Y A VER QUIÉN SE COME ESE HUESO.

Antes   las parejas se enamoraban de fuera hacia adentro. 

Primero era  el amor  a  primera  vista y después quedabas, salías, charlabas, paseabas y  con un poco de suerte, llegabas  al  alma, y  te  llegaban  al alma. 

Al cruzarte  de  una  manera  casual  en cualquier parte esos dos seres que luego serán una  historia de  amor  se encuentran con un rostro, unos  oídos , unas   manos, unos  dedos, unos  labios,  unas piernas, una  mirada , en  fin, con el espacio que está expuesto al viento  imperio.

A partir de esta atracción física, la pareja se  trata, se  habla de esto  y  de  lo otro, se  cuentan  sus sentimientos, abre  la  puerta que da  a  las habitaciones  del pasado  , proyecta una felicidad común.

Como  Hanibal Lecter  la  pareja se va introduciendo en el alma del otro y llega un momento en que se produce esa conexión maravillosa  de ambos espíritus que se llama amor.

Pero en  ocasiones Cupido  hace trampa  y  se levanta  la  venda buscando  atajos en  su  propio  interés. 

Por  ejemplo , esas parejas  que forman  las ideologías , las  clases sociales , a través de colegios  de  élite, clubs  deportivos exclusivos, donde  las madres amañan  y celestinan  más  de  lo que parece.

Paradigmática  la  pareja de López Madrid  y la hija de Villar  Mir. Emparedado de  pijería "Colegio Los Rosales". Curiosa  las amistades  de esta gente: Fernando y Carlos Fitz-James Stuart, hijos del próximo duque de Alba; Alonso Aznar Botella, hijo pequeño del expresidente del Gobierno; Pascual Sáinz de Vicuña, miembro de una de las familias más adineradas de España y pariente de los Bemberg, los dueños de las cerveza Quilmes en Argentina; un hijo de José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, y varios miembros de las familias Domecq o Gómez-Acebo.

Dior  los  cría  y ellos  se  juntan.

Otra  manera de  trampear  es  la  que vemos  a diario  en parejas que se relacionan por primera vez por medio de Internet. 

En este caso, al contrario que en la vida ordinaria, el amor se desarrolla de dentro hacia afuera. Alguien lanza  desde  su  isla una  botella  con un mensaje en  su  interior  al mar de la Red . La  firma va  con un  nombre  supuesto. 

La  botella  va  a  parar  a  las playas  de  otra  isla , y  se produce un primer contacto entre dos almas desconocidas que empiezan a ofrecerse datos de su espíritu: gustos ,  aficiones, fantasías, falsos proyectos , virtudes  domésticas : el  material con que se fabrica una gran pasión.

El cuerpo no ha intervenido todavía. De  momento se  han enviado   fotografías  de  cuando eran niños, con la palma del domingo de ramos,  o  esa  otra donde  él  salía  guapísimo,  han  cortapegado poesías de  Neruda, se  ven a  través de  Skipe.

Estas imágenes son virtuales . Las almas  de los dos han  crecido en tierras desérticas , pero  cada  uno habla de  su particular  invernadero. Pero el engaño ya no tiene importancia. 

Acabo de leer  " Cartas de  amor  de un sexagenario voluptuoso", de  Delibes. 

Novelita  triste. Un hombre egoísta, de una mediocridad oceánica . No es ficción. 

Cada  día   se encuentran millones de personas  en un punto virtual de la red. Comienzan  a intercambiarse unos sentimientos delicados, deseos puros , o  pequeños  guiños  inconfesables; abren sus respectivas almas en el espacio inalámbrico , y desde esa intimidad, seducidas por tanta  bondad, alegría, sencillez, humildad, cultura, caen atrapadas en la  red  que  han  tejido la tela de  araña  en la nube.

Finalmente se dan  una cita en el la esquina  de Caja  Duero, en  la Plaza Zorrilla,  y allí se descubre  el pastel: , él pequeñajo, ella  altísima, él apestando a colonia  David Bustamante, ella  con sonrisa  de rajas  gallineras, él haciendo sorbetes porque está  resfriado, ella gorda  y algo repulsiva...pasean  por  la  calle  Santiago.

¡Buf!,  se habían enamorado ciegamente por dentro , y  ahora  pasa  como cuando fuera de Internet te enamoras de un cuerpo maravilloso  y te encuentra con un alma de  carne  y hueso.

¡Y a  ver  quién se  come  ese  hueso!