UNA EXPERIENCIA QUEER.

Fui a un concierto a Santiago. Era de la Asociación de amigos del Órgano, que dirige mi hermana. Fue un programa maravilloso, en una iglesia barroca de una acústica perfecta.

A la salida, en la entrada del Templo, uno grupo de personas queers charlaban de sus cosas. Eran bastantes. Ellos con faldas,  sin depilar, pintados los ojos, maquillados, el pelo tintado de colores eléctricos. No eran transexuales, no eran mujeres, no eran hombres...eran una peña  de individuos  que rechazaban todo tipo de clasificaciones rollo  varón/mujer. 

Claramente niegan cualquier categoría que tratara de enmarcarles  respecto de su sexualidad, su orientación sexual, o la identidad de género.

Nunca había visto unos queers  en el zoológico de la vida. 

Comenté algo sobre ellos, y mi hermana me dijo " son amigos de uno de los que ha tocado en el concierto. Estudia con ellos en la facultad de Física".

¿ Física?, pensé. ¿ Estos van a ser los físicos del futuro? 

No haré chistes fáciles sobre el tema de la Física y los Queers. Estoy convencido que si hablase  con esta gente y les preguntase la razón de  su ...¿aspecto?...¿modo de pensar?...me darían sus razones. Pero algo me dice que les gusta ser mirados, ser contemplados. De ellas, también había unas cuántas,  era para darles de comer aparte. 

Tod@s llevaban unas botas inmensas, de plataformas  gruesas y  petrolíferas. Ellas usan pantalones anchísimos, con las bragas sobresaliendo  porcima del cinturón. Rollo boyero, lesbiana, o no. Puedes pensar cualquier cosa. Da lo mismo.

Para este gente la ropa es un estereotipo. Te vistes como un hombre porque te han enseñado eso.

Estoy convencido que hay un algo sectario en esta gente. Una especie de victimismo narcisista.  Un " no me  mires, no me juzgues, porque si lo haces no me vas a entender, y tu mirada  dictará sentencia".  Es gente, me temo, que está enfadada, con ellos y con el mundo, y cuando alguien está enfadado no hay nada que hacer. No aprenderá hasta que se desenfade.

No alcanzo a comprender en qué  momento se le cruzaron los cables a esta buena gente y decidieron que el sexo es una construcción cultural.

Pienso que la  tradición cultural, la biología del sexo, no es una cárcel, sino un punto de partida, un puente para ir a otro lugar. 

Estoy convencido de que este puente que une los dos sexos nos lleva a un estado  maravillosamente complejo de igualdad de idéntica diferencia.

No somos iguales, nos enfrentamos a lo mismo.

Pero esto, ¡ ay !, hasta que no se desenfaden no habrá forma de hablarlo.