sábado, 14 de febrero de 2015

¿USTED CREE EN DIOS?

Tarde o temprano el tema termina  por salir en la conversación: la Religión.

Cualquier cosa relacionada con la religión, con fuerzas sobrenaturales, con el mundo del rito y del espíritu, con algo que no se puede ver ni tocar, pero que existe. Y existe, además, de una manera tan real que provoca reacciones de respeto sagrado, de intimidación, hasta de temor...aquí, y no sólo aquí,  importa, e importa mucho.

Estamos ante la cuestión que afecta a millones de personas en su esencia más profunda. Los indígenas, da lo mismo el continente, son profundamente religiosos. 

Y tarde o temprano llega la pregunta: ¿cree usted  en Dios?.

Una vez hecha la pregunta, serás observado de una manera muy analítica, especial, y tu respuesta será decisiva para ellos y para ti..

- Sí, creo en Dios.

Y comprobarás qué gran alivio se refleja en sus rostros.

Da lo mismo si eres católico, sincretista, evangélico, o animista, lo cierto es que te hermanas con ese hombre, rompes todas las barreras. Muchas personas están convencidas de que existe un Ser Supremo y una gente que le representan, se llamen sacerdotes,o como se les nombren, que son generalmente aceptados de una manera seria y reverente por todos.

La fe que ves en esta gente conmueve, y alcanza muy dentro.

Yo, desde luego, no la tengo. ¡ Me encuentro a años luz!.

Y, en contraposición a esa Fe, también detectas la presencia del mal y del dolor en el mundo a través de lo diabólico.

Pero eso ya es otro tema. El mal que esta gente ha conocido, y nosotros también, no lo han olvidado, y saben , como deberíamos saberlo nosotros, que tiene nombres y apellidos. Existe el poder de las tinieblas, el horror, y la presencia del maligno.

Habría que darse un garbeo por Stalin, Hitler, Doe, Taylor, Los Khermers, Amín,...todos los holocaustos del mundo para comprender la cara oculta de la Fe de esta gente sencilla.


Al respecto, siempre me llamó la atención la anécdota que cuenta el entonces cardenal Ratzinger luego papa Benedicto XVI. 
Le explica en conversaciones privadas a Peter Seewald, publicadas en el libro "Dios y el Mundo" : cuenta que Hitler tuvo vivencias negativas del nazismo, señalando  que  estaba inmerso en lo demoníaco. "Conocemos- afirma en la entrevista-  informes fiables de testigos oculares que demuestran que Hitler mantenía una especie de encuentros demoníacos que le hacían decir temblando ”El ha estado de nuevo aquí ” y cosas así. Se refería al demonio".

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