A veces me pregunto a qué tanto escribir. Y ayer me topé con una cita de Thomas Mann que me gustó mucho. Cuentan que un periodista acosó a Thomas Mann con un gran número de preguntas, él le respondió paciente con una extensa carta en la que me llamó la atención una frase: "Su última pregunta acerca del “verdadero objetivo” de mi trabajo es la más difícil de responder. Diré sencillamente que es la alegría".
Y me dije " ¡ esa es la razón!". Disfruto mucho.
Y cuando leo, cuando escribo, también cuando canto, lo que siento es alegría. Y entiendo perfectamente lo que siente Thomas Man, cada uno a sumanera.
También leí en un libro sobre poesía de Dámaso Alonso que San Juan de la Cruz era "todo lo contrario de lo que suele ser un pedantito intelectual de nuestros días: cultura toda de infinitos retazos, que impregna el ser y no puede llegar al corazón.
No; San Juan de la Cruz leía poco, pero había pensado mucho lo leído; lo había pensado en la soledad con Dios y unido a la raíz de su pueblo. Digámoslo sin miedo: el arte, en sí mismo, no era nada, no significaba nada para él; Dios lo llenaba todo".
Ayer por la mañana, en una llamada que hice desde la Cruz Roja, hablé con Josefina. Una vida dura - ¿ cuál no lo es? Se quedó viuda con dos hijos a los treinta y dos años. Un accidente de su marido, albañil, en Andorra. Sola, sin trabajo, regresó a Galicia. El traslado de su difunto al pueblo le costó una morterada de aquellos años. Allí trabajó de cocinera. Es de esas mujeres que tienen un don para cocinar. Y en su caso , sin darse un pijo de importancia, iban a su mesón personas de la política, de las artes, de la cultura. Un restaurante pequeño - una taberna que servía comidas- en Codeseda ( un pueblín).
- ¿Pero a usted quién le enseñó a cocinar?
- Nadie. No sé, es un don. Yo no hice más que trabajar como una burra. Porque con dos hijos , ya me dirá. Y les di estudios en los curas , que es lo mejor que les puedo dar. ¡ Como una burra! Que todo en la cocina es muy esclavo: madrugar, comprar, limpiar, ordenar, ensuciar, y volver a limpiar, y a ordenar, y así siempre. La burra en su noria, y yo en mi taberna.
- Pero le gustaba.
- Eso sí.
Y me acordé de san Juan de la Cruz.
- Una vez vino un señor y me dejó un jabalí. " vendré con unos amigos tal día. Me han dicho que lo hace como nadie".
- Y cuando llegó el día, al terminar la comida, me comentó " he comido miles de jabalís en mi vida ( ¡ ni que fuera Obelix!) y nunca, nunca he probado nada igual. Cada año , en temporada, venía a verme a darse un homenaje con sus amigos.
Lo mejor de toda esta historia es que su nieto le ha salido también cocinero, ha comenzado un Catering en la zona, que va como un tiro.
Al final , todo llega donde tiene que llegar. Lo mismo que la primavera es un festín donde la vida alcanza a todos.
Te regalo un cita de otro escritor:
ResponderEliminar“El secreto de mi felicidad está en no esforzarme por el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo” (André Gide).
Esa cultura de infinitos retazos, me gusta la imagen. Hoy he leído en LV una entrevista a un filósofo (Lipovetsky) que critica el "culto de la autenticidad" (es una de esas expresiones que inventan los filósofos divulgadores para para vender libros y salir en los periódicos, como "la era del vacío"). Lo define como "el derecho e incluso el deber de cada uno a ser uno mismo"; no define em qué consiste ser uno mismo para los hodiernos.
La vida espiritual se define como el progreso del "ser para uno" al "ser para Dios" (con todas las tonterías que cuento yo soy muy feliz, aunque esté haciendo una performance del libro de Job). Si quieres ser para ti mismo acabas esperpento pues lo natural es ser para los Dios, para los otros, como esta señora a la que le dieron un premio en Cannes. Me quedé anonadado:
https://www.youtube.com/watch?v=AxxXQGawwnc
Que te explique la cocinera lo que es sufrir "todos los putos días", como dices.
Me pareció un ser humano a la deriva. Me dio mucha pena
EliminarReleyendo mi comentario veo algunas faltas gramaticales (ma dan rabia).
EliminarA veces hay una especie de "furor pedagógico" con esto en El Barullo.
El problema es si escribes con premura y no revisas o escribes con el móvil y tu dedo obeso no da con la tecla, pienso que son inevitables. Pero es solo mi oponión. Machado decía lo de despacito y buena letra.
Nos pasa a todos.
EliminarHe estado pensando que esta persona también es hija de Dios, que está "condicionada" y no está bien burlarse de ella. Luego he pensado en la paradoja de la tolerancia, de Popper (¿os acordáis de Mariano Artigas?).
Eliminar“la tolerancia ilimitada debe (o puede), conducir a la desaparición de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada aun a aquellos que son intolerantes; si no nos hallamos preparados para defender una sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes, el resultado será la destrucción de los tolerantes y, junto con ellos, de la tolerancia”.
La vida es muy gris, uno intenta complacer a todos... pero no es posible. Ellos no intentan complacerte.
A veces pienso que la libertad es una condena que nos lleva a la autodestrucción. Somos libres para hacer daño a los demás y a nosotros .
EliminarLo pienso a veces.
Al hilo del comentario del bueno de Sanyi, un apunte: tengamos cuidado con los errores gramaticales, léxicos, sintácticos, ortográficos, y cualquier otro tipo de gazapo. Aquí, en el Bar Ullo, hay mucho anónimo agazapado, supurando pus y bilis a partes iguales, que aprovecha el mínimo traspiés para generar "hate". Más vale no meter la pata porque, por cualquier minucia, a uno le crujen y le canean bien caneado.
ResponderEliminarCreo que es muy fácil equivocar la tecla y el dedo, o que el corrector vaya a su bola. Y no pasa nada.
EliminarLo de los haters ha crecido en el Barullo. Y eso es muyyyy buena señal.
seguimos esperando tus anécdotas...
EliminarYo veo religiosamente el programa "Tu cara me suena" (a mi mujer le gusta, a mí me da cien patadas; cosas del matrimonio).
EliminarDe vez en cuando el público le grita a Lolita (flowers) "¡¡¡Aneldota, aneldota, aneldota, aneldota, aneldota...".
Os cuento una anécdota de Lola Flores, su madre. Mis tíos (y abuela) vinieron de Cuba, eran rentistas. Uno, el espabilado, fundó FOGO (FOntanals GOmis), una empresa conocida en Cataluña que vendía spray insecticidas. Mi madre es Fontanals.
El tío Juan tenía un ático (muchos áticos, pero este en concreto; es mi tío abuelo) donde montaba unas fiestas de padre y muy señor mío.
Lola Flores fue invitada con el Pescaílla (es barcelonés, estaba en el puerto, por eso el apodo) a tocar y bailar en esas fiestas del ático de mi tío abuelo.
El caso es que robaban cucharillas de café de plata y todo lo que podían. Esta "anéldota" nunca la contará Lolita. Es que no somos nada.
Lo que cuento no sé por qué lo cuento pero es verdad de la buena, no es una "inventio". Mi madre se ríe cada vez que lo explica (en Cataluña no contamos los chistes, los explicamos).
Es lo del chiste del gitano que lleva un cerdo al hombro...¡ Uy, qué biso más raro que se ma subío!
EliminarSon " Los Flores"
La bondad es una forma de inteligencia. Eso es lo que le sucedía a la señora que atendiste en la Cruz Roja.
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