lunes, 9 de septiembre de 2024

DE PATITOS Y FORMAS DE VER EL MUNDO.

Lo primero que me fijo en una mujer es en sus ojos. Su mirada.  Si ella quiere que atienda otras cosas , ya se preocupará de que enfoque el microscopio. Y después, en su conversación. A ver, mentira no es, pero verdad del todo tampoco. 


No soy de ligar. Fui durante años como los patitos amarillos que flotan en las ferias. Las ferias eran los colegios donde estuve.  Esperando a que me pesquen. Porque yo iba con el corazón en la mano . Mi único mérito era mantener el ganchito hacia arriba y no moverme demasiado.


En 1992, un contenedor se cayó por la borda en su viaje de China a Estados Unidos, liberando 29.000 patos de goma en el Océano Pacífico.


Diez meses después, el primero de esos patos de goma llegó a la costa de Alaska. Desde entonces, se han encontrado patos en Hawái, América del Sur, Australia, y viajando lentamente entre el hielo Ártico.


Aún hoy , años después de que los patos de goma se perdiesen en el mar, siguen llegando a playas de todo el mundo,  lo que significa que es posible escapar.


Yo soy uno de esos patitos que consiguió escapar.


Ya. Ya sé que hay muchos que me están leyendo y que piensan que no. Que ellos son reencarnaciones de Warren Beatty. Seductores. Pichasbravas. Irresistibles. Que se conservan bien, que cortejan, que tienen buen pico. Pues vale. Pero que te vengas arriba contigo  no es incompatible con ser un patito.


No me gusta la pena. Todos hemos pasado un infierno para llegar donde estamos. Bastante tristeza cargamos cada cual como para tratar sobre ella. Conmigo el entusiasmo y la alegría.  Alegría es sólo una mirada, una sonrisa que se escapa y que lo llena todo. Una forma de ver el mundo.


Una vez un tío muy principal, director de un colegio, me dijo: “Estás ganando muchos puntos”. No me hizo gracia. Porque yo no concurso.  Sentirme juzgado, valorado, como un bailarín que debe dar unos pasos maravillosos. Si te prueba bien y si no te prueba, bien también.


A mi me resulta muy difícil dejar de ser lo que soy, con mis desastres y mi cositas buenas.


Me basta buscar un karaoke abierto- ya no hay donde vivo- andar la vida y sus campos y sus rutas. He sido muy feliz así. Dejándome llevar, conviviendo con mis  imperfecciones. Decepcionando o sorprendiendo. Sin dejar de tener en cuenta de que la vida es corta, y que soy un patito.



10 comentarios:

  1. Esto de los patitos es la humanidad arrojada al mundo. La humanidad angustiada que se tiene que dejar llevar por la corriente, que es la providencia de Dios.
    ludens in orbe terrarum ; et deliciæ meæ esse cum filiis hominum.
    Uno sale a la calle en el primer mundo y qué bien, la providencia de Dios. Semáforo verde, encuentro aparcamiento, la inflación y los intereses bajan...
    Y luego están los patitos víctimas de la guerra, del hambre, del frío, de la enfermedad ¿Cómo puede ser Dios tan cruel?
    Leibniz dijo que Dios ha creado el mejor de los mundos "posibles", y que nos da libertad para evitar el mal moral. Somos libres y nuestras acciones no están determinadas sino que son contigentes.
    Pienso que no puedes dejar de ser quien eres, pero sí puedes dejar de ser lo que eres.
    Pero uno no deja de temer a un Dios tan contradictorio, que te mete en un lío como al pobre Job (I need a job) y luego te saca a su capricho.
    En fin, un lío en el que nadie se aclara.

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  2. Sea pato si así lo desea, pero es preferible ser persona. En mi opinión.

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    1. La imaginación es el arte de dibujar sin goma de borrar. Usted carece de ella. No se preocupe. Debe de ser de cuna.

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    2. Un hombre sin imaginación es un pobre hombre.

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  3. Me gusta el tema. Al final, pato se queda, pero uno llega solo a Canadá, otros en grupo, otros no llegaron a salir y muchos con la masa de patitos que siguen flotando y van y vienen según las corrientes y los veo preocupados, siempre negativos, sin esperanza. Creo que tu, como otros, eres de los que ya fuera de la masa respiran con alegría, y paz.

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  4. Lo que está comprimido en un contenedor, a veces, al liberarse, sale disparado hacia todas las direcciones posibles; más frecuentemente hacia la dirección donde van las corrientes más fuertes. Esto deberían saberlo los que comprimen.
    Por otro lado, precisamente porque no somos patitos de goma, no es correcto estar comprimidos en un contenedor; dicha compresión puede provocar comportamientos inadecuados (a parte de sufrimientos inútiles). Como dice un anónimo algo más arriba, es mejor ser personas; pero el problema es que muchas veces a las personas se las trata como a patitos de goma; y se hace con engaños simulados, manipulando, faltando a la verdad, aprovechándose de la buena voluntad de los que por amor a Dios se dejan tratar como patitos de goma y lo que haga falta, y llegan a creer que exigir ser tratados como personas es una ofensa a Dios. La desobediencia de los patitos se considera una actitud diabólica, pero lo cierto es que es imposible servir a Dios si no se está dispuesto a desobedecer muchas veces. Obedecer es fácil, basta con el miedo. Con el miedo se puede conseguir que obedezcan muchos. Lo que realmente es difícil es desobedecer bien, porque para desobedecer hacen falta dos cosas: luz, para ver claro cuando hay que desobedecer; y valentía para hacerlo.
    Antonio Crespillo, en gloria esté (seguro que está) me dijo una vez dentro de un coche, lamentándose de ello y con aspecto mustio, que había algunas personas que eran de plástico (sin contarme más detalles, quizá porque sabía que no le daría la razón); yo le respondí que de plástico no, pero de piedra tampoco, ni de metal, que éramos de carne. Se sorprendió un poco de que le respondiera esto sin haberme explicado él previamente a que se refería. Pero es triste que una religión considere que todo es cuestión de voluntad y oraciones, que el funcionamiento de la mente se considere casi angélico, y que la libertad humana, sin más matices ni profundidad médica, se considere pura y perfecta. Somos de carne; y medio gramo de litio, nos convierte en personas diferentes, con respuestas libres diferentes. La libertad no responde igual dependiendo de como tengamos el cerebro. Lo saben los que han sufrido ictus, depresiones, alteraciones químicas, o simplemente los que han recibido una herencia genética determinada. Lo sabe Oliver Sacks, Enrique Rojas Marcos (muy importante no dejarse el Marcos), y todos aquellos que saben un poquito del funcionamiento neurológico, que son la mayoría de la comunidad científica. Curiosamente parecen no saberlo otros colegas que primero asumen el dogma y después hacen esfuerzos desesperados para doblegar el método científico a un dogma previa y ciegamente aceptado; (el nombre anterior sin el Marcos) y algún otro del cual habláis mucho. Y cuando pasa eso, tenemos patitos de goma dentro de un contáiner que al soltarse acaban en cualquier playa. San Pablo llegó a la misma conclusión por otro camino cuando dijo: “más vale casarse que abrasarse”; esta vez le doy la razón a pesar de ser yo hereje y estar casi siempre en desacuerdo y un poco molesto con San Pablo.
    PRISCILIANO

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    1. Antonio Crespillo un gigante. Un tío listo y un currante.
      Respeto gordo

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    2. *Corrección: Donde dije "Enrique Rojas Marcos" quería decir "Luís Rojas Marcos"

      PRISCILIANO

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  5. El nombre de Crespillos me recuerda a alguien al que perdí la pista hace muchos años y no logro saber de él: se trata de Domingo Crespo.
    Numerario que se ordenó sacerdote hace unos cuarenta años y quisiera saber algo de este buen hombre. Si alguien me pudiera ayudar se lo agradeceré.

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