El primer día que dejé la obra y llegué casa de mis padres , además de contarles la verdad del por qué estaba allí y había tomado esa decisión, mi única preocupación era encontrar trabajo.
Cuesta años aprender a utilizar la sinceridad como linterna y no como revólver.
Tan sólo tenía 1.200 euros. No pensaba dedicarme a la enseñanza. La razón era que mi currículum era demasiado opusino, y veía difícil que me contratasen con ese perfil tan de " hogar luminoso y alegre", por decirlo de alguna manera. Tampoco me interesaba volver a empezar entre curas y monjas.
Lo pasé muy mal aquel verano de agosto y septiembre. Me presenté a muchas entrevistas de trabajo. En Madrid me quisieron contratar para sustituir al presentador , era un sacerdote, en un magazine de la televisión de la cadena de los obispos. Conocía al productor. Cuando me vio el tío me dice :
- ¡ Joder!, no eres el Suso qué conocí. Has envejecido mucho.
Y me lleva a maquillaje y pregunta a una señora si se puede hacer algo conmigo.
- Bueno, si lo teñimos , algo se puede hacer.
Pagaban muy bien. Me dieron el trabajo. Pero por la noche llamé y dije que no.
El tío se llamaba Malmierca. El muy gilipollas.
Después fui a periódicos, a la Televisión de Aragón, a una empresa de Catering, al fundador de UNIR, al director y propietario de unos colegios. Me quisieron contratar como director de un colegio de Albacete. Sólo faltaba firmar. Pero me eché atrás. ¿ Cómo meter a Manuela en una aventura así, y desarraigarla?
No olvidaré esa etapa. Todos los días me levantaba rezando. Tenía mucho miedo. Entrevistas de trabajo compitiendo con tíos más jóvenes, más preparados, cuando tienes casi medio siglo de almanaque y canas en la cabeza. Y esa sensación de mierda seca. Cuando no sabes hacer nada, porque toda tu vida has vivido de la sopa boba, de ser de la opus, de pura imagen insustancial. Celofán.
Y los tíos de los que dependía mi destino eran niñatos de diseño, incombustibles, preparados para matar. Mi experiencia les importaba nada.
Y tener que contar siempre la misma historia " fui del opus...y...
- ¿ Del opus?, ¡ caramba!, esos tienen pasta. Y dicen que son un poco así...
- ¿ Así cómo?
- No sé, como muy raros, muy de rezar y de hijos.
Y me asustaba pensar en mañana, y que Manuela me mandase a la mierda ( cada fin de semana iba a verla a Valladoid). La miraba planchándome la camisa y sentía que la ansiedad se me agarraba en el estómago. Ella que había aceptado a un Suso cuando era guay y dirigía un colegio, pero ahora...es verdad que se entregó para lo bueno y lo malo, y tragar con éste inútil.
Y al día siguiente venga coche a Madrid, a Barcelona, a Zaragoza, con la camisa planchadita , y la corbata, y , otra vez a probar suerte. Y es que, tiene güevos, veintisiete años en la opus, y todo el pescado ya vendido, y tú prestigio, y tu " superSuso", la leyenda. Y hoy en un Clío de segunda mano. Enamorado, sí, pero en el paro, cayendo en un pozo sin fondo.
Y siempre rezaba lo mismo: no me dejes.
Y Manuela, cuando regresaba a Valladolid de la panzada de kilómetros , sin nada que llevarme a la boca, por la noche, me apretaba la mano antes de dormirse. Y me susurraba " '¡ no te preocupes, todo saldrá!" Como diciendo " sé lo que vales. No me equivoqué contigo".
Y a la semana siguiente, venga, arriba otra vez. Y otra panzada de kilómetros.
Y un día alguien te llama y te dice " joder , tío, me dijiste que me dirías algo para saber si venías con nosotros o no. Y no has dicho nada".
Era Urelles. ¿ Cómo decirle que no me apetecía trabajar para él? A otro perro con ese hueso. Pero había que hacer de la necesidad virtud. Y fiché.
Urelles, mi corona de espinas, mi nido del pasado.
Loado sea Urelles por haberte contratado! No solo hizo un negocio temporal... Sino que contigo se está ganando el cielo! 😊😎👌
ResponderEliminarQue conmigo se está ganando el cielo es seguro...
EliminarLeo tu escrito y recuerdo las mismas sensaciones, los mismos pensamientos, esa vergüenza insoportable sin porqué. La asfixia del extravío, el volver a empezar cada mañana que debía ser la definitiva siempre pospuesta a la mañana siguiente. La desazón, el dolor incomprensible por injustificado. El ir y el venir hasta reducirse a un ir y venir que terminaba siendo el verdadero propósito para no reconocer abiertamente que era una mierda porque en ese movimiento estúpido la marea aparentaba remanso. Ya paso, pero hay que vivirlo.
ResponderEliminarTú lo has dicho::hay que vivirlo
EliminarGracias.
El "poblema" gordo-gordo es que somos legión de seres-cuerpos humanos (como dice el dueño de este blog) los que hemos tenido que experimentarlo y comérnoslo a solas...
ResponderEliminarSí, yo creo que hubo un tiempo en que media España fue alguna vez de la opus.
EliminarA veces lo intuía con algún cliente y le decía " ¿ si te digo ...pax, como sigue?
Y acertaba
El Turri
ResponderEliminarYo al salir me puse a buscar un chico para apuntarme a clases de baile en pareja. El primero era gay pero sigue siendo mi mejor amigo, aunque mientras he bailado con muchos otros. Es cuestión de perseverancia pero no la que me habían enseñado allí.
ResponderEliminarNunca tuve que salir porque no entré. Me adelanté a mi tiempo y eso que me ahorré. Siempre me ha sorprendido que alguien con tu afición a la carne, que comparto, se hiciese vegetariano. Confío en que algunos (muchos) vayan al infierno por lo que hicieron en los 80. Van muriendo, les va tocando.
ResponderEliminarSuso en primera fila sentado en el Cortile, año 1987, actuación del payaso Japo.
ResponderEliminar¿..Y...?
EliminarGracias a Dios yo no tuve ese problema al salir del equipo, tuve otros, pero sí que les doy las gracias por haber perdido la poca fe que me quedaba. Como digo, gracias a Dios.
ResponderEliminarQuien a hierro mata a hierro muere, Suso!
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