viernes, 7 de junio de 2024

AFILANDO EL HACHA.

Las decisiones que tomes en tu vida, tienes que tomarlas con mucha claridad y para ti, porque con quien vas a estar toda tu vida es contigo . Es contigo con quien vas a vivir toda tu vida. Esa fue la idea madre que me comentó la única vez que hablé con don Ezequiel Cabaleiro en un curso de  retiro.


La conversación comenzó con una pregunta: ¿ tú , de verdad, qué quieres ser?


Y tengo la idea clara de que no he sido exactamente quien quise ser.  Vivo en el equilibrio - que se consigue manteniendo fuerzas que tiran en distintas direcciones. Pero basta que una de esas fuerzas, u vector que se desprende, y todo salta por los aires. Y mi vida , ¡ ay, demasiadas veces! , no ha hecho más que saltar por los aires.


Y  , sospecho, que personas como don Ezequiel viven en la armonía. Como una partitura , que se lee sin sobresaltos.  En fin, pienso que durante años viví rodeado de personas armónicas. Y que hay vocaciones que son eso : gente afinada, con una consonancia personal, que maridan bien sus potencias: la  memoria, el entendimiento y la voluntad. 


En fin, estas reflexiones me han ido acompañando. Son lecciones que me han ayudado a caminar, que me han ayudado a avanzar y, a veces, a reflexionar sobre otras futuras decisiones. De tal manera que te das cuenta que durante un tiempo tú crees en una idea, la tomas como verdad, y luchas por ella. 


En mi caso - duele escribirlo-  esas conversaciones me sirvieron para saber que no iba bien, que ya es algo. Y , sin  embargo, pienso que hay una especie de intención , Alguien que, lo queramos o no nos lleva donde hay que llegar y ser.


Al final, llegas al mar. Te pongas como te pongas.


En mi caso - insisto que soy " un equilibrista" ha sucedido que han pasado los años y te das cuenta de que esa idea no era tan perfecta, que esa idea no era tan correcta. Y cambias de idea. Pasan los años y te das cuenta de que aquella segunda verdad que por verdad tenía, no es tanta verdad. Así que hoy pienso que evolucionar significa, simplemente, cambiar de equivocación. Y así fuimos evolucionando, cambiando de equivocación.


Abraham Lincoln dijo algo así que si tuviera seis horas para cortar un árbol, estaría cuatro horas afilando el hacha. 


La frase es maravillosa. ¿Qué hacemos habitualmente? Yo , por lo menos, no he hecho otra cosa  que cortar árboles sin sentido. Me he pasado  todo el rato cortando árboles y, lo que es peor, para otros.  He desperdiciado tanto el tiempo. Así que ahora , en el tiempo de mi jubilación , me he dedicado a  parar y afilar el hacha. Y a mí es un concepto que me encanta. Afilar el hacha es hacer las cosas que de verdad quiero hacer: amar y dedicarme a María José, hablar con mi Dios, vivir la música, escribir,  cantar, ir al gimnasio y andar mucho para intentar  represar la fibrosis y mantenerla a raya . Luchar. 


A mi me ha sucedido  como cuando en la Fórmula 1, un coche, de repente, va perdiendo, cada vuelta, medio segundo. Y le dicen: “Tienes que cambiar las ruedas de seco a mojado”. Y dices: “¿Pero cómo voy a meterme ahora al pit lane y parar … si , encima ,  tardo 30 segundos en entrar, que me cambien la rueda y salir?”. Ya, Suso, pero es que una vez que sales del pit lane, cada vuelta vas a ir ganando medio segundo, medio segundo y medio segundo. Y, lamentablemente, no puedes cambiar la rueda en marcha, tienes que entrar y parar. Y con el hacha te pasa lo mismo, tienes que parar de cortar árboles y tienes que afilar.




7 comentarios:

  1. Suso: mantener a raya es con "y" griega

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  2. La pregunta de don Ezequiel (¿tú, de verdad, qué quieres ser?) es el quid de la cuestión.
    El gran problema del Betis es que la cuestión vocacional nunca se ha planteado así, sino de una manera más pasiva: tú tienes vocación porque lo digo yo, que sé qué es lo que quiere Dios para ti. Y si no la sigues nunca serás feliz. No son vocaciones que surgen de una profunda reflexión, de una vida interior, de pararse en el pit lane a reflexionar aunque sean 30 segundos. Un adolescente no sabe lo qué quiere ser por definición. Nos engañaron a todos y los que quedan se engañan a sí mismos, no hay más que ver la vida que llevan.
    Y es que es imposible. No dudo que la vocación de algunos al Opus Dei sea sincera y fruto de "afilar el hacha" y de una decisión tomada en libertad. Pero es imposible que la institución funcione con el 90% de numerarios sin vocación. No hay más que ver los índices de perseverancia (hay un índice estadístico en la obra que se llama así: "índice de perseverancia").

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  3. Don Ezequiel era un bálsamo. Supongo que por eso atendía centros de numerarias auxiliares. Hablabas con él y salías con actitud muy positiva respecto a tí misma. No daba lecciones ni te decía lo que tenías o lo que te faltaba, lo cual era un gran alivio. Te sentías querida y apreciada. Su recuerdo me produce una sensación muy grata.
    Pétalos de rosa

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  4. Don Ezequiel, aun después de su delicada operación, me daba cien vueltas en humanidad, inteligencia y bondad

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  5. Con J porque viene de perejil

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