Antes de ayer me llamó uno para felicitarme el cumpleaños y me preguntó cuál fue la parte más feliz de mi vida. Tela la preguntita.
La verdad es que he disfrutado de muchas. He sido un hombre que se lo ha pasado muy bien. Pero muy bien. Pero pienso que fue en mi infancia y en la preadolescencia. Viví en la inconsciencia irresponsable. Fueron las horas más emocionantes, más felices y alegres que cualquiera haya podido experimentar.
Alguien podrá preguntar “¿qué pasó después ?”, le contestaría que el sexo y el amor.
Cuando me enamoré y cuando el sexo entró en mi pobre alma la vida dejó de ser sencilla para mi. Mi barco comenzó a zarpar y dejaba atrás un puerto que nunca más volvería a pisar: la infancia y los años primeros de después . A proa un mar abierto, infinito, misterioso, incierto. Un cielo azul. La calderas a tope, a punto de estallar, al rojo vivo. Muchas preguntas sin contestar.
Y la popa ves alejarse una playa que nunca más pisarás, sin nadie que te despida, sin nadie de quien despedirse, salvo uno mismo, un niño con mi cara diciendo " ¡adios, Susín, adiós!, ¡ya nunca volveremos a vernos!"...y los recuerdos de esos años de inocencia, cuando uno era bueno y era muy feliz . Cuando todo era codo, pestañas, cejas ...sin esa cosita que me iba a llevar por la calle de la amargura durante muchos años.
La infancia es el hogar.
ResponderEliminarYa no me acuerdo de quien lo decía. Algún escritor francés, creo.
Pero tampoco hay que hacer de menos a la madurez, la buena, cuando echas la vista atrás desde la serenidad.
Buen finde.
McC
Creo que fue Rilke el que escribió sobre la infancia como patria.
EliminarBuen día de los inocentes
Pues seguro. No tengo buena memoria para el quién. Se me da mejor el qué.
EliminarMcC
Pues voy, como ser inocente donde los haiga, a añadir el pegote cultureta, con todo respeto y subordinación.
EliminarLo dijo Rilke, Manzoni lo modifica: “la patria está donde se está bien”, que parece que viene de “UBI BENE IBI PATRIA” de Cicerón y que Pío XI utilizó en Quadragesimo Anno (punto 109) para criticar el imperialismo del dinero, para quien la patria se reduce a la comodidad material – este papa era aficionado a la literatura de Dante y de Manzoni, no he leído la encíclica, pero lo cuenta Luis González Carvajal Sanga Bárbara en su libro "El hombre roto por los demonios de la economía."
A mandar. Aunque sea a mandar a hacer puñetas. Feliz día. Viva el Barullo.
Anónimo de las 12:15, ¡Enhorabuena! Acaba de hacer un Sanyi.
EliminarComo hoy es el día de los Inocentes, un homenaje a los que logran desterrar
ResponderEliminarde la cara de los niños
la cruel tristeza de la ignorancia y la miseria del mundo devolviéndoles la alegría , es lo que hace la educación.
Plas plas plas plas
EliminarMcC
Hay una faceta de la vida, de la mía , que no he escrito, y de la que estoy convencido: la generosidad es una forma de egoísmo. Si quieres, lo puedes transcender, o no . Muchas veces he recibido más amor, más energía de la que di.
ResponderEliminarEso sólo me ha frustrado con los Urelles del mundo. Pero daba lo mismo, no busqué nunca correspondencia. Esa es la primera condición de la generosidad auténtica.
La infancia es una etapa fundacional en todos nosotros, pero concuerdo con Maca del Carmen que la madurez, con la experiencia y la sabiduría que nos aporta, puede ser una etapa gloriosa.
ResponderEliminarMe da entre pena y asco que alguien admita que no puede controlar ni su propio nabo. Qué vida más triste!
ResponderEliminarUns buena persona jamás escribiría algo así.
EliminarEste tipo anónimo es un obseso sexual.
EliminarLárgate a otro sitio.
No te quiere ni Susto.
Pues a mí lo que me parece es que usted se define con su comentario.
EliminarY el dueño del bar, demuestra de lo que está hecho al publicarlo. Usted no podría.
McC
Dejadle: no puede no leerme.
EliminarAy, cacahuete! Cómo te traicionan el subconsciente y los complejos! Se rieron mucho de ti en los vestuarios del cole?
EliminarMi infancia no fue nada feliz, contra todos los tópicos. Yo también soy muy feliz cada vez que me enamoro y cada vez que me aman.
ResponderEliminarTambién visitar un sitio nuevo que me gusta mucho me introduce en un estado de felicidad.
Pétalos de rosa
Mi infancia tampoco. Fui una niña triste. Así es la vida. Fíjate que me prefiero ahora.
EliminarNo obstante, he observado que es una experiencia común. Lo de refugiarse en una infancia feliz.
¿Visitar un sitio nuevo? Qué gracia. Mi BFF también es así.
Saludos.
McC
Yo no me refugio. Me preguntaron y contesté. También hoy soy muy feliz 😀
EliminarEn mi caso, los mejores recuerdos los tengo en mi adolescencia, concretamente de los 14 a los 16 aproximadamente. Despertares, algunas chicas, mucho deporte, etc... hasta que pité a los 16 sin estar preparado para pitar, pero debí de ser uno de los daños colaterales de esos objetivos de vocaciones que marcaban desde la delegación como si fuéramos televisores a color.
ResponderEliminarMejor dicho, de los 16 hasta los 16 y medio aproximadamente todavía estuve medio año pasándomelo más o menos bien y sin enterarme de nada o de muy poco. Básicamente porque pensaba que aquello de ser numerario era como estar de convivencias permanentemente, y como me lo pasaba pipa, pues me apunté. Después de ese medio año adicional en que empezaron a darme caña ya no tengo tan buenos recuerdos. Solo sé que si esa situación se repitiera ahora, más de una denuncia le habría caído al director del centro donde estaba (no era el único adscritillo que escribió la carta por pura inercia, éramos unos cuantos y ya no queda ninguno, de hecho yo fuí de los pocos que llegó a la carrera como numerario)
Más tarde, con la entrada en Westpoint-Monterols tuve una subida y luego otra vez de bajada, seguía sin entender nada ni tan siquiera porque a pesar de intentar hacer las cosas bien (por bien entiéndase el significado de la palabra "bien" en el Betis) me seguían dando tanta caña. Llegué a pensar que no me querían dentro y esperaban que yo pidiera largarme pero estaba en pleno síndrome de Estocolmo, así que no lo hice. Fui renovando entregas hasta que a los 26 dije basta. Para mi sorpresa, derepenete, depronoto, gente de mi centro que ni tan siquiera me dirigía la palabra empezaron a tratarme con cierta dulzura y a estar un poco por mí, especialmente cuando ya me había largado. Era tarde.
Y al hilo de estos días entrañables de navidad me es imposible no recordar los cursos de retiro anuales, mayormente del 25 (luego lo cambiaron al 26) al 31, y algún año del 1 al 6 de enero con lo que pasabas de navidad a año nuevo sin solución de continuidad, con los amigos de universidad haciendo planes o alguna quedada y yo buscándome la vida para pasar esos días como si fuera una carrera de 5000 obstáculos...
En fin, que mi adolescencia de los 14 a los 16 fue lo mejor de lo mejor.
Muy feliz 2025 a tod@s!
Fdo. Ex bético, ahora sevillista
Gracias amigo. Buen comentario
EliminarMe identifico bastante con esta historia. Después de dejar el fútbol y al cabo de unos años, me di cuenta que desde los 14 a los 25 no había crecido como debe ser. La madurez natural que ocurre en las personas, dentro del BetisF.C. se demora o no ocurre. Así que me tocó hacer el trabajo tarde. A base de golpes de vida. Si mi infancia y primera adolescencia fueron la mayor parte felices y tranquilas, ahora an mis cincuenta y muchos y en medio de grandes crisis soy también muy feliz. Me gusta mi vida. Y pienso que ahí está el secreto: lo que nos pasa no son obstáculos que tratar de esquivar, si no la vida misma, lo que nos enseña a aprender a amar de verdad año tras año. Feliz. Como dirían hace años: jodido pero contento.
EliminarRetrato sincero, comparto, gracias.
EliminarPétalos de rosa, aquí se te quiere mucho... ergo, aquí siempre encontrarás dosis de felicidad. Te deseo un tsunami de cariño, afecto y amor para el 2025 ¡y para siempre! Un besazo y un abrazo inmenso desde el carrer de Santaló.
ResponderEliminarOiga, usted da un poco de miedo con el eso de dar noticia de la calle donde vive. Tiene pinta de oler fuerte. Cómo de tío solitario con necesidades anónimas indescriptibles
EliminarEn Santaló ya no vive nadie, Santaló es un meeting point: la arcadia de la Barcelona más friendly, cool y buenrollista. Cuando esté de visita por el Upper Diagonal, le recomiendo que se dé un garbeo. Verá que es lo más parecido al bar Ullo.
EliminarTener un blog es el modo más rápido de perder la virginidad; los anónimos dan pol culo desde el minuto uno.
ResponderEliminarLo escribe un anónimo;)
EliminarA veces lo he pensado. ¿Por qué nuestro desarrollo no se detiene a los 11 años, y la humanidad pasa a estar formada por niños y niñas? Nos ahorraríamos el mal que genera el desarrollo de fenotipos que aparecen a partir de la adolescencia y que están relacionados con la reproducción, el control del entorno y la supervivencia.
ResponderEliminarLa respuesta está precisamente en aquello con lo cual están relacionados: necesitamos reproducirnos, controlar el entorno y sobrevivir; y los niños no pueden hacerlo solos; por eso la selección natural ha hecho aparecer las pulsiones relacionadas con el poder, el dominio, la tendencia poderosa a las relaciones sexuales, la tendencia incluso a relacionarse con muchas parejas diferentes para asegurar una mayor dispersión de la herencia, etc. Muchas de estas tendencias no son compatibles con la ética social tradicional; pero aunque la ética humana esencial es inmutable, no lo es la ética social, porque las sociedades cambian.
Lo que la religión suele llamar tentaciones de la carne son llamadas de algunos fenotipos que obedecen a estrategias de la selección natural.
Quizá exista una selección cultural que con el paso de los milenios elimine los fenotipos que la sociedad considere contrarios a la ética, pero como las sociedades cambian, esta selección cambiaría con el paso de los siglos.
Nos han hecho desde abajo, desde el barro, y vamos pasando etapas; no nos han construído acabados.
Quizá no sea buena tanta represión, bastaría con someter todo el tema a la bondad sencilla.
No todo lo que nos han dicho que está mal, está mal ( pero algunas cosas por supuesto que sí). Saber esto, nos puede hacer vivir más felices. No digo, ni mucho menos, que esto sea tu problema (no sería justo juzgar lo que desconozco); ni el de buena parte de la sociedad actual que a veces parece que ha perdido el sentido de lo que está mal, porque está alejada de la bondad.
Lo que es digno de admiración, signo de humildad y de honestidad, es reconocer lo que nos pasa, lo que no hacemos bien; sin duda es el primer paso para cambiar lo que se considere que hay que cambiar.
En mi caso, hasta ahora, cuanto más mayor soy, más feliz (aunque reconozco que la etapa de cuando mis hijos era pequeños fue especialmente feliz).
Como siempre, advierto que mis opiniones son muchas veces heréticas, (y/o a veces un poco hippies), y que pueden apartar a los fieles de la fe o moral tradicionales.
PRISCILIANO
Prisci es una mina
EliminarMi infancia y mi adolescencia fueron lo mejor, sin duda. Hoy soy feliz, pero a años luz de ese corazón desbocado que intuía una felicidad plena y eterna.
ResponderEliminarhttps://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/iglesia-espanola/noticias/documental-opus-dei-reivindica-labor-jovenes-tragedia-dana-valencia-20241228_3069118.html
ResponderEliminarEn la década de los 70’s pitar era algo realmente vanal, lo hacía casi cualquiera que tuviera un mínimo de algo. Yo, desde luego, tenía ese algo que ignoro o incluso menos, pero parecía divertido y te sentías un “enchufado” del entorno; en el colegio principalmente.
ResponderEliminarSolo diré que apenas una semana después de escribir la carta dejé de acudir al centro. Simplemente pensava que con ir de vez en cuando era suficiente. Me tuvieron que venir a buscar a casa y fue el principio de la cascada de broncas que no dejaron de caerme hasta 6 años después, que volví a desaparecer. También me encontraron a pesar de que procuré un refugio seguro, pero esta vez ya no regresé y cuando se dieron por vencidos empecé a respirar, a sentirme -por fin- realmente feliz. Sí, sentí entonces una intensa felicidad.
Yo soy de los que en esta vida ha tenido mucha suerte y creo que me lo pasé muy bien, feliz, en todas sus fases; de forma distinta en cada una, pero muy bien. Sufriendo un poco, en algunas breves temporadas, pero feliz. Y estoy muy agradecido . Aunque no esté totalmente seguro, creo que la índole y el carácter influyen muchísimo sobre la autopercepción que uno tenga sobre la felicidad. Mi hipótesis es que gente como yo, extrovertida de suyo, generalmente entusiasta por nuevas aventuras y planes, acostumbrada a ver el vaso medio - o totalmente- lleno, tal vez un poco superficial e imprudente, lo tiene en general mucho más sencillo que gente más propensa a la introversión, que se lo piensa todo muy bien, bastantes veces, antes de echarse adelante para un nuevo plan; y que el vaso lo ve medio vacío. Especialmente si en su vida tuvieron experiencias muy fuertes y totalizantes, como la de jugar el futbol profesional. Yo lo hice, durante 20 años, en el A.C. Milan (debutando en San Siro a los 14 y medio), AFC Ajax, Arsenal FC y otra vez en el Ajax, donde se acabó mi carrera deportiva profesional.
ResponderEliminarTengo fantásticos recuerdos de mi adolescencia: planes que “gente de fuera” ni llegaba planteárselos, y además aprendiendo a estudiar bien y con autoestima a cien (estaba verdaderamente convencido de ser parte de “algo grande”, sirviendo al buen Dios…). Lo de “jugar al apostolado” y hablarle a la gente de pitar me salía muy natural y bien y creo que tenía bastante mano. Con la perspectiva de los años, me doy cuenta de que, sin querer, hice bastante mal a mucha gente empujándola y en algunos casos afectando su voluntad con mi entusiasmo y empujones. Aunque ahora sea totalmente consciente y me duela el daño que hice entonces a algunos, el hecho es que, entonces, mi actuar me parecía muy bien y estaba verdaderamente feliz. (Ojo: que entre los que pitaron hay quienes todavía siguen dentro, aparentemente contentos y agradecidos, incluidos dos que cambiaron su traje con el saco negro). Ya entonces me llamaba la atención que, para otros compañeros de equipo, el tema del proselitismo era muy difícil. Se trataba, me doy cuenta ahora, de personas generalmente más introvertidas que yo. Y quizás con más finura en darse cuenta de los límites que hay en apelar a la conciencia de otros. Lo que los directores ponían como buen ejemplo de espíritu de proselitismo y visión sobrenatural no tenía nada a que ver con categorías sobrenaturales; eran simplemente manifestaciones practicas del carácter de uno. Muy llamativo el hecho que la mayoría de los tipos que conozco (incluido el menda) a los que les pitaban bastantes amigos, acabaron de vendedores en su trabajo profesional. Y de los que tenían dificultad en meter un nombre en la lista de San José, bastantes acabaron de investigadores de la metafísica del pneuma, de las mutaciones de tetraquarks y pentaquarks y cosas así.
Se me acabaron las pilas. Quizás otra vez cuente de porque fui muy feliz en mi juventud y madurez antes y después de dejar el Ajax. Y sigo siendolo.
Oiga, ha estado usted genial
EliminarMuy didáctico y bueno el comentario. Gracias.