Cuando abandoné el Antequerano F.C. lo que más eché a faltar es que no me llamó nadie por teléfono los días siguientes, ya en Zaragoza.
Miento. Me llamó un tío. Era secretario personal de una señora con bastante poder político. Yo había sido tutor de su hijo. Su jefa le había dicho "localízame a un tal Mendive en Zaragoza , y ponme con él" . Entonces éramos tres en esa ciudad con ese apellido. Y dio conmigo.
Se había enterado la buena señora que había dejado el barco y quería echar la caña, con anzuelo guapo, para solucionarme la vida. La económica y la afectiva. Estaba separada y yo le parecía caza mayor.
Le dije que este corazón ya tenía dueña.
Pero en la entrada me refiero a la amistad. Me quedé sin amigos. Había que volver a empezar.
Porque todas mis relaciones tenían sus lugares de culto, sus ritos y su propio lenguaje , dentro de un ambiente muy concreto. Y eran muy grupales. En la opus sólo te entiendes con la opus. ¿Quién puede comprender que usabas cilicio, o disciplinas?
Una vez estaba con mi amigo Jósum- ése sí que es un amigo con el que hemos sobrevivido a todo - , cada uno con un botellín en la mano, ya con el puntito, en una taberna del Pirineo , después de subir a Marboré, me miró y dijo: “Pasarán los años y nos daremos cuenta de que pocas veces hemos sido tan felices como aquí y así ”.
Y tenía razón. La amistad es un lugar insólito. Tiene grietas, como todo lo que lleva años construido, pero da cobijo y nos resguarda del frío en tiempos inestables. He perdido algunos buenos amigos. La verdad es que bastantes. No creo haber sido buen amigo. Soy muy inestable. Es caprichoso el azar, que cantaba Serrat. A algunos los echo de menos, pero el amor, la opus, que vas de aquí para allá sin mirar atrás, la vida y sus cosas nos fueron separando. Ahora sigo sus vidas por FB. Sonrío si los veo sonreír. Pero a alguno lo extraño.
No deseo volver, la verdad. Sigo siendo el mismo , y me temo que ellos ya no. ¿ Para qué llevarse decepciones? Sigo viviendo como entonces, cuando no había nada realmente importante de lo que preocuparse. Cuando todo se perdonaba porque todo era liviano. Cuando todos los amores eran amores extraordinarios.
En ese sentido, no me he movido un ápice.
Sí me gustaría volver a aquella Zaragoza con cabinas y sin móviles. Y saber qué habrá sido de Matilde Muñoz, aquella chica que me volvió loco y que no he olvidado. Cuando todo era físico, cercano. Cuando los veranos eran interminables.
Sigo siendo igual. Pero menos sociable, más solitario. Acabé un poco harto de la gente cuando estuve con la gente. Ahora soy de los que dicen esa horrible frase de: “A ver si nos vemos”. Aunque luego no haga nada por ver a nadie.
Tengo el recuerdo de aquellas vidas compartidas. Aquella felicidad aún brilla y parpadea en mi memoria.
Las amistades de los 15 a los 25 son de las mejores cosas que le pasan a uno en su vida y saber mantenerlas en la medida de lo posible lo mas inteligente que puede hacer uno. La cuadrilla. Me pongo de pie.
ResponderEliminarSí señor. Sí.
EliminarYo también lo perdí todo y tuve que volver a empezar cambiando de ciudad a los veintitantos (mis padres vivían lejos de la filial del Everton donde yo militaba). Y tampoco me llamó nadie, nunca. Todo era una gran mentira.
ResponderEliminarYo también tuve que recomenzar a los veintitantos y es curioso como ahora con sesenta tacos nos seguimos juntando con los de la pandilla que conocí al dejar el Betis y somos capaces de recordar viejos tiempos y reirnos de nosotros mismos como si nada. Esto es muy difícil de entender para un bético porque nunca ha tenido amigos de verdad. Ni los tendrá.
EliminarFdo. ex bético, ahora sevillista
Alguien podría explicar xq en el OD no se ve bien la amistad entre sus filas?
ResponderEliminarEl motivo es una preciosa canción de Lluís Llach titulada "Amor particular". Ese amor es particular por ser homosexual.
EliminarEn el Opus Dei no puedes tener una "amistad particular" con otro "miembro viril", como por ejemplo la tenían el Fundador y don Álvaro, porque tiene connotaciones homosexuales.
https://www.youtube.com/watch?v=bS3MBJnxj_Y
Gracias. El omnipresente sexo por lo que veo. Es muy triste negar la amistad.
EliminarLa vida ni es de color de rosa, ni cabe tener todo previsto ni son reales los utensilios manuales con 5 o 10 botones ... Ni está todo escrito... ni es positivo tanto criterio ..."buscamos demasiadas necesidades ".
ResponderEliminarAgota posar permanentemente ante el fotógrafo.
Ciertamente sorprendente, mis mejores amigos son de antes y después, de "durante" solo conocidos y algunos de mutuo respeto. Nada más. Muy sorprendente, y es curioso Suso, pero ni lo había pensado.
ResponderEliminarIdem.
ResponderEliminarEl colegio del OD donde me mandaron mis padres a principios de mi adolescencia me alejó de mis amigos. La caza y captura mental posterior de los peones sectarios fue destruyendo y minando mis amistades. La estrategia para aislarme de todo entorno que no fuera el OD en esa época; me dejó solo; a excepción de la burbuja ideológica y social que habían orquestado para mi. Y una vez me di cuenta de todo, y rompí las cadenas mentales de la secta, percibí esa soledad no deseada, cuando te ves rodeado de gente que no piensa como tú en casi nada, porque son las únicas personas que te quedan del entorno de esa cárcel de la que te has fugado. Incluso de esas pocas personas que te quedan, tienes ganas de alejarte porque se ríen de los pobres por el tipo de zapatos que se compran, y unas cuantas cosas similares más. Estás donde no quieres estar y con quien no quieres estar, y eres demasiado joven para sentirte así. Poco o mucho, y a diferentes niveles y diferentes formas, a todos nos ha pasado lo mismo. En el Opus Dei (lo digo con su nombre, ni Betis ni leches) se hace de la amistad un instrumento de captación, se instrumentalizan las relaciones humanas, se teme a la verdadera amistad, que es la que no pretende del amigo nada que el amigo no quiera; por eso se prohíbe esa amistad, la única que es de verdad. No merecen que nos calentemos demasiado la cabeza con ellos, porque también fueron víctima de procesos similares aunque no se daban cuenta. Somos víctimas de víctimas; pero somos triunfadores porque decidimos la libertad de tomar las riendas de nuestra propia vida aun a costa de quedarnos solos. Y quedarse solo, por duro que sea, es apasionante; comienzas a construir tu verdadera identidad; te apuntas a campos de trabajo en barrios marginales y conoces a niños y niñas de diferentes razas que no pueden elegir sus zapatos; corres con ellos delante de la policia para que no te pillen por haberos estado bañando en los jardines prohibidos de una entidad bancaria, y te ríes por los nervios del riesgo vivido. Te llega a dar asco el refinamiento que recuerdas de los centros del OD por donde has pasado; ese mirar hacia otro lado ante la pobreza; ese ganarse el cielo masticando jaculatorias aunque no les importe lo más mínimo el dolor de los pobres. Te da asco ese alejamiento planificado hacia tus amigas; las que dejaste, o las que nunca has tenido, por ese terror freudiano a la diversidad sexual que fabrica traumados o salidos y se inhibe de educar en la diversidad las más naturales tendencias humanas.
Pero toda esa oscuridad, en mi caso al menos, produjo el efecto contrario en mis hijos a quienes siempre he aconsejado diversificar sus relaciones; que los amigos sean chicos y chicas, que estén en diferentes ambientes, que no intenten cambiarlos, que no estén con nadie a disgusto, que no se rían de los pobres ni sean insensibles al dolor ajeno, que no los elijan por su nivel social, que se alejen de los parásitos, de los elitistas, de los clasistas, que no tengan miedo de nada nunca, que se rían siempre, y que no dejen de esperarlo todo.
PRISCILIANO
En mayo hacía romerías con un amigo de verdad. Me prohibieron hacerlas pues no era "pitable".
EliminarYo no hice caso, pero ilustra muy bien la instrumentalización de la amistad.
Lo han dicho ya dos comentaristas y pienso lo mismo: el Opus Dei es en esencia una mentira; las arbitrariedades son el pan de cada día (amistades particulares tú no, pero ese sí porque... me sale del nabo; tú ordenador personal no, pero ese sí porque... me sale del pepino; tú viaje a la jornada de la juventud en Canadá no, pero ese sí porque... me sale del higo). Ese es uno de los motivos por el que nunca nunca (ahora incluso menos que antes) lograrán engañar a nadie en los países anglosajones o del Báltico... se les nota tanto, pero tanto!
ResponderEliminarLo que me sabe peor es que me dieron una beca para nueve meses en la London School of Economics.
EliminarTuve que renunciar a la beca para hacer el Opus Dei en Hungría, y luego me expulsaron.
Mira que soy tonto, pero de bocú de mucho.
Y Dios sabrá pagarte, no se cómo ni cuándo. Pero lo hará. El si es Bueno. Y ojalá de algún correazo a los q quisieron hacerte daño.
EliminarEl elitismo, pienso (o como se diga) no lo inventó el od. Pero hubo relaciones simbioticas y de mutua conveniencia entre los "auténticos" elitistas (algunos, del od) y los "aprendices" o "asimilados" de/a elitista, muchos de ellos del od o en su contexto...
ResponderEliminarCuando has salido te conviertes en un proscrito. Tratan a la gente como si fueran apestados. Es vomitivo.
ResponderEliminarLos que pensaba que eran mis mejores amigos (lo fueron unos años) no los pude conservar, se quedaron en la categoría de “conocidos”. Sí, muy conocidos, incluso uno de ellos fue el padrino de mi boda, pero pocos años después él ni se acordaba.
ResponderEliminar¿Qué tenían en común esos amigos? Compañeros de bachillerato, hijos de ricos supernumerarios -menos yo- y todos pitamos a los 15 años.
Yo fui el último en dejar la opus, también con una mano delante y otra detrás. Viví entonces esa sensación de estar en el vacío, no era nadie, no tenía nada y no podía nada.
Hemos coincidido en escasas ocasiones por distintos motivos, pero del mero saludo mecánico han rehuído más relación a pesar de mi predisposición.
La vida, afortunadamente, ha dado un gran vuelco en todos los sentidos, aunque ellos siguen algo vinculados a la secta, de aquellos que dejan la militancia pero les ríen todas las gracias en ambos sentidos.
No les guardo rencor, más bien me dan pena…
En el fondo el Betis es fruto de una realidad social muy concreta que se dio en este país en un momento histórico determinado. Una clase más bien, a la que el Fundador no pertenecía pero quiso por todos los medios pertenecer. Mi mujer es de “buena” familia del sur que en su día tuvieron patrimonio y hoy lo único que les queda es la “clase” y el sentido pertenencia. Juzgan socialmente por los mismos parámetros del Betis sin tener nada q ver con el Betis. La gente se divide en “en los que son como nosotros” y el resto. Los que entienden y los que no, etc. Y de las personas se sirven y se han sentido con el derecho a ser servidos siempre. Y les pasa, como les ha ocurrido a los del Betis, la sociedad ha cambiado delante de sus narices y lejos de adaptarse se aferran a sus tradiciones, cultos e identidades. Saben que su tiempo se acaba, pero no quieren admitirlo, ni asumirlo… Morirán con las botas puestas. ¿A quien le ha servido y para qué nada de la “espiritualidad” del Opus Dei?
ResponderEliminarOtra parte del problema es que la Nacional Papanatas FC ha hecho más mal que bien a juzgar por la cantidad de gente herida y resentida que han dejado (y siguen dejando) por el camino. Eso es de Cristo? Eso es cristiano? Será "su" cristianismo, pero no es ni de lejos el cristianismo que aprendí yo en el regazo de mi abuela catequista.
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