MARIÑA EL HIJO QUE SE FUE CON LA MUJER MALA.

Muchas de las llamadas que  hago desde la Cruz Roja como voluntario son maravillosas por  la intensidad de las conversaciones.  Otras tengo la impresión de ser un zahorí en el alma de mujeres que ocultan sus lagrimas  y que dicen sin decir. 

Pero una vez que encuentras el yacimiento de su oscuro dolor , el filón dormido de su vida interior , es un no parar  de sinceridades , que no son más que ganas de hablar, de contar , de  echar fuera tanto silencio adolorido.

Se llama Mariña.  En aquella llamada me topé con una veta de sufrimiento  que estaba muy dentro. Normalmente la gallega es mujer de silencios. Personas listas,  muy trabajadoras, que ven el  aire. También discretas. Pudorosas. No es fácil que cuenten de sus miedos, de las humillaciones que la vida les ha  puesto sobre sus hombros. Pero con Mariña fue  pinchar en una bolsa interior  de su almario, y  esa  alma  rompió. 

-  Mi hijo, se  ha juntado con una mujer mala.  Lo ha cambiado totalmente. Y  han venido a visitarme para decirme que no puede ser que viva sola, que estaré mucho mejor en una residencia, más acompañada, mejor atendida...¡no han venido a verme en años! Viven en  Barcelona , y  todo son excusas para no verme. Y   aparecen por aquí para decirme lo de la Residencia....¿ saben lo que quieren?, esta  casa. Y , encima, que si esto es muy grande para una mujer sola, que si la finca está abandonada. 

-  Mi hijo no era así.  ¿Y , sabe?,  me he ido al notario y le he dado todo a la chica que me cuida. Es la única que   me quiere. Es mi familia. Yo no tengo  hijo...¿y le cuento lo que más me dolió? El perro. Vinieron con un perro. Y  tendría que ver qué caricias dispensaban al chucho, que zalamerías, qué mimos...y a mi   nada. Un beso de  cortesía al llegar. Yo no  eduqué así a mi hijo. 

A veces te asomas al dolor y callas. Mariña es madre soltera -  llama la atención la cantidad de mujeres de esta condición que hay en el rural gallego. En el rural de cualquier lugar.   Y uno puede imaginar lo que debió de ser educar y sacar adelante a ese hijo , en aquella sociedad. Ser mujer que se enfrenta a un mundo , el provinciano,  con su fragilidad, de una manera numantina , sosteniendo batallas descarnadas contra el mundo por su hijo. Ese  atontado que ha caído en manos de una mujer mala  - un clásico eso de algunas latinas que se llevan al huerto al solterón putero. 

Me encantaría ver ese primer encuentro entre esas dos mujeres. Porque estoy seguro  que a Mariña no se le escapó la estirpe de la que robó el corazón de su hijo.  Porque la gallega es de esas que es capaz de captar y radiografiar las almas más falsas, los secretos  de maquillajes hipócritas,  las pobres ladillas más ocultas , la gusanera moral que anida en las intenciones turbias de la pareja de su hijo. 

La vida a veces es dura. Imagino el final de Mariña, acompañada de " la chica que le cuida". Sola. Hasta que su dolorido corazón  entregue su último latido con el nombre suspirado de aquel hijo que se fue con una mujer mala.