AQUÍ UNA CANCIÓN: 93 AÑOS. RESPETO GORDO. ES MI MADRE.
Vivimos rodeados de límites . De bien pequeños , desde que habitamos en ese pequeño espacio que durante nueve meses es nuestro hogar y es el útero materno.
A partir de ahí, vamos creciendo y los límites forman parte de nuestra vida.
Más o menos grandes, más o menos lejanos, más o menos transparentes…pero siempre límites.
La familia es un límite, la escuela, a política, la cultura, la religión. Y nos parece lo normal, nos adaptamos a ellos, a las normas, a lo establecido, a lo que nos rodea, a lo que vemos a diario en otros, al modo en el que nos han educado.
Esa jaula es tan real que ha conseguido que no nos apetezca salir de ella, y la sintamos como nuestro hogar y que nos parezca que es ahí donde debemos estar. Ahí dentro con los prejuicios y convencionalismos, con la doble moral, con las mentiras aceptadas, con lo que se supone normal, con lo políticamente correcto, con lo que no nos deja pensar más allá.
Eso fue mi vida durante años hasta que llegó un momento en el que algo ocurrió, algo pequeño pero que movió una de las piezas e hizo que mis esquemas se cayeran, que hubiera un pequeño cataclismo en mi interior, que se desplomara ese muro que no me dejaba ver, que decidiera salir de esa bonita y confortable jaula y dejara las llaves.
Se llamó amor. Y vino con nombre de mujer.
Y cerré la puerta tras de mí sin mirar atrás, para no regresar.
Entonces comencé a verme como era, no como se suponía que debía ser. Y me sorprendí. Y vi que los límites se rompían con facilidad porque no eran reales. Y respiré. Y me vi distinto. Y me sentí bien. Y me gusté. Y sentí que romper límites me hacía sentir fuerte.
Y rompí los límites personales…los de mi mente, los de mi cuerpo. Y sentí lo que no había sentido. Y supe que las caricias, cuando no hay límites en la piel ni en la cabeza, son sublimes. Que los besos no quedan en los labios cuando los límites han caído. Que pueden incendiar cada centímetro de piel que recorren. Y que las manos pueden desatar tormentas y los susurros pueden transformarse en huracanes. Que las miradas anticipan, que la piel pide, que el cuerpo tiene su lenguaje, que el deseo puede llegar a tocarse. Sin límites…al menos sin los límites impuestos o lo aceptado normalmente.
Y comprendí que quien me quiere desea que crezca. Que es necesario romper límites para gustarse.
Lo convencional para quien lo quiera. Yo ya lo dejé de lado.
Probablemente, un día un homínido fue capaz de intuir lo que otro estaba cavilando , lo que le preocupaba.
Entonces, le ayudó ,o le manipuló.
Esta tendencia a compadecernos, o a manipular a los demás marca la frontera moral de cada quién.
Lo ideal sería escribir el guion de la persona que deseamos ser y tratar de cumplirlo en nuestra película.
Pero como casi no tenemos margen para ser una persona distinta a la que somos, nuestra vanidad nos lleva a hacer lo contrario: escribimos el guion después de ver nuestra película y nos dedicamos a fingir que somos lo que hemos elegido ser.
Lo difícil es reconocer que a veces parecemos una hoja arrastrada por el viento.
*Pero como casi no tenemos margen para ser una persona distinta a la que somos, nuestra vanidad nos lleva a hacer lo contrario: escribimos el guion después de ver nuestra película y nos dedicamos a fingir que somos lo que hemos elegido ser.*
ResponderEliminarGenial este párrafo.
Dostoyevski escribió que lo más difícil en la vida es vivir, y no mentir. Yo creo que mucha gente vive mintiendo y creyendo sus mentiras.
ResponderEliminarEl Barullo me parece una búsqueda de la verdad interior. Y eso me atrae de esta página.
Gracias.
Le puede parecer extemporánea la pregunta, pero me interesa muy mucho su opinión: ¿Qué opinión le merece el intelectual César Vidal? Gracias por adelantado.
ResponderEliminarSuena a preguntita capciosa y con tonillo hipócrita y como de Caifás.
EliminarMe da que usted es Mopa o su perrito.
Vidal me parece redicho, repelente, rarito , vanidoso, falso envidioso, acomplejado - tiene pinta de que le han hecho mobing a lo bestia.
Nunca me gustó. Apesta.
Cesar Vidal tuvo que recibir en el colegio collejas de todos los colores. Casi todas merecidas. Tiene pinta, toda, de creerse mejor que los que le rodean y eso en un colegio del tardofranquismo, junto con ser físicamente "de pecho bajo" se pagaba con sangre.
EliminarAdemás tiene pinta de ir al gimnasio y entretenerse en el vestuario masculino con "sus cosas".
Me lo ha quitado de la boca. Tiene un rollo contrariado muy principal
EliminarSiempre debe haber límites.
ResponderEliminarLos límites del espacio que ocupa un objeto definen su forma; los límites tienen que ver con la identidad. Nuestra forma de ser viene definida por los límites de nuestro obrar.
El problema viene cuando esos límites nos son impuestos y no respetan nuestra identidad; cuando eligen por nosotros la fe, la vocación, la indumentaria, el estilo, la patria, la profesión, el estado civil... Tan importante es conocer los límites que definen nuestra forma, como conocer los límites que tenemos la obligación de traspasar porque nos limitan la identidad y la libertad.
Los límites pueden cambiar si cambiamos, porque dibujan nuestra forma, y nuestra forma puede cambiar.
Los uniformes (metafóricamente) imponen una sola forma, pretenden imponer los mismos límites a personas diferentes. Yo puedo llegar tan lejos como mi límite me permita mientras no perjudique al tuyo; si yo crezco, mis límites crecen.
Pienso que es bueno intentar escribir el guion de la vida, e ir a por él digan lo que digan los manipuladores diversos, incluso aunque paseen contigo por las calles de Roma intentando convencerte para que rompas tu guion y te adhieras al que le han dado para ti.
Con los años, valoras como ha ido el desarrollo del guion, y ves que has llegado tan lejos como nunca imaginaste. No lo has conseguido todo, pero has conseguido mucho, y en algunos aspectos, más de lo que jamás soñaste. Si me hubieran dicho como irían las cosas, hubiera llorado de felicidad. Veo, también, los puntos negros de los errores que me duelen como úlceras, aunque ya hayan pasado; y la dulzura de los logros que agradezco, consciente de que no los merezco, y de que alguien, sin duda alguna, me los ha concedido como un regalo. Sigo adelante, a veces temblando al ver mi pequeñez y las molestias producidas por mis caídas, y sin obnubilarme por los éxitos.
Es como cuando hago cine; siempre partimos de un guion técnico. Cuando acabamos cada película, me gusta comparar el guion con el resultado; y nunca son iguales, aunque se parecen. Si la película ha ido bien, acaba siendo mejor que el guion. Hay algo en el rodaje, en el proceso, una magia, que hace que la película tenga una vida que el guion jamás anticipó.
Con la vida, pasa igual.
P.D. Una pregunta, si me permites, que tengo desde hace años: Qué fue de Mariano Ruba?
PRISCILIANO
Das por hecho que piensas que conozco a Mariano Ruba. La verdad es que no me suena.
EliminarMe i gustado mucho tu comentario.
Vidal es converso al protestantismo, algo raro, muy raro en España. Para llamar la atención, para hacerse perdonar algo, para entrar en algo, para fastidiar a alguien, pero nunca por convicciónes espirituales genuinas. Un renegado de todo. Un a la contra de todo. De sí mismo.
ResponderEliminarhttps://www.religionenlibertad.com/espana/931467383/quintero-si-no-estas-hago-cosas-llevo-dentro-una-dios.html
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