miércoles, 28 de junio de 2023

EL DE SAN MIGUEL.

Hubo un tiempo en mi vida, en fechas cercanas a finales de junio, que son fechas - ignoro la razón- en el que las bombas personales y biográficas se detonaban, en el que la peña se ponía muy nerviosa cuando aparecía por los centros de la obra "el de san Miguel". El de san Miguel no es el del camión de la cerveza, como alguien  que se asomase a esta página desde una estrella lejana pensaría . Nada eso. El de san Miguel era el director que lo sabía todo de los numerarios de la obra de Dios.


Solía aparecer , chaqueta azul colgada sobre los hombros, pantalones grises, y mirada de " estoy en el secreto de las cosas futuras e ignotas  , pero no puedo hablar.".


Era algo así como el que posee el maletín de Pulp Fiction . Aquel cuyo contenido jamás era revelado al espectador , pero que presentaba una luz dorada al ser abierto y hacían que los hombres mataran por obtenerlo.


Después, el de san Miguel, sonrisa siniestra, iba llamando uno a uno a algunos a solas...y de allí salían  rostros, algunos llenos de luz ( destinos nuevos y maravillosos , ascensos de pedo de buzo) u oscuros y sombríos ( a Lérida, a currar en Terraferma, o a una EFA  o, a Roma).


Luego vendrían   otros bombazos. Son los que no se podían prever . Los que de verdad cuando explotaban todo se ponía patas arriba, sin  nadie que pudiera controlar los daños colaterales : el cura que colgaba la sotana y se iba con una alumna enamorada al pueblo del suegro en Calatayud a trabajar en una carnicería , la  señora que después de treinta años de fidelidad y entrega en celibato apostólico como numeraria se largaba con otra señora que había conocido en la biblioteca  pública a la que acudía con frecuencia.


Esa parte de la existencia que parece que juega a los dados con nosotros, una mezcla de azar y providencia, tan apasionante a veces, tan dramática otras, siempre sorprendente. 


En fin, la vida, que es como esos cables de los cascos que es que , en cuanto te das la vuelta ya se han liado, y no sabes cómo. Ningún ser humano está preparado para comprender el misterio de los nudos . Los nudos marineros al lado de los que la vida nos proporciona son una mariconada de lacitos para una fiesta de cumpleaños. 


Por cierto, mi madre - ya dije que era muy guasona- me explicó que los nudos marineros los habían inventado los marinos porque tenía miedo a que les robasen los barcos.


Y yo, gilipollas, me tiré  no sé cuántos años convencido.


Pero la entrada no va del  de san Miguel de la opus. No. Va de que después, cuando uno fue por allí en la vida en oficios de lo más variados, fui comercial de comidas de Catering, de Implementos de maquinaria - excavadoras, retoexcavadoras, barredoras- de una empresa de Centrales de Reservas de Hoteles con encanto, y de Belleza y Salud, de Conectividad y redes wifi...decía que, después, en todas las empresas había un tío como el de San Miguel, un tío que estaba " en el secreto". Un  ser humano siniestro y bastante hijo de puta que cuando aparecía la peña dejaba de respirar y volaba bajo para que el radar no le pillase.


Por supuesto, su nombre  no era " el de san Miguel". Era el de Recursos Humanos, o el gerente. O el hijo del jefe. Y   no siempre traía una buena noticia. Normalmente era una bronca de cojones, o un despido. 


Y, además, les ponía su trabajo. Alguno, así me lo dijo, tenía erecciones antes de entregar la carta de despido. 


Pero hoy, desde mi gozosa jubilación, os voy a contar un secreto que muy pocos conocen. El maletín de Tarantino era un mcguffin. Es decir, un truco para mover la trama detrás del cual no hay nada. Nada.  En el cine y en la novela negra abundan estos trampas argumentales, como la estatuilla del "Halcón maltés", de la que sólo es posible saber que  debajo del barniz sólo está el material con el que están hechos los sueños.


El de san Miguel, el gerente, el de Recursos Humanos, el hijo del jefe, el jefe...¡todo es una mentira! No hay nada.


¿Y cuál es la verdad?: que los nudos marineros los  inventaron para que no les robasen los barcos. 





 

11 comentarios:

  1. Esos Mr. Confidential se paseaban con un aire de superioridad al más puro estilo Strelnikov de Doctor Zhivago. Provocaban miedo, inseguridad y complejos de inferioridad. Todo muy evangélico y familiar, muy familiar...

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  2. Sancte Michael... Ora pro nobis...

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  3. Los tecnócratas de la organización desorganizada ... me refiero a los del Betis, claro.

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  4. Dale una chapa o una gorra a un tonto, y se le pondrá dura, muy dura.

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  5. Buena entrada Suso. Alguna vez te he dicho que cuando tu post suena a canción de Sabina mejora.

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  6. Pues he vuelto a leer la entrada y no veo a Sabina , esta vez. Otras sí. Soy muy sabinero , el de su decadencia para algunos....el que está en el camino de vuelta.

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  7. El Miki de turno acojonaba, sí, pero a su vez me parecieron (los que conocí) algo amanerados. No faltó el que me puso más de una vez, recién pitado, su mano en mi rodilla en la típica salita de 2 sillones, las de las confidencias.

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  8. MASG era uno de esos que gustaba de llevar la chaqueta sobre los hombros.

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  9. Efectivamente, muyyyy mucho.

    Por cierto, escribí tu entrada.

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