LOS ELEGIDOS DE FORBES.

En la última lista de forrados Forbes encontré algunos que conocí. A alguno muy bien. Es curioso esto de los tíos Gilitos del Mundo. Hay de dos tipos: los que son de cuna, y los que han sido tocados por la gracia, o vaya usted a saber. Alguien dijo que el primer millón de algunos es el sospechoso.

Y de entre todos ellos conozco de dos tipos: los que aún se acuerdan de ti, y los que han ascendido como pedo de buzo, los Harry Lime que están en lo alto de la Noria de su vida y te ven como un puntito. Unos contestan tus correos, o tus watsap, otros nada, te ignoran. 

Otros , pocos, son como Kowaslky, el  astronauta que decide  desconectarse de la nave : "escucha, ¿quieres volver, o quieres quedarte aquí? Lo entiendo, es bueno aquí arriba. Solo tienes que apagar todos los sistemas, apagar las luces, cerrar los ojos y desconectarse del mundo. No hay nadie aquí que te pueda hacer daño. Es seguro"

Uno de ellos - no está en la lista de Forbes, pero porque no quiere- tiene en su despacho un bajorrelieve en inglés que dice " todo hombre vale el crédito que se merece". Bueno, supongo que para estos tíos que no contestan uno sólo es un tío que no merece crédito.

Y no digo yo que uno no lo merezca. A alguno de ellos les he pedido favores profesionales  - tener en tu lista de contactos gente así da mucho charme en algunos sectores- y han  pensado ·" una, y no más , santo Tomás". 

Otros siempre contestan. Pisan moqueta , pero no se olvidan de cuando eran gente feliz y sencilla.

Alguno duele. Recuerdo el que me llamó desde Brasil y me envió una foto de una puesta de sol que estaba viendo en ese momento. Recordamos otra puesta de sol de su infancia . Hoy ya no hay puestas de sol. Hoy anda en negocios de esos de " ¿si no lo hago yo, alguien tendrá que hacerlo, no?  " Una pena.

¿ Cómo sería yo si fuese uno de ellos?   Con toda seguridad, mucho pedor.

La vida de los ricos tiene el sueño que se cuenta en el retrato de Dorian Gray. En el interior de un cuarto oscuro permanece el retrato de Dorian Gray.

Mediante el pacto que el pintor ha hecho  se produce un sortilegio. El propio Dorian Gray de carne y hueso permanecerá siempre joven a la luz del día y toda la ruina física que regala el paso del tiempo la asumirá el retrato y en él se reflejarán los vicios, caídas y deseos frustrados de la vida.

En el cuarto oscuro la figura representada se irá degradando. Sus ojos se inundarán de ojeras  con  bolsas amarillas, la piel se  volverá de un color pellejo, la cabeza lentamente se cubrirá de ceniza y  perderá  pelo, aparecerán pecas oscuras en el dorso de las manos,  y bajo las sedas ajadas de la camisa y de los pantalones de terciopelo ya raídos se le caerán flácidas las nalgas, y los testículos  y  el  ciruelo quedarán  badajos.

Mientras, el joven Dorian Gray con el atractivo inalterable en el rostro, la mirada brillante, la tensión en los músculos, seguirá seduciendo, bebiendo y bailando en fiestas y  orgías interminables.

Este relato de Oscar Wilde es pura  imaginación.

En la vida corriente de cada uno de nosotros , ricos y pobres,  el sortilegio de Dorian Gray se produce en sentido inverso.

En el cuarto oscuro está nuestra  biografía  pasada.  En ella permanecen intactos el niño, el joven, el adulto, el ser fuerte y tal vez indomable que fuimos un día.

Mientras, a pleno sol nuestro cuerpo con los años se va deteriorando.

Esos seres maravillosos que nos habitaron sucesivamente, si uno no se  los ha cargado , siguen vivos en el espacio oscuro de nuestra memoria. No sé  tú, pero  en mi  particular  cuarto  oscuro están  Susín, Suso, y mi padres,  jóvenes  y  guapos, están mis hermanos  cantando, está Jesús Puertas, y muchos  amigos. La Mendicuti, ¡ qué culo, Dios  mío! ,  y está  un niño  que soñaba  ser  misionero, y Matilde Muñoz, que me enamoró  hasta  querer  darle  mi vida  a  cambio de nada, están mis  escapadas  al Plata, y mucha  gente  a  la  que  quiero, y mujeres que amé, y las  que inventé. Están Carmen , Carlota, Manuela, Ana, María José ...Juan Pablo II , y su  cálido abrazo...

Están  historias  que  me da  vergüenza  recordar, algunas  asco. Está  un  Dios que hoy  no  reconozco como tal...¡tantas  retratos  guardo en ese  cuarto  oscuro  de  mi memoria!.

Conservo la primera inocencia, la alborotada  pubertad, los deseos juveniles de cambiar el mundo, la limpia ideología de comprometerme por los demás, el derecho a equivocarme, la firmeza del cuerpo y el mismo espíritu de libertad.

A estos ricos les sucede lo mismo. Y a ti, queri@ lector. Si no hubiera espejos no conoceríamos  nuestro  rostro. Solo envejeceríamos en la mirada de los otros. Ese sería un juicio inapelable. Son  los  demás  que los  nos  delatan en el paso  del  tiempo.

Pero esos seres vivos del pasado tan puros que llevamos dentro son también un espejo velado.

Toma  nota,  amig@:  la verdadera destrucción espiritual se produce cuando uno no reconoce la propia imagen al reflejarse en ellos. Cuando  te  has  olvidado  de ese  otro  que  fuiste.

En este caso Dorian Gray, o  sea, tú,  ya viejo , con todos esos seres muertos que  no  reconoces  en  tu  interior,  terminarás tus  días  desagradecido, como  un imbécil  que  no  se  ha  enterado de  qué  iba    esta  vida.