Fui monaguillo en la parroquia de santa Engracia en Zaragoza.
Una señora parroquia , con su enorme sacristía atendida por un sacristán enclenque y con cara de rata, y sus dos hijos. Los hijos eran unos pintureros que afanaban dinero de las colectas y pasaban la tarde jugando a la máquinas en Hobby 2000.
Allí conocí la trasera de los altares , el interior de las imágenes de los santos, armadas con palitroques . Me familiaricé con las formas sin consagrar, que me las comía a puñados , formándose una pasta compacta y densa en el paladar que me producía agujetas en la lengua.La llave del sagrario , que estaba tan lejos del altar que el pobre don Alejandro, un cura casi enano, tenía que saltar para abrirla , y bracear con las piernas al aire.
El sacristán se movía en el revés de esa trama como un ángel viejo , cheposo, cansado.
Atendía los curas con la solicitud de un mayordomo.
Había un mosén que fumaba mucho, don Agustín, Era asmático, y tosía arrancando un esputo espeso desde el garganchón hasta la gola. . Al final de la congestión , naseando el lapo en la boca , la tos se le mezclaba con las lágrimas . Entonces le daba un ataque de asma , y era de ver al sacristán callado, con el cíngulo en la mano mirando el techo y silbando.
Había un mosén que fumaba mucho, don Agustín, Era asmático, y tosía arrancando un esputo espeso desde el garganchón hasta la gola. . Al final de la congestión , naseando el lapo en la boca , la tos se le mezclaba con las lágrimas . Entonces le daba un ataque de asma , y era de ver al sacristán callado, con el cíngulo en la mano mirando el techo y silbando.
Un profesional,
Después el cura se tragaba el japo y continuaba la ceremonia de revestirse.
Una de las cosas que más me impresionó siendo monaguillo fue el ver las lenguas de los devot@s que se acercaban a comulgar. ¡Preguntadme lo que queráis porque las he visto de todos los colores!: blancas, moradas, cuarteadas,carnosas, rosas , con frenillo granulado, con puntitos sangrientos, con manchas blancas. Algunas muy húmedas , o extremadamente secas.
Había piados@s que abrían la boca desmesuradamente, como enormes besugos,y sacaban la lengua como si te fuesen a lavar la cara...y otros, normalmente mujeres , que apenas sacaban la puntita sonrosada entre los labios temblorosos.
De todas formas, lo que más cosa me daba era ver a don Mariano cuando depositaba la sagrada forma en la lengua de un fiel con Parkinson y éste le pegaba un fregoteado a los dedos del cura que el que venía después iba bueno...
A don Mariano parecía importarle nada el asunto, él iba a lo suyo: Corpus Cristi, Corpus Cristi...
El problema se agudizaba cuando el sacerdote y el fiel padecían de Parkinson, entonces, sí que daba cosa...
El proyecto de vida se elige por vocación, circunstancias externas, miedo... Durante lo peor de la crisis se criticaron los anuncios de una diócesis que proclamaban: los sacerdotes tienen trabajo para toda la vida.
ResponderEliminarUno de los obstáculos para hacerme sacerdote es lo cutre que es todo aquello, me repele. Es feo escribir esto, faltan sacerdotes y los admiro, pero... En el Betis será lo que sea pero atrae porque es limpio (con el ejército de numerarias auxiliares frotando todo el día, a eso se llama jugar con ventaja).