domingo, 15 de septiembre de 2024

MIEDO. CONVIVIR CON ÉL.

Aquí, en el rural, sucede que hay bichos, que te pican abejorros por la noche, o entre las sábanas aparece un gusanito, o despiertas con el párpado hinchado por una picadura de un ser. También oyes esquilas de madrugada, suenan las horas de un campanario. O  ves un ratoncito  en casa, cruzando por la cocina. Sé que soy urbanita, aún, porque doy grititos, me subo al sofare,  y me quedo allí paralizado,  planteándome huir, quemar la casa, llamar a la Policía.


Pero llega María José y es como una GEO del mundo de Jara y Sedal  y te sientes a salvo. Si alguna bicha entra en  casa, era pisoteada en segundos. O le pone un cepo y ves al ratoncito al día siguiente con ojillos piadosos mirando al infinito. 


A veces el amor se construye sobre cimientos desconcertantes.


Nada me da más miedo que el miedo. Ese trueno que nos sacude por dentro. Que nos paraliza. Que nos empequeñece. Uno, que ha estado en lugares de mucho canguelis, que ha arriesgado su vida de un modo temerario, que ha comido cosas que harían vomitar a una vaca, y ve un ratoncito, o un insecto palo, o una cucaracha, y se queda paralizado.


Madurar es batallar contra nuestros propios temores. O sobrevivir a nuestras dudas. O no salir corriendo tras cada revés de nuestra vida.


No son las cucarachas, o ese abejorro zumbón que revolotea y se posa en tu mano   … es algo más profundo. Es creernos vulnerables. Es vernos diminutos ante un mundo que a veces se muestra incómodo e inesperado. Y es un mundo que no es de bichos.


Una vez tuve una experiencia horrible del mal. En un despacho, en una entrevista con un ser que me parecía despreciable, que me hablaba muy cerca, mirándome de hito en hito, podía oler su aliento , un tipo oscuro, húmedo, que transmitía un mal rollo profundo, y me mareé, sentí un vértigo , una nausea. Me levanté, abrí la ventana , y salí a respirar.


El hombre no entendió nada. Y no supe decirle "es por ti, cabrón. Me das miedo": 


No quiero tener miedo. Pero el miedo es parte de lo que soy. Yo creo que ser valiente no es vencer al miedo, sino aprender a convivir con él. Desde que me diagnosticaron la fibrosis pulmonar he tenido que convivir con la idea de que estoy enfermo, y de que no moriré de eso, pero sí con eso. Al menos estoy avisado.


Somos lo que tenemos, pero no podemos olvidar, que también somos nuestras carencias.


14 comentarios:

  1. Si tus miedos te los cultiva, engrandece y usa tu madre… date la vida por j_d_d_. Hasta que lo ves vives con muchísima angustia y luego tratar de crear un equilibrio en una vida que al ser insegura y áspera con semejante deformación lo pone muy difícil. Lo permite Dios, Él sabrá por qué.

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    1. Eso tiene que ser muy duro y difícil. Pero efectivamente algunos tienen la desgracia de tener padres tóxicos que les hacen la vida imposible. A mi mujer sin ir más lejos, la abandonaron directamente. Por tonterías e irracionalidades que luego no han sabido curar. Pero como bien enseñan en dirección de personas en las organizaciones en la IESE business school el conflicto personal llegado un punto es irresoluble y lo único que se puede hacer es control de daños. O sea se, mandarles educadamente a freír espárragos, en Román paladino, y cortar toda comunicación. Veo que últimamente se empieza a hablar más de esto en prensa y medios…

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    2. Asunto muy difícil. Quiera mucho a su mujer. La sanación nace de esa fuente.

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  2. La experiencia luciferina en un despacho no sería con el socio de Caserín, no?

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    1. No. Ése es un pobre hombre.

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    2. Fue en Lérida con un primo ,,de Urelles. Un hombre inquietante. Una persona de una energía extraña y una pulsión luciferina por la codicia. Su egoísmo era y es atroz . Nadie le conoce. Le volvía loco ir los viernes de bancos. Era un hombre patético.

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  3. El miedo es una emoción sana que nos mueve (e-moción) a huir de los peligros.
    Obviamente, debe ser regida y corregida por la razón.
    Sin emociones estaríamos todo el día sentados en el sofá. Mediante las emociones creamos un mundo propio: la ratita se hace enorme, el gusanito se convierte en una víbora... y la razón viene en nuestra ayuda.
    En la famosa frase de Wittgenstein: "el mundo del hombre feliz es distinto del mundo del hombre desgraciado".

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  4. "es como una GEO del mundo de Jara y Sedal "
    Muy buene.
    Me encantan las frases afortunadas

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  5. *bueno.
    (Ahora me doy cuenta de que puede parecer una denominación deliberada. Es un mero error.)

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  6. “Pero llega María José y es como una GEO del mundo de Jara y Sedal y te sientes a salvo. Si alguna bicha entra en casa, era pisoteada en segundos. O le pone un cepo y ves al ratoncito al día siguiente con ojillos piadosos mirando al infinito. “ cualquier mujer que pesque una “bicha" en casa, al ratoncito se le pones los ojos piadosos!!!! Un abrazo Suso. Martin de la Franja

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  7. Tu entrada de hoy me ha recordado un cómic que leí con de adolescente ….

    Colección de hazañas bélicas, título “Dos centavos de miedo …”
    Un soldado moribundo contaba a su compañero que dudaba si tenia valor o no …que “todos llevamos en el corazón dos centavos de valor, y de miedo …las circunstancias nos llevarán a saber utilizarlos correctamente”. La viñeta acabó que ese soldado que recibió la confidencia del que murió, acabó la guerra cómo un héroe …

    Yo que sé si somos héroes o gusanos Suso, aunque estoy convencido que el miedo es una emoción que nos mueve casi para todo (al menos a mi) y tener ese miedo (como dicen las pelis y los cómics) no es malo, ni de cobardes … diría que es acicate para conocernos y actuar.

    El otro día hubo un comentario de una anónime que me turbó, (el comentario, tu aprobación, tu capote-gracias-, y la rectificación de la anónima…) Puedo decir que me daba palo seguir comentando por aquí, o miedo, no sé …tal vez escriba esto para que alguien pise el gusanillo que llevaba dentro, sea o no con mi propio pie.

    PA Jdr! no sabes que es tener 3 mujeres en casa y tener que hacerme el héroe per cullons, cuando entra un bicho en casa ...

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  8. Es bueno el miedo puntual que nos protege en un momento dado de un peligro inminente. Esa es su función. Ese miedo provoca un chorro de cortisol que nos dispone a la mejor defensa o ataque.
    Pero no es bueno el miedo crónico, día tras día, la angustia... porque una generación crónica de cortisol nos dispone a los mayores desastres neurovasculares, inmunodepresores, depresión psicológica, riesgo de cáncer, a parte de que tu vida se hunde. El miedo de cada día es inhumano; es un mecanismo de la naturaleza que acorta y enferma la vida de quien lo sufre. Hay que salir de él como sea. Pedir ayuda a la persona adecuada, hablar, desahogarse, conocerse, descubrir su causa, tener la humildad de dejarse ayudar, cambiar formas de pensar que empujan ese miedo crónico, hablar con Dios, lo que sea.
    PRISCILIANO

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