La ideología no sirve para nada. Dios , la política, la religión, el fútbol, toda la cocktelera de creencias que nos han tatuado a fuego con la marca de nuestra particular ganadería no tienen ningún sentido.
Ayer fui a andar con unos amigos de diversa ganaderías ideológicas , unos de izquierdas, otros independentistas, aquellos católicos de los que el Papa Francisco como que no, y otros de derechas, de los de "¡a mi derecha, la pared!". Se empezó a hablar de política y, en medio de un paisaje tan apacible como la Collserola , muy pronto el bosque se llenó de gritos de indignación.
- Vosotros sois castellanos, y allí se pasó frío y hambre, pero aquí, en el Mediterráneo no tiene sentido hablar de reciedumbre y sobriedad ...!nosotros no fuimos a defender Castilla por el mundo!
¡Dios!; ¡las pasiones que despiertan los nombres de algunos políticos de uno y otro bando!. Aquel guirigay vulneraba el silencio espectacular de la mañana. Cualquiera que se cruzase con nosotros nos tomaba por un grupo de tarados de paseo semanal con sus cuidadores.
La discusión se apaciguó en cuanto uno sacó unas cervezas bien frías y ofreció embutidos, pan y tomate. ¡Coño!: ¡a todos nos une el mismo apetito!. Y que nos quieran. Por eso la gente canta, se emociona, cuenta chistes, y se deja de hablar de gilipolleces.
Habría que llevar un cartel en esas excursiones que pusiese eacrito: "señores, se prohíbe hablar de religión y de política, aquí sólo se habla de comida, se canta, se ríe".
Ese deterioro de la convivencia en Cataluña es llamativo. La agresividad verbal ha bajado ya a las sobremesas y los cuchillos de postre en manos de algunos parecen navajas.
Me dicen que en la comida de Navidad hay familias que a ninguno le importa nada la calidez de la fiesta , que hay miedo a hablar según qué asuntos .
Propongo llevar el cartel a esas cenas.
La gente en general no es capaz de enfrentarse ni a problemas reales ni a problemas "vitales", personales o radicales (fuera de un grupo, sea el Betis o un partido político).
ResponderEliminarLa sociedad de hoy es como el cuento de la lechera. Nos estamos repartiendo una riqueza que solo existe en nuestra imaginación.