viernes, 18 de octubre de 2024

MALHABLADO

Yo fui educado por unos padres que  enseñaron que no había que decir palabrotas. En mi casa no se hablaba mal, ni se soltaban tacos. Una vez , durante la comida, se me escapó un "¡ostras! , y mi madre me soltó un meneo muy principal. - mi madre pegaba "meneos".


- Si sólo he dicho "ostras"- repliqué.


- Por si acaso- contestó.


Sólo diré que yo, que soy muy mal hablado y grosero, en mi  casa no suelto ni un taco. Ni siquiera hoy.  Por ejemplo, yo jamás he dicho "hostia" . Y los de ustié lo aprendí en Lérida, y me pareció un hallazgo.


Mis padres me criaron con rectitud y valores. Yo me eduqué en los Jesuitas y el  COU en Fomento.  Pero incluso allí, cabreado , las soltaba muy gordas. Pero con las niñas, y las chicas después, y las mujeres más tarde, no puedo. No me sale decirle a una mujer  " estoy hasta los  cojones". Sin embargo, sí que les he gritado por la calle " ¡¡¡ quién te pillara cagando, mañaaa!". O " ¡tengo los cojones llenos de amoooor, mañaaaa!


Yo creo que es por mi condición maña.


En Xaloc fue un sacerdote recién ordenado a atender espiritualmente a los de la FP. Unos urcos de mucho cuidado. Tíos con los cojones como cocos El cura era muy buena persona, muy inocentón. Recién salido del horno. Y además de esos que no ha perdido la gracia del Bautismo.  Y en una meditación puso un ejemplo:


- Y , claro, cuando te enfadas , vas y le dices a uno " ¡ cobarde, gallina, capitán de las sardinas!". Y ya se ha liado , y os ponéis como fieras.


Era de maravillar ver la cara de la peña , mirándose entre sí perplejos al escuchar  el ejemplo.


Este mosén vivía en Herzegovino y yo recibía su confidencia. Y le aconsejé que a esos tíos había que  ponerles otros ejemplos que el de "capitanes de las sardinas". Y que , en ocasiones, los tacos van muy bien.


- ¿ Qué quieres decir?


- Pues que uno no puedes enfadarse a lo grande con palabras pequeñas.  No puedes decir "caracoles" o “repámpanos” ”. No puedes  ir así por la vida, y menos en la FP de Xaloc. Cuando uno dice un taco  debe hacerlo a todo lo que dé la boca. Debe de ser rotundo. Sin matices. 


- ¿ Por ejemplo?


-  Pues si se ríen de ti cuando predicas , te callas y les dices " ¿ de qué cojones os reís?, ¿ se puede saber?,  a qué me levanto y os dejo la cara  marcada a leches?


El hombre pidió cambio de director.


A mí insultar me pone. Y soy de una generación donde nos poníamos motes todos.  A uno muy rellenito le llamábamos "panzas" . A un cabezón "cerilla" . A mi me llamaban "canguro", porque  hubo una época que tenía la cabeza pequeña y el culo gordo.  El precio de insultar es que te insulten a ti. Aquí hemos venido a jugar.


Es verdad que soy de cabreo fácil cuando algo me enfada. Cuando voy en coche , a veces insulto a las señoras que cruzan por donde les da la gana.  A una que iba muy lenta y con pasitos de bebé le llamé  "¡Voy volando¡". Y la tía me soltó "¡ hijo de puta!"  Insultad, porque seréis insultados. 


Pero me siguen horrorizando esas mujeres que en el gimnasio sueltan un "¡ échale guevos , ahí tú!" ! Es que no me acostumbro.



4 comentarios:

  1. Si quieres, lo publicas: https://adelantelafe.com/sobre-el-problema-del-papa-hereje/

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  2. A mi no me cabe la menor duda de su condición de hereje. Rezo por su conversión todos los días.

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  3. "Les veo a ustedes muy hostiles" - Sí, a mí ya me han caído dos.
    (De un amigo, él lo cuenta mejor, yo soy discreta)

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