sábado, 20 de enero de 2024

UNA MÁQUINA DE PERDONARTE.

La tristeza no es pecado de bestias, sino de hombres; pero si los hombres la sienten demasiado, se vuelven bestias.


Hay pecados que pare mi son disculpables, unos son los que  vienen del lodazal de la pesadumbre, del desconsuelo, de la pena por uno mismo. El que lo ha sentido sabe de qué hablo.  Mis mayores caídas no fueron provocadas  por la lujuria,  la sensualidad, o la vanidad. Fue la tristeza. 


De la tristeza no te vendrán más que enfermedades. La tristeza te llevará a ser un topo solitario. Pero no tienes derecho a ser un topo triste, encerrado siempre en la misma galería, ciego.


Y como el triste es un pesado la gente huye de él como gato escaldado del agua fría.  Bienaventurados los tristes porque ellos serán consolados. ¿ Quién consuela  ese desconsuelo? La sonrisa puede ser un puente. ¡ Qué dura tiene que ser la soledad  del que no conoce los besos!


Nada peor que el muñón que te deja el padre muerto, la mujer que amaste, el tiempo en el que fuiste feliz. A partir de una edad todos somos una colección de muñones que disimulamos como podemos. No sé tú. ¿Cuántos muñones tienes? ¿No te pasa como a mí, que los notas los domingos por la tarde o los días de lluvia? ¿Y te aplicas alguna ortopedia o sigues viviendo como yo, fingiendo que no pasó nada?


Mis tristezas están llenas de  muñones.


Pero sé una cosa:  acepta tus debilidades, esas que cuando las percibes te entristecen . Quien descubre que las mejores carcajadas son las que se dirigen hacia uno mismo. ¿Ves a ese hombre que se quiere comer el mundo? ¡Adónde vas, desgraciado, sin una buena máquina de perdonarte!






22 comentarios:

  1. Si no nos perdonamos a nosotros mismos, nadie puede hacerlo. Entiendo que el perdón nos debe venir de dentro para poder aceptar el que venga de fuera. Es dual y va en los dos sentidos de la marcha de la vida.
    Y ya que la marcha de la vida se dirije al abismo tal como está el patio, mejor empezar cuanto antes a absolvernos para que el colapso nos coja confesados al menos en nuestra conciencia.

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  2. La prueba del algodón de que nos vamos al carajo es el calentamiento global, que se explica desde la vertiente científica como la teológica.
    Los datos empíricos son los que son aunque para algunos son cosas de la Agenda 2030.
    Bien, quizás no se ha entendido que dos y dos son cuatro, pero no hay inconveniente que alguién no se lo crea.
    Científica:
    De la misma forma que la evolución de los valores térmicos son inapelables, hay que demostrar que es debido al hombre. Y en eso estamos, pero que a mi entender no habría duda. Los humanos somos especialistas en generar desastres.
    Teológica:
    Si nos vamos derechitos al infierno, es lógico que aumente la temperatura a medida que nos acercanos al fuego eterno.
    Y que cada uno lo entienda como le de la gana…

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    1. Encuentro su argumento complicado, barroco, incluso algo paranoico, un yogur de muchas teorías.

      Pero como usted bien dice... que cada uno lo entienda como le da gana.

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    2. Lo que se junta es mucho odiador que siembra su semilla de cizaña para que esto decaiga.

      Pero, mire, ayer fueron1400 los que se pasearon por aquí. Y hay de todo: hasta usted

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    3. Vamos a ver, si no te gusta lo que tu mismo afirmas, no hagas pagar el pato a los demás. Aclárate tu primero (te puedes insultar a ti mismo, no preocupes que ya estamos acostumbrados) y luego expones tus teorías conspiranoicas.
      También las leeremos, sea en el desayuno o durante nuestra visita diaria al Sr. Roca.

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  3. "Debemos combatir el pesimismo de la razón con el optimismo de la voluntad" (Gramsci).

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    1. Sanyi, Gramsci era un pringao, un pringao.

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    2. Gramsci podría ser gilipollas, pero la frase está buena, la verdad lo diga Agamenón o su porquero.

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    3. La cita invita a la reserva. Me parece, por ejemplo, que el Opus Dei hoy descansa en el "pesimismo de la voluntad" antes que en "el pesimismo de la razón" aunque la razón indica que ni siquiera hay espacio ya para el "pesimismo de la voluntad". En los tiempos del Sotanillo, seguramente experimentaron "el optimismo de la razón" que luego fue "pesimismo de la razón" combatido con "optimismo de la voluntad" al que sucedió "pesimismo de la voluntad" y ahora, quién sabe.

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    4. Yo pienso que todo eso de pesimismo y optimismo aplicado a estructuras de miles de personas suena a teoría barata de sociólogos con gafas un poco chutados.

      Nos olvidamos de la libertad .

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  4. Muy de Enrique Rojas. Ese hombre

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    1. Enrique Rojas es un estafador. El rey del corta y pega.

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  5. Ni siquiera es catedrático de la Complutense.

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  6. No me extraña que estés en un lodazal después de una vida inútil y sin sentido. Te lo has ganado a pulso, campeón!

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    1. Es bueno tener detrás al tío de la corona de laurel.

      Lo de campeón suena viejuno e infantil.

      Suena a club Padua con PR

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    2. La entrada de hoy sólo la puede escribir alguien cuya vida no sólo tiene mucho sentido sino que es muy útil. Tus palabras delatan que eres un bulto, una maleta vacía, una vida estéril y que el poso para ti es beberse un bitter kas.

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    3. El homo sapiens lleva una mochila muy pesada que se llama conciencia.
      El homo SAPIENS.

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  7. Yo soy un optimista patológico hasta el punto de estar convencido de que una vez Isa se canse de Suso, vendrá a llorar a mis pechos peludos y me pedirá con esa voz suya que me vaya a vivir con ella a Roma, pero que sepas, Isa, que eso no sucederá, por lo que te aconsejo que no te precipites con el dueño de este bar y perseveres. Todo el mundo sabe que tú aquí no pagas a pesar de que le des al tinto con fruición porque Suso otra cosa no, pero generoso...

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  8. Creo que nos vendieron un futuro muy feliz, ese cielo del que nadie regresó para contarlo. Por lo que con intentar cada día ser y hacer felices a los que queremos, nos debería sobrar. Quizás sin tantas bridas ni prejuicios de todo tipo mientras haya un respeto ¡brindemos por ello!

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    1. Brindo por eso ... pero a veces sí hay quién abre la cortinilla y guiña el ojo

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  9. El pesimista es el que cree que todo está mal menos él, y el optimista eñ que cree que todo está bien incluido él. Me parece que es de Chesterton

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