo, truchas en ríos de aguas frías. Íbamos al bosque a coger fresas con nuestros pozalicos. Subía los árboles a coger tila.


Cuando vinieron mal dadas en el trabajo, el hombre no perdió su dignidad. Si alguien sabe qué es eso del señorío somos nosotros. Porque ese hombre volvió a empezar representando  casas  de medio pelo. Cogía productos que nadie quería. No interesaba  servir con  un comercial que rebasaba los sesenta. Y allí salía el tío, bien elegantón, todo tieso...cuando vi la película Cinderella Man la escena del boxeador pasando la gorra para que le dieran algo por un combate de mierda de acordé de él. 


Ya digo. Un gigante. Y yo soy una mierda. Pinchada en un palo.




11 comentarios:

  1. Pues efectivamente, tenían dos cojones nuestros padres; nosotros, uno; y me temo que nuestros hijos, hijes o como cojones se diga, que ya no lo sé, ........

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  2. Recuerdo una excursión con mi tío al volante en su flamante 1500 - cochazo donde los haya tenía el cabrito; también tuvo la primera tele en color que vi en mi vida, acullonánt - con once energúmenos once haciendo el cabra como pasajeros; no sé cómo hemos sobrevivido.

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  3. Sospecho que has salido a tu padre

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  4. Pues el mío lo mismo pero en discreto. Hacía tanto o más pero no se hacía notar. Ni tabacos petardos, ni bocinas, ni na de na. Un cerebro currante y brillante que sólo se desquició cuando premonizó el fracaso de sus hijos/as cuando se metieron a eso de la opus. Murió tranquilo cuando supo que todos los suyos se habían ya librado de tal tormento.

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  5. El mío respetó lo que cada uno hizo en su vida, dentro, y fuera. Nunca se metió en la vida de nadie.

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    1. No se metió con ninguno de sus hijos, lo sufrió en silencio. Si no lo expresé bien ahora queda claro.

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  6. Otro tema y culebrón del verano somontanero. El párroco de Bolturina, nuevo rector de Torreciudad. Y no es del OD. Y Ocariz bien Gracias. Huyendo del calor Romano a por uvas.

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  7. Me da que el obispo de Barbastro quiere ganar puntos para la pole delante de Ghirarda... Barbastro/Monzón tiene pinta de chungada muyyyy principal como huerto pastoral.

    Lo de Bolturina suena a cachondeo.

    Pero, en fin, veremos cosas más chungas

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  8. Bueno el OD lleva cachondeandose de la Iglesia casi 100 años. Está bien que empiecen a tomar de su propia medicina . Y veremos o la intervención o la disolución.

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  9. Ya veremos, son expertos en ceder sin conceder con el ánimo de recuperar.
    Apuesto a que no pasará nada.
    Pero me da igual... no es mi guerra

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  10. Nada de nada. El Obispo de Barbastro manda menos que el presidente de mi escalera. Por cierto, Bolturina está deshabitado.

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