Escribe Camus en La sangre de la libertad que el jerarca nazi Heinrich Himmler, que había convertido el asesinato de masas en una ciencia y oficio, acostumbraba a entrar por la puerta trasera de su casa, cada vez que volvía nocturno o de madrugada, para no despertar a su canario favorito.
La anécdota tiene su qué.
Lo curioso de esta historia es que, cada vez que la he escrito , o contado , no me he encontrado con nadie que se haya apiadado de Himmler o al menos haya tomado lo de su canario como una circunstancia atenuante. Nadie me ha dicho: “Bueno, esto demuestra que hay esperanza para el género humano y que no existe el mal puro y permanente: hasta el más miserable tiene un canario de sensibilidad”.
Yo creo que todos tenemos nuestro lindo canarito. O canarita. Nadie se escapa a una ternura escondida.
Muy al contrario, cuando cuento la anécdota la gente se enerva, enarca las cejas y multiplica su indignación. Y es que nos repugna la sensibilidad en el genocida o la bondad en el criminal: no soportamos ni siquiera un átomo de ternura en los canallas. No consentimos que en lo moral se acierte en un detalle y se yerre en lo básico, porque entonces hasta el propio detalle se nos vuelve sospechoso, y al final nos parece que el sueño apacible del canario favorito de Himmler, tan bello a priori, contraste con los perseguidos por los nazis no podían dormir.
También somos el canario de alguien.
Y , lo que tiene más miga, muchos malos se consuelan y justifican por el Piolín de turno.
A veces pienso que cometemos un error al convertir a Himler , o a Hitler, en personajes peores (todavía) de lo que fueron. Que lo fueron.
Recuerdo que de adolescente yo estaba fascinado por los más malos de todos, y las más malas - sobre todo si, además de malas, eran reputas. Por ejemplo la mujer de Nerón en la película Quo Vadis , que representó una tal Patricia Laffan , Popea, que salía acariciando una pantera. ¡ Quién fuera esa pantera!
Cesó esa fascinación cuando descubrí que Hitler era medio marica, impotente, rarito, vegetariano, que le gustaban las películas de Cary Grant. “Vaya malo de mierda”, me dije entonces, y me pasé a Charles Manson, malo que te cagas.
Al paso que va Pedro Sánchez va camino de malo hijo de la gran puta en mi particular ranking.
Lo mismo me sucedía con mis héroes. Tenían que ser de pura cepa. De los que se dejan devorar por los leones, el tío mirando al cielo como si nada mientras las mandíbulas leoninas chascan sus carnes morenas . De los que mueren por un ideal. De los que salías del cine con ganas de que alguien te torturara.
Muchos éramos así durante nuestra desnortada adolescencia. Por ejemplo, me tentó el satanismo, tanto, que llegué a vender mi alma al diablo a cambio de aprobar y pasar curso. Ya me dirás la mierda de pacto que hice con el diablo...¡por pasar de séptimo de EGB! . Tranquilos, aunque pasé curso, la verdad me da que no tuvo nada que ver el pacto. La misma estrategia usé para conseguir el amor de una chica. " Lucifer, si consigues que Matilde me diga que sí, te vendo mi alma toda". Ni puto caso. Yo creo que tengo un alma muy chunga.
Me caía bien un jugador de fútbol del Zaragoza , un leñero asesino , Felipe Ocampos, un paraguayo que tenía el alias de "cara rota" . También me gustaba Benito, otro defensa del Madrid que era un killer.
A mi los malotes me molaban.
Por otra parte, si lees la historia y te enteras de quiénes fueron Nabucodonosor, Julio César, Calígula, Atila, Gengis Khan, Torquemada, Pizarro, Ivan el Terrible, Pedro el Grande, Leopoldo II, Stalin o Pol Pot, empiezas a tener muchas dudas de que el título de malo máximo lo tenga alguien. Hay muchos ocho miles de hijoputez mundial .
Uno cree que la carrera por ser el peor de todos se decide por foto-finish.
Esa era la actriz? Mira que era fea...
ResponderEliminarPues a mi me volvió loco....soy la pantera y me la como.
ResponderEliminarTiene cara de travestido, no sé qué le ves. Hoy sería un sîmbolo perfecto del movimiento LGTBI. Eso demuestra que pa gustos colores y en tema sexual todavía más.
ResponderEliminar¿El leopardo cara de travestido?... pues yo lo veo muy leopardo
ResponderEliminarPues no me parece bien insultar a Pedro Sánchez de la manera que lo haces. Ahora va a ser que eres más integrista que otra cosa. Esa actitud de descalificación me recuerda mucho a otros -que los dos conocemos- y que tanto hemos criticado. Lamento ese escoramiento manifiesto a la derecha simplemente por ser derecha. Dentro de nada te veo poniendo en un altar a los Feijoo, Abascales y compañía. Eso sí, defienden tesis que luego no practican. Un poco de moderación no estaría mal.
ResponderEliminarNo he votado en mi vida. Pero , lo mismo que tú, tengo mis opiniones.
ResponderEliminarY tú las tuyas. Si te gusta el moderado Pedro Sánchez pues enhorabuena.
Y no digo más. No soy muy moderado, la verdad.
No como tú, desde luego.
Lo que le gusta al Suso son los leopardos, queda claro.
ResponderEliminarLas señoras con leopardo
ResponderEliminarAdemás de gamberro eres un canalla. ¿A qué mierda de dios le rezas?
ResponderEliminarOiga, no se me enfade. Pare el carro Y a mi Dios lo deja usted quietecito. Y a dormir, que está usted muy alterado. Parece mentira, con lo moderado que parecía.
ResponderEliminarBuenas noches.
Nabuconodosor malo? Cómor?
ResponderEliminarClaro, depende para quién.
ResponderEliminarSi, efectivamente Nabu es un de los malos malotes. Me habia confundido con Melquisedec. Mare meva.
ResponderEliminarVaya vaya... con el sacerdote eterno nada menos.
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