jueves, 22 de junio de 2023

EL REY DE LA CASA.

Soy de una generación que te pegaba por la calle hasta el pringao que andaba por allí. Hasta el portero de tu casa. Incluso el vecino. 

Una tarde le pedí un cigarrillo a un notas. Eran tiempos en los que un crío fumase no estaba mal visto. Era un rito de iniciación a  la vida. El hombre me soltó una colleja.

- Cuando ganes dinero, te lo compras.

El portero de mi casa se llamaba Miguel. Vio el escondite  donde ocultaba los cigarrillos , debajo de la alfombra de la entrada de casa. El día que lo descubrió me soltó un soplamocos.

- ¿  Tú te crees que soy un guarro que no limpio la entrada?

Ya no cuento las bofetadas que me han dado parientes, profesores,  familia...innumerables, como los mártires de santa Engracia.

Nuestra promoción tenía asumido que éramos seres que se podía canear sin problemas. 

Es verdad que eso, al menos así lo veo, nos hizo fácil adaptarnos a las resistencias de la vida. Cuando te han dado más que a un sello coges callo. En mi caso, repetir cursos, expulsarte de colegios, que las chicas te mandasen a la mierda, incluso que fueses invisible a las hembras. 

Después todo cambió.

Recuerdo en Tarragona un niño. Era nuevo en colegio. Su madre, separada, lo había dejado en la entrada a primera hora de la mañana. Lloraba la criatura.

- ¿ Cómo te llamas?- le pregunté.

- Soc el rei de la casa- contestó jipando.

¡Casi nada! : el rey de la casa.

De repente aparecieron reyes de la casa por todos los lados. Y, no sólo eso, mis jefes eran reyes de la casa. Gente que no les habían dado una ustie en su vida.  Personal que nadie les había llevado la contraria.

Una vez, en una entrega de notas que leía a todos los de preparatoria el jefe de estudios, el padre Pérez, un  jesuita cabrón, al llegar a mi dijo:

- Con usted vamos a construir un autobús que llamaremos " el autocar de los Tontos", y usted será el conductor. 

No me pareció mal. No me sentí humillado. Es más, pensé " ¡ joder,  el jefe de un autobús". 

Ahora a ese cura se le caen los güevos, por abusador.  

Pero la siguiente generación  a la mía no tenía un cura que se haya descojonado de ellos. Ni  nadie que te silbaba cuando contabas un mal chiste. Ni que te daba un collejón si soltabas un taco.  Eran gente feliz. Pero, bastantes, con una falta de resistencia al fracaso alucinante. 

También mi generación vivía en una sociedad donde los tabús eran muy pocos: Franco, el sexo, la iglesia...cuatro cositas. Y ahora los tabús se cuentan por decenas. Hay que tener cuidado de qué hablas porque pisas un callo a la que te descuidas: no puedes hablar de maricas, de chistes de rubias, de animales, de negros, de enanos transexuales, de mujeres delgadas, de señoras gordas, de ...la última, me enteré ayer, " no escribas discapacitados, sino "personas con discapacidad".

Se lo comenté a mi madre, noventa y dos años, que recordando a su hermana Milagritos se refirió  a ella  como " mongólica" .

- Mamá, no se llaman así, se dice " persona con una discapacidad" .

- ¿ Y ya no es mongólica?

- Da igual.



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Llevamos varios días en El Barullo acercándonos a las mil visitas diarias.

Ayer las superamos.

Gracias a to@s. 

Hoy a las 8. 00 estaba así el contador.




4 comentarios:

  1. Creo que 1980 fue declarado Año Internacional del Subnormal. No es broma y no hace tanto tiempo; se entiende perfectamente y no veo nada peyorativo en un prefijo bastante obvio. Diferentes son mis huevos (el izquierdo, digno de diploma olímpico); y subnormales, los que están por debajo de lo normal, que no es el caso.

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  2. Felicidades por el número de visitas (y de lectores/as). Son cifras muy potentes. La prelada (autora de sinmiedoalbetis) debe estar que rabia de envida, ya que su blog no consigue ni una décima parte de tus números ;-)

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  3. Felicidades! Te sigo desde hace tiempo y te mereces toda esa atención. Solo te diría que no te muestres tan víctima de la vida y tan violento cuando te llevan la contraria. No eres demasiado diferente al resto y todos apredemos de todos. Saludos.

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