Era buena persona. Y, como muchas buenas personas, un calzonazos.
Su mujer le llevaba por la calle de la Amargura. Le tenía prohibido cualquier acercamiento a la obra. El hombre le mentía cada vez que asistía a un medio de formación. Y como era un pánfilo, ella le pillaba siempre. Sufría mucho. Un día fue a una convivencia - puso de excusa un motivo profesional. Un viaje con la empresa. La mujer descubrió la bola y le envió una pareja de la guardia civil con una orden de arresto.
La vergüenza que pasó fue planetaria: salir de una casa de convivencias del Opus Dei tipo Castelldaura con la pareja de la guardia civil es de película de escena de "La escopeta Nacional". Pero el tío aguantaba.
Tenía una idea del matrimonio muy antigua y acortezada. Era un hombre serio. Cumplidor. Escrupuloso. No me lo imaginaba ni siquiera al principio de su vida marítima entrando ella en casa por la puerta , cargada de bolsas del Corte Inglés, y el tío abalanzándose sobre su mujer como un torete, despatarrarla sobre la cama con una bolsa en cada mano, y en un píspás ella gritando " ¡¡¡basta, basta, bastaaaaaa!!!...¡¡¡sigue, sigueeeeee, por Diosssss!!!
No. Este hombre era de los de " hay que ponerse a ello". Como si fuese una norma de piedad.
Lo que sucedió entre nosotros fue algo muy curioso. Éramos la noche y el día. Sin embargo, nos queríamos bien. Creo que nadie le había dicho las barbaridades que yo le aconsejaba. Eran cosas como " ¿ por qué no mandas a la mierda a esa bruja"? El hombre se ponía colorado y decía , así como bajito, " sí, la verdad es que es un poco bruja".
Un día vio con una historia que nunca he olvidado. Y a cuenta de ella, cuando la he contado por allí a gente muy recta y principal, he tenido discusiones muy graves.
Estaba muy azorado. Me anunció que le costaba mucho contarme lo que iba decirme. Mientras hablaba se le humedecieron los ojos.
- Todas las mañanas voy a misa a tal parroquia a las ocho de la mañana. Y desde hace muchos años me pongo en un banco, siempre el mismo. Y estoy allí porque en el banco delante del mío se sienta una señora , creo que es viuda, aunque no lo sé.
- ¿Yyyyyy?....eso no está ni bien ni mal.
Rompió a llorar:
- ¡ Estoy enamorado, Suso!...me pongo detrás de ella porque así, cuando el cura dice " daros fraternalmente la paz" ella se gira y nos damos la mano. Y ese segundo en el que siento su mano y su mirada, y nos damos la paz, me llena de felicidad y de alegría para todo el día.
Me conmovió aquel hombre, su secreta historia. Y me acordé de mi. Yo también estuve así de enamorado. Sé lo que se siente . Sólo que yo tenía catorce , quince años.
Ella no sabía que muy cerca, detrás, lo que oía no eran cañonazos, o las campanadas de las ocho, era el corazón de un señor de setenta años.
No le dije nada. Él me preguntó:
- ¿ Te parece que vaya a misa a otra iglesia?
- No. ¿ Por qué? Lo que te pasa a ti es muy normal. Estás muy solo y da igual el lugar. Es tu corazón. No te preocupes. Vete a saber la que te encontrarías en otra iglesia. Nada, nada, con la viudita ya te vale...¡ pero nada de saltar el banco y ponerte al lado, hein?
Poco después un sabio de esos que la gente consulta y pide opinión sentenció al escuchar la historia:
- Pues , perdona, pero eso es un adulterio.
Y yo pensé " joder, ¡qué tralla tiene este tío!".
Supe hace unos días que mi amigo falleció. Ahora entenderá todo. Descanse en paz.
Discrepo: debió saltar el banco.
ResponderEliminarCreo que por mi parte no estaría bien aconsejar eso...otra cosa es que lo saltara sin mi consejo , la empujara contra un confesionario y la empotrara como un cajón que cierra mal.
EliminarEso ya sería comprensible.
La viuda quedó sin duda defraudada por no recibir lo suyo: menos manitas de la paz y más sabrosura, ya tú sabes mi amol.
ResponderEliminarTemazo ochentero que complementa esta entrada; https://youtu.be/Kk3iIGIB_gM?feature=shared
ResponderEliminarBravo ....
EliminarBonita historia de final inesperado. Aquellos que son victimas de mujeres como la descrita tienen un "vale" para que "la paz sea contigo" vaya acompañado de chocolate con churros. Por algo lo de darse la paz se evita en ciertas instituciones... No saben nada
ResponderEliminarA mi me parece un amor platónico típico de la gente religiosa que están reprimidos por la organización a la que pertenece.
ResponderEliminarNada más fácil que idealizar a esa viuda, también religiosa, y vivir ese amor en su imaginación.
Haz el bien y no mires con quién
ResponderEliminarMe encanta la historia, y ya me parece bien que se quedase ahí. A saber si la viuda era parecida a su mujer, y el cambio hubiese sido a peor. He visto casos que han ido de Guatemala a Guatepeor
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