Ayer fui de ruta a una de las etapas del Camino de Santiago portugués, en su variante espiritual. Es un recorrido que comienza en Ponte Arnelas y llega a Ribadumia.
La senda no deja la orilla del río Umia. Una vista muy alegre de viñedos - estamos en tierras de Albariño- , de patos, de ranas croando, de una folía de cantos de pájaros, bandadas de cormoranes, de aire que acaricia la superficie del río y mueve las cañas y choperas.
Me cruce con bastantes peregrinos , en su mayoría extranjeros y mayores.
Hubo un momento que parecía estar en un directo de la Sinfónica del Salnés - la comarca se llama así. Una conjunción de sonidos de todo tipo - aire, silbos, croar de ranas, trinos, cañas, el río fluyendo...una armonía maravillosa. Así que me paré, preparé el vídeo de la cámara , y dirigí aquella orquesta. Después envié el a la familia y a unos amigos.
Estaba llegando al final de la ruta y me encontré una familia, madre, padre, y dos niñas. Habían montando un puesto con dos mesas, unos manteles, y una especie de control de avituallamiento. Era una iniciativa de ellos. Los fines se semana que hacía bueno se plantaban allí y ofrecían gratis a los peregrinos algo de beber, de picar, fruta...no pertenecían a ninguna asociación. Vivían allí cerca y pensaban que era una buena forma de pasar los sábados y domingos por la mañana.
- ¿ Y por qué lo hacéis?- pregunté.
- Ayudamos a los peregrinos, damos un servicio y, además, así los niños conocen personas de otras culturas, de otros países, de distintas maneras de pensar, también se sueltan y aprenden.
Me quedé muy impresionado. Y la iniciativa me pareció genial. ¡ Ya les gustaría a más de uno de esos padres de los COFS estar en esa onda!
Una familia no tiene que ser perfecta , basta con que esté unida.
ResponderEliminarMi cuñada ha hecho el Camino unas seis veces en los últimos tres años. Desde Portugal, desde Sarria y otras variaciones.
ResponderEliminarHay dos aportaciones de Fraga que demuestran que era un tipo listo. El impulso de los paradores nacionales (abrió 60 paradores en la década de los sesenta) y el impulso del Camino de Santiago cuando fue presidente de la Xunta, que se ha convertido en un fenómeno de masas. Tienes que reservar con meses de antelación los alojamientos.
Podólogos y callistas hacen su agosto durante todo el año.
-Sr. Fraga, es cierto que ustedes los gallegos siempre contestan con una pregunta?
ResponderEliminar-¿Quién le ha dicho eso?
Bellos lugares!
ResponderEliminarA ver, de Fraga se contaba el siguiente episodio de su juventud (no sé si es cierto):
ResponderEliminarIba con un colega de la Universidad en moto y, en un momento dado, su colega va y le suelta:
- Manolo, te estas rascando la cabeza con el casco puesto!
A lo que Fraga contestó lo que sigue:
- Coño, hombre. ¿Acaso cuando te pica el culo te bajas los pantalones?
De Fraga se cuentan muchas y muy buenas.
EliminarFallecida su mujer, el hombre no podía evitar llorar en cualquier acto público, sin importarle la audiencia, cada vez que algo le recordaba a ella y, si alguien le preguntaba por asuntos de mujeres, respondía que su única novia era Galicia.
Me contó el propietario de un restaurante de Santiago que había citado Fraga a los miembros de su Gobierno a almorzar allí, y a medida que fueron llegando, cada uno pidió el plato de su agrado, generalmente, marisco, pescado del bueno o carnes.
ResponderEliminarTomada la comanda, esperaron que llegara Fraga y cuando éste lo hizo y le preguntaron qué quería respondió: “Cocido para todos”.
Pues hizo bien. Los chipirones, para el gato. Un español de verdad pide cocido.
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