Que mujeres y hombres somos distintos es una realidad. Pretender una igualdad eliminando lo que nos hace distintos, que es lo que nos enriquece de verdad, es una de las mentiras de nuestro tiempo.
Las mujeres tiene una especie de radar que lo abarca todo: su imaginación es mayor que la humana. Lo abarca todo: su marido, sus hijos, sus amigos, sus padres, los tuyos, el futuro , lo gastronómico, lo universal, lo local, lo espiritual, lo material . Por eso nos pillan siempre. No hay hombre que escape al poder del radar de una madre, de una esposa .
Es mejor no intentarlo.
Nosotros funcionamos por compartimentos estancos. Una cosa aquí, otra allá, aquella después, esta antes. Y luego somos capaces de hacer algo que a ellas les enloquece: nada.
La gente cuando se une a una mujer de por vida usa metáforas de actividades depredadoras: sser cazado, ser pescado. Cuando es ella el que se une a un hombre se habla de " ha sido conquistada". Como un trofeo.
En mi caso, y en el de muchos que conozco, lo viví como un acontecimiento maravilloso. Ni fui cazado, ni fui conquistado. No todos pueden decir lo mismo . No se me olvida una ciudadana de Lérida - "tachuela " de mote- que decía a todo el que quisiera oírle "v yo me casaré, aunque sea tuerto".
Cuando comencé a convivir con Manuela descubrí que, por primera vez en nuestras vidas, compartíamos espacios comunes muy íntimos : la cama, el baño, la ducha. Esto no nos había sucedido antes. Es una experiencia exótica eso de estar con alguien de otra tribu. Es bonito eso de quedarse a solas con tu mujercita.
Es entonces cuando descubres que ella quiere, en ocasiones, estar sola consigo misma. Cuando se encierra en el baño a prepararse para la guerra, o para desmontar todos los contrafuertes que adornan su belleza. En fin , necesita su tiempo.
Mientras, uno está tirado en la cama, con las manos en la nuca, echando un cigarro. Y lo entiende. Ellas son así. Uno ha aprendido que una mujer puede no sentir ninguna vergüenza de que la vean desnuda, pero por nada del mundo se dejaría observar si va " con estos pelos".
Pero una tarde, en el viaje de novios, esa maravillosa luna de miel, ella nos ve mirando por la ventana . Sin hacer nada. Sólo miramos. Probablemente, ni siquiera miramos. Porque los hombres necesitamos nuestro tiempo, y nuestro espacio, para no hacer nada. Sencillamente, a los hombres, desde muy pequeños, nos gusta dejar un espacio de vacío mental entre nosotros mismos y nuestros actos. O, sencillamente, sin pensar en nada:
- ¿ Qué te pasa?
- Nada.
- ¿Nada?. Nunca te había visto antes así, tan callado, no sé... raro.
- ¿Raro?, ¡ qué va! Estoy muy bien, de verdad. No me pasa nada. Soy así. Muchas veces estoy así.
- ¿ Muchas veces?, ¿ conmigo? Pues no me había dado cuenta. Con lo observadora que soy me habría dado cuenta. Anda, dímelo. ¿ Qué te pasa?
- Si ya te lo he dicho, de verdad, no es nada.
- A lo mejor es que estoy resultando un poco aburrida. Anda, vamos a dar un paseo y me cuentas.
Esta situación puede suceder unas cuantas veces. Ella preocupada porque él se aburre, o añora libertades pasadas, o no es lo que esperaba...y él lo único que quiere es estar un rato solo sion hacer nada.
Porque a los hombres nos gusta estar sin hacer nada.
- Joder, tío, yo nunca había estado tanto tiempo con una persona. Ella me decía que me encontraba raro y, coño, ¡si lo único que quería era estar sin hacer nada!...y, joder, al final insistió tanto que le dije que " es que no sé si sabré hacerte feliz". Pero para que se callara ya. Y no veas cómo se puso. Soltó un rollo coaching que quería morirme, Lo que decía Ortega de los pelmazos: persona que quita la soledad y no da compañía.
- Mira, chica, es que es muy raro. Él cuando se siente mal lo que hace es meterse en el dormitorio y mirar por la ventana. Y lo que quiere es que le dejen solo. Una cosa extrañísima, porque ¿ cómo me va a parecer a mi normal eso? ¿ Cómo me iba a quedar tan tranquila sentada en el sillón sin hacer nada? ¿ Tú lo entiendes eso?
- Los hombres son muy raros, chica.
Respondas lo que respondas estás jodido: se inicia siempre con esa pregunta aparentemente inocente una conversación en la que, no sabes cómo, llegas a un callejón sin salida tras otro y acabas balbuceando incoherencias diciéndote "otra vez, coño".
ResponderEliminarHay mujeres, y hombres , que piensan " te quiero, ergo te suplanto". De todas formas, no está mal recordar aquí la frase de un buen amigo: " más vale cenar dos veces que dar explicaciones".
EliminarDepende
EliminarDéjame hacerte un par de observaciones:
ResponderEliminar.- Que hombres y mujeres somos distintos es una obviedad. Entiendo que la igualdad por la que se está luchando es por la igualdad de derechos y respetos. Ahí queda aún trabajo por hacer, no hay otra.
.- Las mujeres no son seres de otra tribu como escribes. Supongo que será una metáfora; pero si andamos con esas, damos munición sin darnos cuenta (formación mamada) a los/las que se pasan de frenada.
Pienso que intentar entender para los hombres a las mujeres y viceversa es tiempo perdido. Simplemente debemos aceptarnos y luego todo va más fluido. Con casi 50 años a la espalda de convivencia esta es mi experiencia.
Es una metáfora que responde a unos caracteres y unas formas de ser muy distintas. No creo que dé munición . Que hay mucho por hacer es verdad, pero estoy seguro que la política que se ha seguido estos años está muy equivocada.
EliminarYa veremos en qué acaba todo este circo.
Usted tiene su experiencia de 50 años de convivencia con una mujer ( le imagino fiel) a su espalda. Yo no tengo tantos años de fidelidad. Y sí tengo unos cuántos de infidelidad con distintas mujeres, también infieles. Y puedo asegurarles que son otra tribu. Y mujeres de distintas ideologías, religiones diversas, culturas diferentes . La mente de los hombres es de una sencillez insípida , y la de una mujer es un fantástico retablo barroco que esconde misterios insospechados.
Como esto me
llevaría muy lejos lo dejo aquí.
La entrada de hoy solo se entiende si se escribe desde una óptica cis. Más en concreto, desde un prisma cis, occidental, patriarcal, excluyente y desde la superioridad. Pero claro, esa es una visión reduccionista, limitante y... aún diría más: que se ha quedado anticuada, trasnochada.
ResponderEliminarJulio
Me gustaría conocer cuál es su óptica, si la tiene. No habla de ella, y sería interesante conocer su opinión. Tiene usted pinta de comprar chocolate en tiendas de Comercio Justo porque cree, hay que ser gilipollas, que los 20 € euros de la tableta van directamente a un niño de una aldea de Burkina Fasso que recolecta cacao descalzo y no puede ir al colegio.
EliminarTambién tiene usted pinta de señor progre con gafas que tiene en la entrada de la casa un Buda.
Pero puedo estar equivocado.
madre mía este Julio es garantía de modernidad, de consenso, de tolerancia, abierto a las corrientes europeas
EliminarÓptica cis: Mujeres y hombres. Óptica woke: Nosotros y ellos. Y sí, excluyentes y desde la superioridad. Reduccionista y limitante ya que simplifica hasta límites inauditos la realidad del ser humano como tal en todos sus frentes. Qué retrato te has hecho!
EliminarA veces también ocurre que la pareja pasan demasiado rato juntos: ratos divertidos, peeo también quizas ratos de silencio, de aburrimiento...que se pueden malinterpretar.
ResponderEliminarEs muy sano que el hombre no esté todo el tiempo así "bajo atenta observación"
Mejor que salga también aparte con sus amiguetes, al bar solo con hombres para poder hablar de todo y tal, y no solo estar con la pareja noche y día.
Y lo mismo
Julio es casi una metáfora, un arquetipo, todo el mundo tiene en su interior un Julio que puede surgir si se riega adecuadamente
ResponderEliminarNo lo veo yo muy de regar, la verdad. Es un mojón. Los teólogos definen la superstición como un pecado contra la fe por exceso. Creer que Julio es un ser que puede desarrollarse es creer demasiado. Para mi que este tío es soltero, vive en celibato apostólico , y es profesor de Religión , admirador de Sostenes, discípulo de Pablo de Metatarso.
EliminarSe ha aludido varias veces a un recurrente degrinatorio, el referente a las “gafas gordas”. A los que tienen manifiesta animadversión a este necesario complemento -con esa estructura- no solo tienen un problema de miras (miopes) si no que manifiestan un grave problema de visión sobrenatural y probablemente algúno con su pasado que les impide ver claro el futuro. ¡Qué miedo vivir así!
ResponderEliminarOiga usted, mis referencias a las gafas siempre se refiere a un ser listo y preparado. Probablemente usted ha transferido su complejo, sus malos rollos de bulling en el colegio, con mis comentarios. Cúrese sus complejos de Cuatrojos, Soplamonda, Lupitas, o quiera que le llamasen
EliminarVolviendo al tema: será sin duda mi inmadurez (aunque friso los 60), pero en esas conversaciones me siento como cuando recibía el chorreo de mi madre por no estudiar, llegar tarde, frecuentar amistades poco recomendables...siempre con el cuello encogido como esperando una colleja; y sin acertar jamás con las excusas.
ResponderEliminarNo cambie, ya es tarde...aunque me temo que lo suyo es de cuna.
EliminarDemasiado tarde para muchas cosas, sí. Pero si llegamos a los 120 tacos (y hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, no lo descartemos) aún estoy en la primera mitad.
ResponderEliminarSí señor
EliminarFernando Valenciano va por los 100. Caso raro de numerario longevo viviendo en la jaula de oro de villa tevere o villa te veré
ResponderEliminarY yo me alegro...aunque no me gustaría llegar a los 100, algo m dice que mi condición sería muy chunga.
Eliminar¡¡¡Tomás López Pizpireta ha vuelto!!!
ResponderEliminarBienvenido. Sabía que un día volverías.
Cuanto opus frustrado hay por estas cunetas de la vida, eso del Barullo es una de ellas y no sé como he llegado aquí. Pero aquí os dejo, bien frustraditos con lo vuestro.
ResponderEliminar¡No, por favor, Valdoví, no te vayas. Prometo no ser opus frustrado nunca mas!
EliminarY dice que " no sé cómo he llegado aquí"...por favor, encima eres gilipollas.
EliminarCuanto tiempo. La emoción del reencuentro.
ResponderEliminarJeje