Es algo que no entiendo: cuando una persona pone la ideología por encima de la humanidad, de la dignidad de las personas, de la justicia, o del sentido común.
Conocí un Legionario de Cristo , persona culta , sensible, de vida interior, que se conmovía ante la bondad de sus alumnos, lloraba escuchando a Bach , y sentía tal amor por los árboles del jardín de su colegio , que a veces los abrazaría.
Sin embargo, incluso después de ser denunciado su fundador, dudaba que no fuese una campaña. Hasta hace poco, al entrar en el seminario que tienen en Salamanca, todavía había en la entrada un busto del fundador.
Algo le impedía condenar abiertamente a esa bestia.
Nunca he logrado entender esta parálisis misteriosa del corazón
Conozco banqueros que tienen que firmar créditos de dudosísima calidad moral . Pura bazofia. Aman la felicidad de las sobremesas en familia, se conmueven con una aria de Verdi , acarician a los niños, los llevan al parque y allí echan migas de pan a las palomas.
Cuando estas personas tan refinadas contemplan la realidad hecha carne de esos créditos concedidos a mala gente , lamentan la tragedia, pero se sienten incapaces de condenarla abiertamente. "La vida es así", dicen: "si no lo hago yo, otro lo hará, y será peor. Yo soy buena persona".
No lo entiendo.
En política pasa mucho. Políticos cultos y muy sensibles que también llevan a los niños al parque, cantan " fieles, vale la pena" y se levantan raudos a encender la vela apagada del oratorio, que leen poesía "La vaca cega" , defienden con ardor la justicia y les causa espanto cualquier clase de violencia, ante un atentado de ETA donde contemplan la imagen de una adolescente con las piernas cortadas o los cadáveres destripados por un coche bomba, o una represión brutal en Cuba , o Venezuela , quedan horrorizadas, lamentan esa tragedia, pero se sienten incapaces de condenarla abiertamente .
No dicen ni mú. Incomprensible: la ideología o la disciplina de partido, de la confesión, de la institución ,está por encima de la conciencia.
Parálisis misteriosas del corazón humano.
Yo sí lo entiendo. Un tarado.
ResponderEliminar