LA VIVIENDA COMO IDEOLOGÍA.

Me llama la atención como de un tiempo a esta parte parece que alguien está empeñado en que pongamos la atención en asuntos que vienen agendados. ¿ Por quién?: no tengo ni puta idea - que diría Felipe González. Lo que está claro es que no es casual.

Ahora toca la vivienda. Y el derecho  que tienen los pobres jóvenes a tener un casa. Y salen entrevistados un@s  progres pureton@s, en la calle, en alguna tertulia. Uno no da crédito a lo que oye: una generación educada en la falsa creencia de que una necesidad genera un derecho. Derecho a todo. Sin aportar. “El Estado me tiene que solucionar la vida”. Otro lo paga. El problema es que los que pagan, cada vez son menos. Y cada día están más hartos.

Mis padres se casaron desheredados- ya lo escribí- y comenzaron a vivir en Bilbao , en una habitación alquilada con derecho a baño y cocina. Por cierto, el casero , al saber que marchaban a Zaragoza, les perdonó los dos últimos meses. Era otra sociedad. Y después fueron a Zaragoza , a un barrio que lindaba con las Graveras de los gitanos. Más tarde a Francisco Vitoria. Terminaron en Delicias.

Uno se casó con Manuela y al principio vivíamos en un piso que no tenía puertas en las habitaciones. Después  , alquilamos, y terminamos comprando un  adosado Toblerone  de Fadesa en un pueblo cerca de Valladolid. 

Y estoy seguro que much@s de  vosotros tendréis vuestras historias. No quedaba tiempo para tocar los  dallonsus a papá Estado.

Pero estamos con una juventud - una parte de ella- que está muy ideologizada - que me parece bien tenga ideología- pero no que la ideología les tenga a ellos. 

Ahora se pasan  el día dando polculo en televisión  vendiendo consigna apestosa para luego contarnos la mierda de vida que llevan. A lo mejor un día se dan cuenta   de que  los sociatas y los podemitas, los progres   nacionalistas sólo generan miseria. 

Ya escribí de uno que conocí en el Gimnasio.  Ahora vive con su hijo-  es padre soltero, aunque suene raro - y se ha buscado un piso de alquiler en Caldas. Y no va llorando por las esquinas. Trabaja con pollos , en una granja. Y tiene el puesto de trabajo donde el viento da la vuelta.  Y veo a ciudadanos jóvenes, sanos y en edad de dejarse los huevos trabajando, mendigar una vivienda al Estado, y diciendo que qué hay de lo mío , y me toca los cojones y me produce un profundo  rechazo esta generación de cristal cuyo único proyecto de vida es que la política  le solucione la cosa.

Y ganar oposiciones mierderas para chupar. Y tirarse la vida como  afligidos  remeros en las galeras del Estado , currantes de mesa y sello gordo, que a media mañana echan a correr como keniatas para coger mesa en la cafetería de al lado y disfrutar de su hora de desayuno. Se los pisan. Los güevos, digo.

Coño, es que el “Estado” no existe, el estado no da nada que previamente no haya sacado y esquilmado de otros ciudadanos. 

Veo la televisión y salen unos policías desocupando a unos tíos con más roña que el culo de un gorrino , que no comen jamón, o que oyen a Camarón a todo tren. Y uno se pregunta por qué esos colectivos piensan que el Estado debería dales una vivienda a ellos, y a tus hijos, que se dejan los cojones currando , nada. Es que no lo entiendo. 

A esos  el Estado tendría que pagarles la vasectomía porque, oye, chingar, chingan como  babuinos, y no se ven más que críos por allí danzando. 

En fin, nos vamos a la mierda. Pero  así. Y es que un político sólo entiende los problemas de la gente cuando le toca a él.  Cuando la vivienda que okupan es la suya, el reloj que roban es el suyo, el divorcio chungo es el suyo.

Y , por último, que estoy muy cabreado. Aquí tenéis dos ejemplos de vivienda:

La de un líder de Podemos.

La de una familia de la Cañada Real.

 ¡Anda y que os den pol culo!