Uno de los personajes más divertidos, originales, curiosos, y desopilantes que he conocido fue T . Funcionario menor en una oficina menor. Ludópata. Alcohólico. Vago redomado. De muy buena familia. Con aires de aristócrata , rancio y decimonónico. Casado ya mayorcito con una mujer maravillosa y rica.
Era un arquetipo masculino acorralado y avergonzado de sí mismo, arrastrado a la condición de hombre común, el tipo del bar de la esquina que sabe todos los chistes. Y los contaba muy bien.
No tenían hijos.
Se querían, a pesar de las adicciones de T. De todas ellas se estaba tratando pero, así lo explicaba, "no puedo con ellas" .
- Soy como Marilyn Monroe con mi mujer, sólo puedo homenajearla saliendo de la tarta en fechas señaladas cantando , sensualote de bucles rubios , aquello de "Happy birthay my love".
Lo contaba de una manera que no me extrañaría que lo hubiese hecho.
Una tarde me llamó ella . Él había cobrado la extra y se temía que se había ido a un bingo a jugar la pasta. La pobre mujer lloraba y me pedía si podía buscarlo y parar la bajada a los infiernos que, una vez comenzada, ya no tenía final.
Lo encontré en un bingo. Tuve que convencer a la señorita de la entrada que venía "a buscar lo que estaba perdido".
- Un minuto - dijo con cara de putón , cigarrillo en los labios, y una buena capa de asfalto de pinturas Titanlux en la cara.
No se inmutó cuando me vio.
- Vámonos. Tu mujer te espera en casa.
- Hablando de mujeres...te presento a Dorita. Desde que se ha sentado a mi lado me ha dado muy buena suerte. Espera este cartón y nos vamos.
Llevaba una merluza muy principal.
- No espero. Nos vamos ya.
Obedeció.
Un día T. heredó un loro. Había pertenecido a una tía suya soltera. Al parecer , muy piadosa. La buena mujer tenía la costumbre de rezar las tres partes del Rosario a diario. Y el loro respondía las letanías de nuestra Señora. La señora murió casi centenaria. Quiero decir que el loro se había oído unos cuántos rosarios en su vida. El loro era heredado de otro pariente y ya tenía la costumbre de responder las jaculatorias marianas cuando pasó a la tía de T.
Según me dijo, aquel animal podría tener más de cien años.
- Siempre le decía a mi tía que cuando falleciese me dejase el loro en herencia. Y ahora rezó el rosario a diario.
Yo no lo creía. Un día me invitó a su casa.
Y, efectivamente, allí estaba el narigudo piadoso, en el interior de una jaula bien grandota, con su cazoleta de pipas y el recipiente de agua. T. lo bautizó con el nombre de " Tío Santiago" ( decía que era una industria humana que le recordaba a san Josemaría).
Y cuál fui mi sorpresa cuando T. dice " Santa María"...y Tío Santiago suelta, con voz de viejo loro, "¡ ora pro nobis!"...Santa Madre de Dios..."¡ ora pro nobis!"...Santa Virgen de las Vírgenes...¡ora pro nobis!"...
Y así nos rezamos las letanías enteras.
- Yo me siento aquí, en el sofá, y nos rezamos una parte.
Señores loros... Cumplid las normas!!
ResponderEliminarEstamos rodeados de loros y cacatúas... ayer la PSOE en el congreso... todos los partidos políticos... incluso la iglesia
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