Aunque ya os conté algo del fallecimiento de mi tía, me queda su entierro.
El jueves pasado se fue al Cielo de punta cabeza esta mujer. A los 21 años ingresó en el Convento de las Clarisas Capuchinas en Calatayud. De esa clausura no se movió hasta el jueves. Se llamaba sor Presentación. Tenía 99 años.
En la misa funeral hablaron de sus virtudes. Una mujer, una hermana, buena, humilde, alegre. Fue muy emocionante la despedida de una de las hermanas de clausura.
El entierro fue en el cementerio. Cantaron tres personas del Camino Neocatumenal que la querían mucho, y bien. Mientras la enterraban pensaba que somos nosotros los que vivimos aquí fuera en una clausura, y ella eligió la libertad. Yo me entiendo.
Estuve un rato mirando el hueco de su tumba vacía, mientras unos operarios cubrían con masilla los bordes. Y pensé , recé, que sí. Ella eligió la mejor parte. Y me sentí extrañamente ligero, como quien está admirando un argumento y sentido a una vocación de entrega.
Viendo su foto uno se da cuenta que su vida se embarcó en un acerico espiritual.
Forrado de terciopelo , suave al tacto del que se acercara. Así era ella
Y viajando viajando en esa aventura de amor vio muchas cosas sin moverse de ese rincón de Calatayud. Y, estoy seguro, le dolerían esas vidas ¡alfileres aquí y allá! : Dios no me claves ya más alfileres, que el acerico de este costurero en el que me embarqué contigo es solamente mi pobre corazón.
Era mi tía. Respeto gordo. Me pongo de pie. Al cielo con ella.
Es interesante tu visión de que "ella eligió la libertad". El otro día les compré unas pastas a unas monjas jóvenes por la calle. Esa mirada de tu tía me recuerda a la de ellas. Confianza.
ResponderEliminar¡ Esa es la palabra!: confianza.
EliminarY esa es la actitud, la tuya.
Las pastas estaban buenas por cierto. Lamentablemente no tardarán en pedirles algún registro sanitario o algún CIF pero ellas seguirán confiando. Mientras confiemos en que caiga un rayo en Moncloa. Ainss
ResponderEliminar¡Pobres de nosotros!: todo tiene muy mala pinta.
EliminarNo creo que las clausuras sean el cielo en la tierra. El cielo está dentro de nosotros, si lo buscamos.
ResponderEliminarLa entrada es una metáfora y homenaje...y sí el cielo está dentro de nosotros...¿Eres ingeniero?
EliminarLa entrada es una maravilla que no discuto sino matizo. No soy ingeniero, no.
EliminarPues perdona, ser ingeniero es , para mi, una carencia . No tienen imaginación.
EliminarNuestro país es , en términos generales, un país mediocre como muy bien han denunciado Arturo Pérez Reverte, David Jiménez García, y tantos otros. Muy pocos colectivos se salvan: registradores de la propiedad, diplomáticos, ingenieros aeronáuticos, ingenieros de caminos y poco más... todo lo demás es un triste páramo. No critiquemos tan a la ligera a los ingenieros en general, pues algunos de ellos consiguen que no seamos un país en quiebra. Tal cual.
ResponderEliminarPues no le falta razón.
EliminarJoder cómo se me han puesto los ingenieros hoy.
"Los ingenieros son como los perros. Tienen una mirada inteligente, pero no saben expresarse"
ResponderEliminarEsa es buena boutade
EliminarTrapo rojo, ingeniero miura ....
EliminarDe todo hay, hasta los q sólo tienen el título.
En muchas ocasiones, tratar de hacer entender al lego (por decirlo fino) no merece la pena el esfuerzo.
Y ya puestos, imaginación artística e ingeniería... pues sí, no le falta razón. Pero hay más tipos de imaginación: McGiver era ingeniero.
Muyyyy bueno
EliminarLos ingenieros somos agnósticos por naturaleza, pero tan místicos como muchos quisieron. Desde luego más pragmáticos y más sinceros, con menos florituras, sin tantos engaños.
ResponderEliminarPues no seré yo el que niegue eso: tengo grandes amigos ingenieros. Alguno místico, aunque nunca nos entendimos.
EliminarHola Suso. Espero que no te moleste lo que voy a decir, y a decirlo voy con cariño, porque así creo que lo siento; quizá sea una barbaridad, una locura, un desvarío, mas en ningún momento tengo intención de herir sentimientos de nadie… ahí va. Si no te mola, no lo publiques. Creo que tú encarnas el más modélico ejemplo de lo que quizá “nuestro padre” (entrecomillado, pues hablo desde el exilio) entendiera por un numerario diverso, un miembro divergente de esos que son tan necesarios en las instituciones para que éstas se mantengan saludables y sostenibles, tan divergente en sus opiniones y modos de actuar que hasta acabó por salirse de la opus e hizo cosas inimaginables para el imaginario opus… pero que fue siempre fiel, fiel a un ideal, fiel al amor, fiel a su Dios y a su fe… quizá es que soy un viejo chocho, chocho y llorón, y lloro ahora porque me echaron por ser fiel al ideal que me presentaron, a quién se le diga. No estoy herido ni resentido, encaro mi pasado, presente y escueto futuro con serenidad, entereza y una pizca de osadía. Pero también soy humano y añoro, sufro de añoranza como podría sufrir de ciática o de Alzhéimer, a pesar de que conservo la cabeza, no sé si bien o para bien o todo lo contrario. Y añoro, al llegar la noche fría, la suave manta calentita que me arropó cuando no la necesitaba tanto. Fue culpa mía creer a los humanos, pero no me arrepiento, “a” ellos les creí, pero creer, lo que se dice creer “en”, solo creí en Dios, en todo momento antes, durante y después. Es la hora de la oración en el huerto, y no tengo miedo. Perdona mi osadía, y perdona por utilizar tu nombre. Lo dicho, si no te mola no lo publiques.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarLa verdad es que, en mi caso, se trataba de coherencia. No podía viviir con esa contradicción , aunque exteriormente pudiera dar el pego - que no lo daba.
Todo era una mentira. Por i parte, y por la de ellos. Y decidí marchar. Y acerté.
Cuidese , amigo. Es usted buena persona, le digan lo que le digan, o aunque usted se crea esa bola de que no lo es.
Y sí, le entiendo muy bien cuando habla de recuerdos y del pasado. Tiene corazón.
También rezaré por usted. No sé qué enfermedad tiene, quizás la soledad, que no es manca, pero le acompaño.
EliminarDemasiado listos los ingenieros.
ResponderEliminarAquí un ingeniero no comenta nunca, pero quiere centrarse en lo importante, en la entrada. Sólo me pregunto ¿por qué hay gente así, cómo era, qué pensaba esa mujer, cómo es vivir alejada de la mugre del mundo?
ResponderEliminarRecuerdo que una de las instrucciones para la meditación era ponerse en el lugar de Jesús e intentar asimilarse uno mismo a sus sentimientos en cada escena del Evangelio. Palabrería vacía para mi, ni puta idea de lo que eso significa.
¿Las monjas que he conocido en mi infancia? Seres humanos hijosdefruta y sádicos con más taras que un fiat Talbot. ¿Obispos lanzando soflamas por los ODs y el día de la tierra? ¿curas con horario de funcionario? Garbanceros sin mejor oficio. Que haya casos como el de tu tía entre las monjas de clausura dan mucha luz.
¡Ojalá nos bendiga desde el cielo! A los pecadores sólo nos queda aguardar de rodillas. Cuando Dios vuelva su rostro hacia los inocentes y los arrepentidos, tal vez nos pille de reojo.
Sobre los comentarios hacia los ingenieros... ¡están llenos de verdad, hasta el del perro! ;)