sábado, 30 de septiembre de 2023

ANDAR SOLO.

Vivo muy cerca de la senda  por donde pasa el Camino de Santiago Portugués.  Es un río de gente el que anda . Hay de todo: rollo Coronel Tapioca, o Indiana Jones en busca de su particular Arca Pedida, mujeres con pinta de querer tener una granja en África.  


Me dice un  sacerdote que es párroco de una iglesia donde celebra misa con frecuencia a peregrinos  de ganaderías muy variadas , todas católicas - el Camino Neocatecumenal, Hakuna, Opus Dei, legionarios - que no sueltan un euro:


- Eso sí , todos te encomiendan, te agradecen la disponibilidad , te dan una palmadita, pero, coño, que gasto en  luz, en formas, en casullas y albas, el sacristán.


Yo estoy convencido que para hacer el Camino hay que ir solo.  Es la soledad donde , poco a poco, penetra el espíritu  de la fe. No vayas a rezar. Ni siquiera busques nada. Si vas solo,  la fe, o  algo que ni siquiera sabes que buscas,  te alcanza.  


He  andado tres Caminos: el de San Ignacio ,  desde Montserrat, el Portugués, y el de la Plata. Siempre  deambulando hacia   ninguna  parte , a la deriva. Como yendo sin ir. Sin prisa. A veces bajo un  sol achicharrante, otras bajo la lluvia, o  con  una sombra tan densa  que parece de carne.   El camino hace  sobre el espíritu  como un trabajo de  lima, conforma recuerdos . Andas embobado, fascinado, abandonado a este instante. Me sucede  con este tipo de paisaje  abierto y extenso   lo mismo que con el mar: contemplo y  me siento  pequeño.


El  andar largo agota  la fantasía. Imaginamos la senda tan viva, poblada de seres misteriosos, ángeles, difuntos que te acompañan, árboles que hablan y se mueven , fuentes  mágicas, búhos que vigilan, pájaros hechizados, plantas y flores   encantadas...un laberinto  maravilloso. 

El  sendero del Camino  habla, ¡ tiene tantos sonidos! ¡ Y tantas presencias!

Dicen que si acercas  una caracola al oído escuchas el eco del mar. Aquí sucede si abrazas  un árbol y pones  la oreja en su corteza  apelmazada de  musgo.   

La  brisa  mueve  las ramas suavemente, abanica  el alma  de  las cosas. Cosa  fina  pasear  a esas horas de  la madrugada o de la tarde. Es la  sensación como de  un trémolo líquido, como el inicio de un leve escalofrío. 

Entre  las ramas  el cielo adquiere a  esas horas una vaga  claridad , un color de  rosa  seca. Y antes de oscurecer , pronto  se coloreará de ascuas  la tarde.

Esta  soledad se subraya más  por el silencio apelmazado  de estas horas previas al atardecer.

Andando suenan  unos chasquidos musicales en la senda  que piso . No se ve a nadie. Ni siquiera vuelan los  pájaros, y  alguna mariposa  que va de aquí para allá posándose sin posar , pone  una nota de silencio sobre el silencio. 

Qué lejos  se está  de  todo. 

Los teólogos viven gracias al silencio de Dios. Si Dios hablara no habría teología, o tal vez si no hubiera teólogos, Dios finalmente hablaría con claridad.

Pero no existe en el mundo una revelación tan evidente como ese silencio del Camino  que susurra a gritos su presencia . Ninguna gloria puede
equipararse a estos atardeceres solitarios en un sendero que han pisado millones antes que tú , cuando una parte del firmamento se convierte en polvo de oro y tus botas  van  pisando alfombras verdes mientras uno pasea a bordo de la nostalgia. Dios calla. O acaso su voz es esa música de brisa que vibra en las ramas. Pronto la estrellas  cobijarán  este  camino. 

"Si  supiéramos el fondo de todas  las cosas, tendríamos  compasión hasta de las estrellas". 

En realidad, todos  somos objeto de compasión. Damos  mucha pena, la  verdad.

Pero cualquier caminante sabe que al final de la tarde siempre se arriba al final del bosque ,  donde se agitan los teólogos y el dinero, y las ideologías, y  las miserias  y egoísmos, y la  dinamita  canta. Es imposible escapar. 

Allí  uno termina por comprender que no puede seguir en la soledad  del las etapas. De un lado está la estética, la belleza  que salvará el mundo , y de otro, los teólogos con metralleta, los políticos, los fanáticos, los jueces, abogados, banqueros,  los líderes de opinión, las putas caras, las putas baratas, el sexo sin amor, los  líderes de opinión, las lágrimas de los pobres, los bienaventurados, los  cínicos, los poderosos, los niños ricos, los niños pobres...

Y en medio, el silencio de Dios. ¿Qué hacer?: ¿regreso a andar otro Camino de Santiago?



8 comentarios:

  1. El OD ya es cismático. Queda la intervención como los legionarios o la disolución o que se vuelvan partisanos a la espera de otro Papa. Cisma

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    1. Hay un asunto que tengo pendiente escribir sobre una fundación ,Limmat, que el Vaticano le tiene ganas y parece que han encontrado algo muyyyy gordo.

      Próximamente.

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    2. Ya estás tardando

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  2. Adelante y gracias por respetar la libertad de expresión

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  3. Lo de la fundación suiza, a ver cómo lo cuentas. El tema como bien dices es potentillo. Por cierto, imagino que eres consciente que al menos a uno de los que pilotan la fundación lo conoces un poco bastante (exalumno tuyo). No digo más... ;-)

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    1. Conozco a dos, mucho. Alberto e Ignaci.

      La historia es alucinante

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    2. Bueno, no los conozco muy. Digamos que son unos " saludados".

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