Yo fui educado por unos padres que enseñaron que no había que decir palabrotas. En mi casa no se hablaba mal, ni se soltaban tacos. Una vez , durante la comida, se me escapó un "¡ostras! , y mi madre me soltó un meneo muy principal. - mi madre pegaba "meneos".
- Si sólo he dicho "ostras"- repliqué.
- Por si acaso- contestó.
Sólo diré que yo, que soy muy mal hablado y grosero, en mi casa no suelto ni un taco. Ni siquiera hoy. Por ejemplo, yo jamás he dicho "hostia" . Y los de ustié lo aprendí en Lérida, y me pareció un hallazgo.
Mis padres me criaron con rectitud y valores. Yo me eduqué en los Jesuitas y el COU en Fomento. Pero incluso allí, cabreado , las soltaba muy gordas. Pero con las niñas, y las chicas después, y las mujeres más tarde, no puedo. No me sale decirle a una mujer " estoy hasta los cojones". Sin embargo, sí que les he gritado por la calle " ¡¡¡ quién te pillara cagando, mañaaa!". O " ¡tengo los cojones llenos de amoooor, mañaaaa!
Yo creo que es por mi condición maña.
En Xaloc fue un sacerdote recién ordenado a atender espiritualmente a los de la FP. Unos urcos de mucho cuidado. Tíos con los cojones como cocos El cura era muy buena persona, muy inocentón. Recién salido del horno. Y además de esos que no ha perdido la gracia del Bautismo. Y en una meditación puso un ejemplo:
- Y , claro, cuando te enfadas , vas y le dices a uno " ¡ cobarde, gallina, capitán de las sardinas!". Y ya se ha liado , y os ponéis como fieras.
Era de maravillar ver la cara de la peña , mirándose entre sí perplejos al escuchar el ejemplo.
Este mosén vivía en Herzegovino y yo recibía su confidencia. Y le aconsejé que a esos tíos había que ponerles otros ejemplos que el de "capitanes de las sardinas". Y que , en ocasiones, los tacos van muy bien.
- ¿ Qué quieres decir?
- Pues que uno no puedes enfadarse a lo grande con palabras pequeñas. No puedes decir "caracoles" o “repámpanos” ”. No puedes ir así por la vida, y menos en la FP de Xaloc. Cuando uno dice un taco debe hacerlo a todo lo que dé la boca. Debe de ser rotundo. Sin matices.
- ¿ Por ejemplo?
- Pues si se ríen de ti cuando predicas , te callas y les dices " ¿ de qué cojones os reís?, ¿ se puede saber?, a qué me levanto y os dejo la cara marcada a leches?
El hombre pidió cambio de director.
A mí insultar me pone. Y soy de una generación donde nos poníamos motes todos. A uno muy rellenito le llamábamos "panzas" . A un cabezón "cerilla" . A mi me llamaban "canguro", porque hubo una época que tenía la cabeza pequeña y el culo gordo. El precio de insultar es que te insulten a ti. Aquí hemos venido a jugar.
Es verdad que soy de cabreo fácil cuando algo me enfada. Cuando voy en coche , a veces insulto a las señoras que cruzan por donde les da la gana. A una que iba muy lenta y con pasitos de bebé le llamé "¡Voy volando¡". Y la tía me soltó "¡ hijo de puta!" Insultad, porque seréis insultados.
Pero me siguen horrorizando esas mujeres que en el gimnasio sueltan un "¡ échale guevos , ahí tú!" ! Es que no me acostumbro.
Si quieres, lo publicas: https://adelantelafe.com/sobre-el-problema-del-papa-hereje/
ResponderEliminarA mi no me cabe la menor duda de su condición de hereje. Rezo por su conversión todos los días.
ResponderEliminar"Les veo a ustedes muy hostiles" - Sí, a mí ya me han caído dos.
ResponderEliminar(De un amigo, él lo cuenta mejor, yo soy discreta)
No pillo.
EliminarPor lo de hablar mal, el amigo entiende “hostil” como derivado de unas “usties” que se había llevado.
ResponderEliminarOk. Gracias. Un beso.
EliminarPor fin loas un mérito de las bellísimas personas de Lérida y admites que aprendiste algo de ellos 👏👏👏. Por cierto, podrías añadir a tu repertorio de Youtube aquella obra maestra: "Vivo en Lleida". Aunque imagino que en la época Woke y de lo políticamente correcto... no caerá esa breva.
ResponderEliminarTendría que recuperar esa letra. La tengo olvidada. A ver si lo consigo
EliminarGracias
ME HE DEJADO EL TRACTOR EN TORREFARRERA, YA ME LO AVISABA MI AGÜELA...
Eliminar... la Jennifer y la Vanessa,
Eliminar¡chúpate esa!
Los hispanohablantes somos tacoparlantes. En otros idiomas no se recurre tanto a esta modalidad expresiva.
ResponderEliminarEsto ya viene desde el Lazarillo de Tormes y Quevedo hasta los artículos de opinión en los periódicos.
A todo ello se añaden las paridas que dice la gente. Hoy hay una entrevista en La Vanguardia al actor argentino Esteban Kukuriczka, uno de los protas de la Sociedad de la Nieve cuyo titular dice así: “El buen actor llega al rodaje sin haber desayunado ni eyaculado”.
No hablemos de nuestra pasión por lo escatológico.
Y encima los jóvenes numerarios decíamos más tacos para parecer hombres muy machos "a pesar" del celibato. Y fumábamos como carreteros por el mismo motivo.
¿En qué se parecen un numerario y un árbol de Navidad? en que ambos tienen las bolas de adorno. Y todos emocionados.
100% de acuerdo con lo de los tacos. Y fumar sobretodo, muchísimo. Efectivamente como carreteros. Cuando ibamos a misa de 7 o 7,30 de la mañana fuera del centro a alguna parroquia cercana en día laborable, lo mejor era el ducados de vuelta al centro justo antes de desayunar. ¡Boccata di cardinale era eso!
EliminarPor qué se fumaba tanto en el Betis? Era por que daba un porte más liberal, delante de los pitables?
EliminarLa triada del machote: fumar, beber, decir tacos.
EliminarY vaciar con un pincel los ceniceros en un bote de colacao.
EliminarTambién había un encargo de eso.
En Monterols se me dijo una vez: 'no es necesario que demuestres tu virilidad diciendo palabras gruesas'... Lo decía D
ResponderEliminarEnrique Casas, que tenía o tiene una lengua de miedo...
"Cuando yo estaba en la Blume..."
EliminarAl nume se le identificaba porque solía ser Delgado y fumaba como un carretero.
ResponderEliminarUn núme grueso y que no fumara "parecía un hombre casado" y la gente pensaba que era un padre que venía al club a buscar a algún hijo.
He leído muchas gilipolleces, pero ésta hace pódium. Le sugiero que se introduzca el dedo en el ano y se lo huela: es posible que usted no esté loco, que esté podrido.
EliminarPues yo le doy bastante razón, no era uniforme, pero sí un arquetipo, pues a la Abadesa justamente le gustaba este estilo.
EliminarNo digamos con la mujeres…
Y dicho sea de paso, se me crea o no, a una de mis hermanas la hicieron pitar de agregada en vez de numeraria por tener un culo fuera de norma. Así me lo dijo y así lo cuento.
¿Pero qué tendrá que ver el comentario de un " un núme grueso y que no fumara "parecía un hombre casado" y la gente pensaba que era un padre que venía al club a buscar a algún hijo" con una mujer que pitó de agregada - según relató ella misma- por " tener un culo fuera de la norma".
EliminarA ver, ¿ quién le dijo eso? Cuesta creer que una directora le diga a la candidata " mira, hemos pensado que pites mejor de agregada porque tienes un culo que si fuese una tostada habría que poner la mantequilla con un remo" .
¿De verdad, usted se piensa que somos tan gilipollas?
Ya dije que me importaba poco que se me crea o no, pero veo a usted no le queda claro. Más dudo yo de tantas memeces que escribes.
EliminarExigimos foto del culo
EliminarPues para que lee usted si son memeces.
EliminarLo del culo de su hermana la agregada si que le define a usted, desustanciado. Como se entere su hermanita , va bueno.
A mi el taco es algo que me reconforta mucho. Remarca la idea y eso a los que nos ganamos la vida hablando nos es de gran utilidad. No confío en que dure mucho. No tardarán en legislar al respecto y lo políticamente correcto también se meterá con esto. Coño ya.
ResponderEliminarEn zonas con mucha represión puritana del lenguaje surge la Eufemia como forma de esconder aquello que se quiere decir y frente a ella la blasfemia. El acto de sinceridad que se harta de la hipocresía de la Eufemia y llama a las cosas por su nombre.
ResponderEliminarEl Betis en los 70 y los 80 era un poco como la casa de la Bernarda. Tacos, fumar aunque no te gustase, activa y pasivamente, mucho mariconeo reprimido, mucho alcohólico que allí se inició, mucho putero en ciernes pero todo estaba legitimado porque estábamos entregados. Quien podía lo más, podía lo menos. Todo eran menudencias en comparación con la salvación que estaba asegurada. Así, podía hacerse casi todo. Había carta blanca. Patente de corso. Mientras no se dudase de la vocación y la fe, todo era santo. A por la copa de Europa todos los días.
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