Una de las cosas que más me gustan de la vida es el contraste que tienen las personas, sus biografías, con sus luces y sus sombras, con sus miserias y sus virtudes. Y pienso que Dios nos juzgará por lo mejor que hayamos hecho. Como mi padre , que le escuché una tarde , mientras hablaba con mi madre sobre mi , " pobre Suso, y las ganas que tiene por hacer bien las cosas".
Porque , yo por lo menos, también estoy lleno de contrastes.
Me gusta bucear en psicologías complejas. Y uno mismo se ha sentido atraído por ese tipo de personas. A veces me pasa que parezco un zahorí que , del modo más imprevisible, encuentro recodos escondidos en el alma de gente que se han cruzado en mi vida. Y descubro agua donde no había nada. En ellos, y en mi.
Sobre todo cuando el mal llega disfrazado de bien. Eso es algo a lo que nunca me he acostumbrado. Y en mi me llegó a aterrorizar. El día que decidí dejar la obra fue porque me di cuenta de que no era un tío al que " le pasaban las cosas sin que quisiera", que era la excusa que me justificaba de lo peor de mi. No. Descubrí que era responsable de lo que me sucedía, que era yo quien manipulaba sentimientos para conseguir mis objetivos. Sabía como parecer inocente siendo un estafador, que usaba la trampa de la ganzúa para abrir corazones.
Y pensé que ya no podía seguir así, si quería cambiar. Había que volver a empezar. Sabiendo que los comisarios que reparten bulas me iban a denegar la mía.
Había que dar la batalla de la Gracia en un terreno donde el demonio había dejado el alma desolada. Era una gusanera moral buscando la redención. ¿Dónde ?: en el amor.
Sí, es el amor , en cualquiera de sus formas, el que nos redime. Hay unas consecuencias devastadoras cuando se rechaza la gracia , que llega al corazón de muchas maneras. Lo he visto en algunos que han seguido allí dentro y tuvieron mociones más que evidentes que les decía " ¡ cambia!, no es allí!". Y hoy dan mucha pena viviendo una rutina de costumbres frías, una escrupulosa manera de amar a Dios, un agostamiento de la alegría que tuvieron. Una pudrición lenta pero inexorable de su primera entrega. Y todo por no contemplarse en el espejo de sus pecados.
Y yo, que salí y di el cambio, estoy muy lejos aún. Muy lejos.
Gracias. Y cómo llegamos hasta aquí… Cada uno tiene su historia, seguro. Hágase la luz, dijo aquella voz enérgica que otros temieron hasta que descubrieron que en realidad era bramido amable.
ResponderEliminarMe acabo el café y voy.
Lo de "comisarios que reparten bulas", podéis explicarlo un poco? Parece un temazo.
ResponderEliminarSe explica sólo. A buen entendedor...
EliminarEl más mínimo giro en un avión, puede conducir hacia un país distinto. Cómo le habría ido a usted en Hakuna, si Hakuna hubiera existido en los años 70 y 80?
ResponderEliminarEsa gilipollez ya la ha preguntado usted varias veces, lo que dice mucho de su condición intelectual ( ya sabe, el toto y la linde). Es usted como el estómago de un rumiante , que tiene cuatro , y se repite y se repite con su rumen, retículo, omaso , abomaso..
EliminarPesao.
Incluso manteniendo el mismo rumbo el avión puede llegar a lugares distintos. Se trata de rumbos paralelos, o sea, enfilando los mismos grados del compás pero andando simplemente de lado…
EliminarEn fin, que para el caso es lo mismo, los movimientos, instituciones, asociaciones, etc. no dejan de ser mismos rumbos navegando en paralelo y buscando el mismo destino pero que, a veces, llegan a un lugar distinto del que apuntaba la proa.
Quizá nos va bien. Quizá nos va muy bien. Quizá el cómo le va a uno depende de si se tiene o no la manía de compararse con otro. O la manía de juzgarse y juzgar. Quizá simplemente todo consista en amar ahora y aquí, y sostenerlo. A veces es mejor ser buena persona, y sencilla, que no un águila depredadora sola y fría en las alturas. A veces es mejor hacer fotos de la belleza del paisaje, que pescar ya sea con arpón o con caña. A veces anhelamos la gloria y la tenemos en casa, en el pueblo, en las gentes.
ResponderEliminarEl Betis es como las desternillante historia del hombre desenfocado, en Desmontantdo a Harrry, de Woody Allen.
ResponderEliminarPronto cumplirán cien años y todavía no saben lo que son.
Existe una primera entrega personal, pero, al contrario de lo que decía el Fundador, te dan gato por liebre (al Fundador le gustaba decir que daban liebre por gato, algo mejor).
En todo caso, la verdad y la justicia obliga a que cuando te apuntas a una institución te digan lo que es. No importa si es mejor o peor, o igual, de cualquier condición.
Mi teoría es que nadie puede ser del Opus Dei porque nadie sabe qué es el Opus Dei.
Es cáscara, y será cenizas, pero no tendrán sentido. Serán cenizas estériles, no polvo enamorado. Es imposible que sea de otra manera.
Es una especie de estructura de poder con ínfulas elitistas aristocracia de la inteligencia, llena de gente buena, pero le falta el enfoque, la identidad, el espíritu. La letra mata, el espíritu vivifica.
https://www.youtube.com/watch?v=he1flqZgnOA
La escena es genial
EliminarPara mí, el engaño del Opus crea un trauma cuando uno lo ve. De ahí que haya gente que se repite y vuelve una vez y otra al tema del O.
ResponderEliminarCómo es eso que me engañaran tanto? Como es eso de que la Iglesia les dé patente de corso? De qué manera uno puede seguir rezando cuando eran las orejeras que te imponían para que uno se auto convenciera y aceptara el auto daño? Caerse del guindo supone un antes y un después brutal, PTSD. Veo mi tiempo dentro del O con horror. Rejalgar? Una manera de utilizar tu imaginación para que completes tu destruccion. Qué c_br_n_s!!!!
Yo no lo veo exactamente así, la verdad. Yo disfruté mucho, y encontré gente maravillosa. Y no tan maravillosa. Y muy pedorra.
EliminarEs que tienes las cualidades y la habilidad para sacar de la gente su parte humana. NADA que ver con el O.
EliminarEso es lo que me parece. En un erial, pusiste vida, porque te sale y eres así.
De acuerdo con el último anónimo. Un erial porque los que le dábamos vida, aire fresco, naturalidad y sana improvisación nos larguemos hace días...
ResponderEliminarLa cizaña también hay quién la siembra, en uno y otro lado, no siempre es espontánea,..
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