martes, 3 de septiembre de 2024

LOS HOMBRES Y EL VERANO.

Uno de los cambios que noto en los inicios  del 2020 es lo difícil que resulta para un hombre mantener la dignidad en verano. Hace unos días fui a un tanatorio a presentar  mis respetos a la familia del difunto,  y me sorprendió mientras estaba allí las pintas de la peña: tíos con bermudas de colores , como de hawaiano que acaba de echar un trullo como un perro muerto  debajo de la palmera, otros con camiseta de tirantes , en plan estibador del puerto de Odessa, aquellos con playeras de esas que se mete el dedo gordo en una tirilla, otro con unos callos como caracoles gigantes del Ganges. Aquel con  sandalias con correa en los tobillos y cierre de velcro No me referiré a los cortes de pelo. Nos estamos hundiendo , y no lo sabemos. Hasta vi, cuando me iba del tanatorio, aparcar un notas que llevaba unas gafas naranjas de espejo, con gorra chochera con la visera hacia atrás, como si estuviese en Santa Mónica, el muy sinvergüenza.


Las mujeres nos dan mil vueltas . Ellas tienen esos vestidos suaves, frescos, de tonos veraniegos, con ese ligero vuelo que da la brisa. Tienen las blusas de lino. Tienen estampados. En fin, ya digo, nos dan mil vueltas…


Yo soy el muerto y salgo del ataúd y mando a los tíos a tomar pol culo. ¡ Todos fuera de aquí, coño!


¿Qué tenemos los hombres? ¿Las bermudas con bolsillos? ¿Las camisetas de Marvel ? En serio, ¿qué  cojones tenemos los hombres? ? ¿La gorra de publicidad de Abanca? 


Las bermudas son el último y frágil asidero que tienen los puretas, para tratar de agarrarse a su tímida irreverencia juvenil.


Mi padre, y todos los padres de antes, sí sabían ir a un tanatorio. Y sabían estar. ¡Joder,  qué  cambio, pero qué  cambio!


A eso se le llama respeto. Porque el muerto,  y su familia, y el dolor, merece un respeto. No digo de ir con traje y corbata - fuera parte que la corbata se la comprarían estos tíos en un Party fiesta, de esas de gomilla mierdera -  pero , coño, un poquito de decoro.


Aquellos padres , con sus protocolos , sus con ideas fijas, pero con dignidad. Pero esta gente en verano comete el pecado  de guarrear siendo un hortera.  Hacer el gilipollitas . Como diciendo: mira qué temperaturas, mi vuy a de comprar estas bermudas rosas con esta camisa estampadas con penes y trompetas  color pomelo. Probemos esos pantalones pirata  amarillos con esa camisa marrón  abierta hasta el pecho y esas cadenas con un crucifijo boca abajo , como de satánico que te cagas. 


Yo he hecho todo lo malo que puede hacer un hombre en verano. Mi madre me hizo llevar "cangrejeras" de plasticurri, que dejaba roña negra en  los pieses.   También he llevado mocasines como de terciopelo sin calcetines. Y  traje de baño de los que apretaban las ingles y dejaba la gomita marca en las estrías testiculares, como para ajustarse el calabacín y salir a bailar " Staying alive"  en la piscina. Hasta he llevado el vaquero rojo bermudita estrecho. Yo he pisado el infierno, pero aquí estoy.


Y estoy aquí para lanzar un mensaje: ser hortera no es un  algo circunstancial, ser hortera es un estado de ánimo.


Este verano ya termina. Pero el año que viene no olvides que somos hombres. Mi padre, en verano, usaba zapatos de rejilla, porque era un señor. Y no le daba vergüenza. Y cuando íbamos a misa y llegaba la consagración el tío sacaba un pañuelo limpio y bien plegado, lo  ponía en el suelo, e hincaba la rodilla sobre él. Ese era mi padre. De allí vengo yo.


Un día le conté esta anécdota a una amiga , y ella se rio. No entendió nada. Así que me levanté, recogí mis calzoncillos del suelo y me marché de allí para siempre.



20 comentarios:

  1. Pues esto sucede precisamente cuando es más barato comprar ropa.
    Cuando era joven, mi padre tenía un par de camisas, un traje y unos zapatos.
    Recuerdo que en los ochenta era obligatorio ir al IESE con corbata.
    En Misa salen a hacer las lecturas en pantalón corto.
    Pensar que Kipling se vestía con smoking para cenar en medio de la selva, él solo, sin invitados. Noblesse oblige ¡¡¡Pasemos al comedor!!!
    En los centros de la obra he visto a gente poniéndose una corbata encima de un polo. Pues si es obligatoría la corbata, te la pones encima de la camisetilla de tirantes.

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    1. Yo pienso que es la pereza. Estamos en un país de vagos y de guarretes que " ya les vale" lo que hay.

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    2. Menos mal que tengo una mujer que cuando voy a salir a algún sitio como el de la entrada me dice " ¿ Dónde vas?
      Y si es un velatorio me suelta" así conmigo no vienes ".

      Estoy con que es pereza

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    3. Yo conocí un tío que era más legal que el código de barras del Observatore Romano. Era profesor de bachillerato en un Instituto de la pública, y cuando iban de salida cultural , si tocaba en viernes de Cuaresma, se iba al obispado y pedía cita para ver al obispo. El obispo ya conocía la tara del numerario en cuestión , y delegaba en el secretario.

      - Es que mañana vamos de salida cultural y sé que los alumnos traerán bocadillos de jamón , o de salami, o de mortadela.. ¿qué podrían conceder una dispensa para poder romper el precepto cuaresmal?

      Y, claro , el secretario accedía.

      Y lo bueno es que el tío en el autobús, al día siguiente, les decía a los chavales:

      - ¡ Toc, toc, toc...¿ se me oye? Sólo deciros que el obispo os ha concedido dispensa para tomar carne en el día de hoy.

      La cara de los urcos- ya podéis imaginar lo que sabrían esos tíos del precepto cuaresmal - era de " ¿pero de qué coño habla este tío?

      Tendrías que ver cómo asistía este ser humano a los velatorios. Parecía Gargamel.

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    4. En Baupres? Profe de química o física? Escuchaba una emisora inglesa con un transistor de la leche?

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    5. El tal “Pintins” estaba como un cencerro. El tío tenia un coche suyo y aunque las llaves estaban en dirección (como las de todos los coches, si necesitabas un coche lo pedías y el director de turno juzgaba si sí o no), pero en el caso de Pintins su coche solo lo conducía el.

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  2. En mis tiempos en el Everton no podías asistir a misa en la ciudad deportiva en manga corta. Había que ir con americana (con o sin corbata, aunque si asistías demasiados días sin corbata te solía caer una corrección fraterna) o bien con corbata pero jersey de manga larga, aunque eso no era muy bien visto.

    No sé si eso ha cambiado mucho o también estaba escrito en piedra...

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  3. Lo que no entiendo es que al cole tuviéramos que ir de uniforme top (en plan Eaton, no exagero), traje: camisa, corbata, americana, pantalones ultra incómodos... y luego algunos profes vestían de forma "relajada". Muchas veces, los más elegantes éramos los sufridos alumnos y algunos profes (sobre todo los de..., bueno, no diré la asignatura por aquello de no señalar) vestían como auténticos horteras. Para mí eso era el mundo al revés.

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    1. Se debe de referir a los de Arte, que eran como de otra galaxia, exceptuando al señor Cabanach, gran persona. Pero los Tom Carr, Canals- una especie de hermano Gemelo de Dartagnant con frenillo, y alguno más, era bien peculiares.

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    2. Oiga, se olvida de otra figura del Departamento de Arte, a muchos les recordaba al icono deportivo de los ochenta: Angel Nieto. ¿Por qué? Por dos características: 1) su afición a las motos (venía a clase con un motarrón de campeonato) 2) y por otra característica no hace falta que diga por ser evidente.

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    3. No lo conocí.

      Había algún profesor que se salía de la horma. Recuerdo a Emilio Barrios, lo despidieron. Buen tío. Rojillo con barbas. Cantaba canciones progres.

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  4. Tu post de hoy me recuerda un antiguo artículo de Pérez Reverte en " El Semanal". Se refería a esa horterez de la que hablas, en concreto en los lugares con playa: bañadores naranja fosforito, riñoneras horripilantes, tatuajes de dragones, mujeres con cuernos, escorpiones, ... camisetas de tirantes donde destacan a cada lado rebosantes manojos de pelo ... y frente a estas descripciones se descubría ante su abuelo: zapatos de rejilla, pantalón mil rayas y guayabera... habría que hacer un homenaje a las guayaberas ...

    Y a propósito de la dispensa en viernes de cuaresma, yo me encargué de solicitarla para una calçotada ... me enviaron a uno de los vicarios del obispo que, con ese acento tan característico del empleo me la concedió no sin antes aconsejarme que podría hacer un donativo por ello ...

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  5. Modestino, hiciste el donativo? En ese caso, recuerdas de cuánto fue? Y consultaste en el Boca Juniors si lo podías hacer y (en ese caso) el importe?

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    1. Creo que el Boca Juniors y los donativos al obispado son un poco como el agua y el aceite.

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  6. Donar, donar, ni sangre me dejaron donar. Luego pensé que me pasó por preguntar. Cuando empecé a jugar en otro equipo, pasaba por el despacho del director del instituto a saludar o a avisar que me iba… me miraba con cara de pensar que yo era gilipollas.

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  7. Yo no sabia lo de no donar sangre y estando en Westpoint doné sangre en una de esas campañas que hacen en las facultades. Al llegar saludé al director y dije todo emocionado que había donado sangre y tal. En la charla siguiente me explicaron algo así como que un jugador de futbol profesional no dona sangre porque la necesita toda para la función de campo y jugar con el Boca Juniors. Nunca, nunca nunca lo entendí, sobre todo teniendo en cuenta que cuando donas sangre no la pierdes sino que el cuerpo la regenera automáticamente, para mí era una más que no tenía ningún sentido.

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    1. Lo de jugador de fútbol profesional está a la altura de los "Aristócratas del amor en el mundo".

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  8. Txemari era muy de "todo lo tuyo es mío y todo lo mío es mío".

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