El viernes fui de voluntario de la Cruz Roja a una escuela de Primaria a impartir un taller de afectividad, emociones y como gestionarlas. Eran niñas y niños de 4º, 5º y 6º. Para mi fue maravilloso reencontrarme con ese mundo. ¡ Cómo disfruté!
En el aula había una alumna de integración. Tenía una enfermedad rara- una variante de parálisis cerebral. A su lado estaba una profesora de apoyo. También estaba muy cerca, y ayudando, una señora mayor - parecía su abuela. Salí muy tocado de aquella experiencia.
No sé si os ha sucedido a vosotros, que que te gustaría conocer qué sucede después, adelantarte a los años que vendrán. Que no te basta saber del pasado y vivir el presente, y te gustaría correr la cortinilla del futuro, a ver un poco. Como en la cima de la montaña contemplas el horizonte.
Cuando trabajaba en los colegios deseaba que corriese el tiempo de una manera mágica y me plantase , yo que sé, en la edad que tengo ahora. Quizás se me hacía larga esa vida.
Pasa con muchas cosas. Pasa con el amor. Y especialmente, intuyo, con los hijos. Cuando eres padre imaginas el mañana de tus pequeños. Qué vocación tendrán, qué cruces de caminos tomarán. Qué carreras. Qué amores. Qué ilusiones marcarán su existencia.
Pero no todos los futuros son tan fácilmente imaginables. Hay un día en el que tu hijo no responde de la misma forma que otros niños. Te das cuenta. Lo sabes. Aunque no quieres verlo. Preguntas. Buceas en Google. Sabes que tu hijo mira distinto, siente a su manera, no como los otros. Y ves que la película que te habías hecho no tiene nada que ver con los planes imaginados. Que ahora hay un camino que recorrer juntos y que ese camino te va a atar a él, a ella , de por vida.
Esos padres, muchos de ellos, no tienen fe, no son religiosos, no les sostiene la transcendencia. Y allí están, como esa abuela, dispuestos a todo.
Los imaginas yendo a médicos, de aquí para allá, y las visitas al colegio, y charlar con esos y aquellos. Y en el colegio, en los juegos del parque, nada es como creías que sería. Y las madrugadas se quiebran . Y tu hija te abraza. Y sabes que ya no puedes fallar. El diagnóstico te reconforta, ya sabes cómo se llama eso que le pasa. El amor te anima. Pero hay días que se hacen eternos. Y aquel futuro que soñaste un día se esfumó.
Ya da igual . Hay que tirar. A pesar de la angustia de las decepciones de los demás. Y las lágrimas dan igual, y lo que te importa a ti es lo de menos . Ahora lo único importante es tu hija. Y ser invulnerable.
Y rezas para que a tu mujer no se le quede esa cara que has visto en otros padres así: de tristeza, de agotamiento, de una resignación que deja huella fea.
Le pregunté su nombre, y esa niña- acompañada de su profesora- escribió su nombre en un portátil, con un esfuerzo maravilloso cuando buscaba las letras: Isa. Como un pajarillo picando las teclas.
Y era de maravillar la expresión de su abuela. Esperando a que su nieta tenga la mejor de las vidas, aunque no sea la que imaginó.
Y, estoy convencido, porque lo he visto, que esa mujer te dirá que esa niña es lo más maravilloso que le ha dado la vida. Es como si ese cuadro que tiene el nombre de "Isa" tuviese escondidas texturas insospechadas en sus colores, en sus formas, en sus miradas, en...como si , poco a poco, esa niña te va descubriendo en ti tesoros que no puedes explicar.
Muchas gracias, Suso
ResponderEliminarA ti.
EliminarFantástica entrada para empezar un precioso domingo.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Me dicen que ha fallecido Rufino. Como aquí le tenemos cariño, un rezo por él, los que recen.
ResponderEliminarUn tipo original. Respeto gordo.
Gracias por la entrada Suso, magnifica para empezar el domingo. Y encomendamos a Rufino, un grande a su manera. Seguro que ya está organizando la intendencia con San Pedro.
ResponderEliminarFdo. ex bético, ahora sevillista.
Mecagüenlá, que decía Rufino.
ResponderEliminarUn tipo fuerte fuerte fuerte
Pienso que la canción de Perales "Qué pasará mañana" refleja las dudas e incertidumbres de los padres ante una situacicón de este tipo. Salvando las distancias y según mi experiencia.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=rgHid0W5YiU
Grande Rufino. Un abrazo y una oración siderales.
Rufino y su aprendiz, Antonio. Caracteres distintos, el aprendiz aprendió a la chita callando. Sabía más que Lepe. Sin gritar ni palmear la espalda, pero aprenwsió. Rezaremos
ResponderEliminar.... No les sostiene la trascendencia. Mucho da que pensar eso.
ResponderEliminarHa escrito un anónimo sobre Rufino diciendo barbaridades. Aquí el único hijo de puta es usted, que ni tiene valor para identificarse y dar la cara. Rata. Usted no tiene ni idea, pero ni idea de quién era ese hombre. Con sus sombras, pero hay que ser muy perro para , el día de su muerte, escribir mojando la pluma en la tinta de sus mierdas.
ResponderEliminarNi siquiera el día que usted se muera dejaría que alguien dijese de usted algo así.
Mierda seca.
Rufino era como el título de esta entrada. Me lo presentaron cuando yo tenía 14 años, y me lo volvieron a presentar a los 15, y un montón de veces más. No puedo ni imaginar la cantidad de gente que habrá conocido, y sobretodo, la cantidad de gente que le habrá conocido a él; sin duda, un tesoro escondido.
ResponderEliminarPensando en él me vienen a la mente personas que estaban conmigo cuando estaba él. Qué habrá sido de ellas? Arturo Lousa, José Manuel Cardona. Bueno, de José Manuel sí que sé; murió no hace mucho, y me informaron de ello las casualidades que vienen del otro mundo. Los veo aun sentados en una mesa del poblado comiendo espaguetis con salsa de tomate y queso rayado. O jugando en los barracones con nosotros.
Y volviendo a la entrada de hoy, me fijo en los ojos de esta niña. Me hablan de la grandeza de Dios. Un Dios que ha inventado la fotosíntesis, la fecundación, el funcionamiento de las neuronas... y nos dice con los ojos de esta niña que lo más importante son los ojos de esta niña.
No es la inteligencia, ni el poder, ni la rapidez con la que solucionamos un problema de electrotecnia, ni los gritos huraños del coordinador de informática cuando nos dice que tenemos que explicar robótica en lugar de enseñar valores, ni la chulería de los listos, ni la baba del mismo coordinador cuando alaba a los que sacan sobresalientes y desprecia a los que no entienden como entrar en la web de la escuela y acaban suspendiendo, ni los votos del nuevo equipo directivo, ni los estatutos del Opus, ni la liturgia romana... Lo que le importa al Dios del cual todo orden deriva son los ojos de esta niña, su mirada y la alegría de su corazón; lo mismo que le importa al padre y la madre de la niña.
PRISCILIANO
Bravo. un buen homenaje a Rufino y a los dolientes del mundo, que son oro.
EliminarGracias
Yo compartí clase en el colegio La Farga con José Manuel Cardona Cardona; era agregado. Tres o cuatro cursos, no estuve más tiempo allí.
EliminarNo sé si es el mismo al que te refieres, Prisciliano. No sé nada de él desde hace décadas.
Prisciliano, leo tu comentario y quedo en shock... no sabía lo de JMCC (descanse en paz). Muy buena persona. Hacía lustros que no tenía noticias de él. Conservo un excelente recuerdo.
EliminarEste es el J.M. Cardona que se murió; en el instagram del colegio donde trabajaba: https://www.instagram.com/p/Cou3l2arDeC/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=MzRlODBiNWFlZA==
EliminarPRISCILIANO
Un día de Las Paules para arriba, paré a almorzar en un bar de la carretera. Salió el tema y me contó la señora que conocía a Rufino de cuando recorría él la zona vendiendo vinos. Tenía muy buen negocio, trabajaba mucho y lo dejó para llevar el Poblado. Como dato. No creo que para aguantar niños, patronatos y algún impresentable valiera cualquiera. Y si gritaba y metía broncas, pues eso, que por algo dejaría la faena de ir a vender, ganar dinero y.conocer a medio Somontano, Sobrarbe y Pirineo. Cagüen los haters yo ya.
ResponderEliminarMuy buena la anécdota. Gracias. Pone a este hombre en su sitio. No era un pelanas.
EliminarLos padres de estos niños son unos auténticos héroes. Las personas a las que más admiro, sobre todo a cierta edad, cuando sus hijos ya no son tan niños.
ResponderEliminarLevantarte todas las mañanas sabiendo que vas a dedicar todas las horas del día a cuidar de tu hijo/a. Que su relativo bien estar depende casi por completo de ti. Y, además, hacerlo con una sonrisa y derrochando cariño.
La mayoría, aunque no nos demos cuenta, somos unos privilegiados y muchas veces nos preocupamos por chorradas.
Todo mi reconocimiento y mi cariño para esa abuela.
Me uno a su reconocimiento. Un abrazo.
EliminarY las personas que adoptan niños con problemas graves? Para mí son héroes, la bondad en mayúsculas, muestra de amor
EliminarCardona falleció hace un tiempo. Un grande entre los grandes. Excelente persona. A Rufino sólo lo conoció mi espalda con esos leñazos que pegaba. Otro grande!
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