Venden ahora electrodomésticos y ropa de marca con pequeñas taras a precios de ganga.
La vida es un enorme outlet repletos de seres humanos con taras, algunos tarados. Un mercadillo de los gitanos que gritan su mercancía a quien quiera escucharles. La gente para delante del puesto y mira y remira las prendas, le da la vuelta al dobladillo, y compra una imitación.
Quien más quien menos es un una mala imitación , o un original con tara. Aceptar esto me parece importantísimo.
Y no hay más. Parece que a Dios le gusta la ley de compensación. Todo animal que posee un rasgo admirable es ridículo en otro aspecto. El albatros, divino en los aires, anda como Charlie Chaplin; el pavo real, aristócrata de rodaje, es ordinario en su voz; el ruiseñor, gran artista, va vestido como un bohemio. El poeta paga siempre de alguna forma. Byron es cojo; Keats, tuberculoso; Balzac, vanidoso, y Stendhal, feo: ley de compensación.
A su debido tiempo, todo el mundo acaba por ir al tenderete .
Unos, de repente; otros, después de una larga travesía ; finalmente, cualquier mortal debe enseñar las hechuras . Durante el tránsito, más o menos divertido por este perro mundo, puede que uno haya tenido la suerte de aparentar lo que no eres, pero llega el momento en que no engañamos a nadie.
Jesús tenía una túnica sin costura que, al parecer, tenía un gran valor. No sé qué aspecto tendría esa túnica...pero fue adquirida en un outlet de segunda mano. También Él quiso pasar por ese mercado al final.
Nos vamos sin nada.
Anoche leí en el diario de Sándor Márai:
ResponderEliminar"En la literatura no existe democracia; sólo hay solistas. El escritor que decida cantar en un orfeón descubrirá que su voz no se distingue del coro".