Elegante es el que "sabe elegir".
Hay personas elegantes. No es cosa de ricos, de trajes o vestidos de marca, de tener tal o cual posición, ni de la educación que uno ha recibido.
Es un don que la naturaleza otorga a ciertas personas sin que en ello intervenga su inteligencia, el dinero ni la edad. Mi padre, que era pobre como las ratas, era un señor elegante. Sabía estar, su mirada , su forma de pasear la vida , su natural ser y estar, su modo de hablar y mirar , transmitían esa elegancia.
Y no podía hacer nada por evitarlo. Este don es una segunda naturaleza mucho más fascinante que el propio talento.
Era rico con los ricos,pobre con los pobres, gordo con los gordos, sabio con los sabios, o tonto con los tontos. Aunque la elegancia de la que hablo acostumbra a ir de la mano de una cierta prestancia física , un algo que imanta, , su atractivo principal se deriva de la belleza moral, que nace en el interior del individuo y determina sus actos.
Conozco unos cuantos así. Son los elegantes. Recuerdo un obrero que trabajaba en la construcción en Arroyo. No se sentaba a comer si haberse duchado y cambiado de ropa, aunque después volviera al tajo a la tarde, y tuviese que volver a cambiarse.Era del Senegal.
Puede ser lo que sea, a todos les une una característica: son muy buenos en su oficio y cumplen con su deber por ser su deber, sin darse un pijo de importancia.
Todos tienen un modo de mirar, de hablar, de guardar silencio, de caminar, de estar sentados, de sonreír, de permanecer siempre en un discreto segundo plano, sin rehuir nunca la ayuda a los demás ni la entrega a cualquier causa noble, alejados siempre de las formas agresivas, como si la educación se la hubiera proporcionado el aire que respiran.
Y encima les sienta bien la ropa, con la elegancia que ya se lleva en los huesos desde que se nace.
Este país nuestro sufre hoy una epidemia de vulgaridad que da asco.
Gracias a gente como mi padre ,que purifican el caldo gordo de la calle, y te permiten vivir y aprender.
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